
Este sábado, Luis Enrique se convirtió en uno de los técnicos más grandes en la historia del futbol, luego de que conquistara la Champions League 2025 con el Paris Saint Germain. El estratega español ya se encuentra en la élite mundial e histórica, pues también se convirtió en el primero en ganar el primer triplete en la historia del futbol francés: Ligue 1, Copa de Francia y Champions League.
En el terreno de juego del Allianz Arena de Munich, sus pupilos se impusieron por goleada 5-0 al Inter de Milán, uno de los equipos con más trayectoria y palmarés en toda Europa. Para Luis Enrique, la segunda Champions League en su carrera tiene un toque mucho más especial, pues cumplió la promesa y el sueño que le hizo a su hija de levantar de nuevo la “Orejona”.
Xana, quien murió en 2019 por un tumor óseo, ya no estuvo físicamente con su padre, pero su presencia, amor y recuerdo lo acompañaron en todo momento, hasta celebrar de nuevo desde el cielo la segunda Champions de su viejo.

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“Tengo la motivación de continuar adelante con lo que la vida me da, compartiendo con mi familia. No estará mi hija físicamente, pero estará espiritualmente, y eso para mí es muy importante. Recuerdo una foto increíble con ella en la final de Berlín. Clavó una bandera del Barça en el campo. Tengo el deseo de poder hacer lo mismo con el PSG”, declaró Luis Enrique, previo a la final.
Sin duda, el director técnico español cumplió su deseo y promesa, ahora al frente del Paris Saint Germain, de conquistar la Champions League 2025. Esta vez su hija Xana no estuvo de forma física, pero su presencia fue más fuerte que nunca para él.
Fue hace 10 años cuando el español llevó a la gloria europea al Barcelona y junto con su hija celebró en el centro de la cancha ese título. Xana en esa ocasión ondeó y clavó una bandera del club sobre el césped.
Esta vez, ya sin la presencia física de Xana, Luis Enrique conquistó la Champions League por segunda vez en su carrera y la primera para el PSG, una inmensa muestra de la resiliencia que ha tenido en su vida ante una pérdida que lo dejó incompleto para toda la eternidad.
Emotivo homenaje de la afición
Los seguidores del equipo parisino emocionaron hasta las lágrimas a su técnico, luego de conseguir la “Orejona”, desplegaron en las tribunas un tifo inmenso que mostraba a su hija Xana en el centro de la cancha a lado de su padre, celebrando una vez más su éxito.
La partida de su pequeña hija se convirtió en motivación pura para Luis Enrique, quien ha hecho una fortaleza para seguir adelante, regresando a la senda del triunfo, una que ha recorrido muchas veces desde que fue jugador y ahora como entrenador se está acostumbrando cada día más.