
La ilusión de la Selección Mexicana Sub-20 en el Mundial de la categoría llegó a su fin tras una dolorosa derrota 0-2 ante Argentina en los cuartos de final disputados en Chile. Un duelo que inició lleno de expectativa para el Tri terminó en frustración, con goles tempraneros, expulsiones y errores defensivos que marcaron la diferencia y pusieron fin al sueño mundialista.
El primer golpe llegó muy temprano y fue devastador para las aspiraciones mexicanas. Apenas al minuto 5, Silvetti aprovechó un descuido defensivo para abrir el marcador y poner a los argentinos en ventaja desde el inicio del encuentro.
Este gol tempranero obligó a México a modificar su planteamiento y salir a buscar el empate, pero las ideas ofensivas no lograron concretar oportunidades claras ante una defensa argentina bien organizada y un mediocampo que controló el ritmo del partido.
Para la segunda mitad, México intentó utilizar la posesión del balón como arma para desestabilizar a los argentinos, pero sus ataques fueron escasos y poco efectivos ante un rival que supo cerrar espacios y defender con orden.
Los minutos pasaban y el Tricolor no encontraba la fórmula para perforar la portería albiceleste. La falta de contundencia ofensiva se hizo evidente conforme avanzaba el complemento.
Cuando México más necesitaba reaccionar, llegó el segundo golpe. Al minuto 75, Carrizo amplió la diferencia con un remate certero que selló prácticamente el destino del encuentro y las esperanzas del equipo mexicano de avanzar a semifinales.
Este gol representó un mazazo anímico para un equipo que ya venía golpeado y que vio cómo sus posibilidades de remontar se esfumaban por completo.
La frustración se hizo presente en el Tricolor en los minutos finales. Tanto Diego Ochoa como Tahiel Jiménez fueron expulsados del partido debido a faltas producto de la impotencia que generó la derrota inminente.
Estas expulsiones no solo afectaron el desarrollo final del partido, sino que también evidenciaron la falta de control emocional del equipo en un momento crítico, algo que deberá trabajarse en futuras competencias.