Internacional

Las historias que llegan con los médicos

Por Pelayo Terry Cuervo, Exclusivo para Por Esto!

Foto: Alejandro P. Terry

LA HABANA, Cuba, 27 de noviembre.- Poco a poco, en dos aviones rusos de transporte de pasajeros, las autoridades cubanas van retirando a los integrantes del contingente que participaba en el Programa Más Médicos en Brasil, y que abandonan el país sudamericano ante las declaraciones directas, despectivas y amenazantes del presidente electo de esa nación, Jair Bolsonaro.

Y en verdad, la salida acelerada de los más de 8,000 médicos cubanos que prestaban servicios en lugares apartados en aquel país del Sur del continente, no borra el impacto social y de salud en muchas de las comunidades donde brindaban consulta, y que quienes regresan se encargan de recordar para que no se pierda en la memoria lo que significaron estos años.

Sin embargo, casi todos los días desde el 14 de noviembre, cuando el Ministerio de Salud cubano informó sobre la decisión de retirar a su personal, el presidente electo brasileño ha reiterado cuestionamientos al nivel profesional de los médicos y condiciona la permanencia en el Programa a la revalidación del título y la contratación individual.

En lo que evidentemente es una demostración de su doble moral, Bolsonaro dice ahora que se preocupa por la familia de los médicos cubanos, sin embargo, en el año 2016, siendo parlamentario, introdujo una propuesta de enmienda que perseguía impedir, a todo costa, que éstas pudieran asentarse en Brasil, para de esa forma buscar el retiro de los médicos.

Un canal abierto en Youtube por el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) cubano, pone un ejemplo demostrativo de las contradicciones en el discurso de Bolsonaro. “Por un lado exige a los médicos un examen para demostrar su competencia y habilidades para trabajar en Brasil, y al mismo tiempo, sin exigir ese examen, ni evidencias de algún tipo, anuncia que otorgará a todos los médicos cubanos, asilo político automático”, se denuncia en el sitio que han dado en llamar Vocería del MINREX.

“Es muy poco serio este comportamiento y muy preocupante para nuestras autoridades y nuestro personal médico. No podemos confiar en que nuestros médicos estén seguros, en este ambiente lleno de incertidumbre, con un gobierno de dudosa profesionalidad que no desea mantener este humanitario programa, lleno de hermosas historias de vida”, narra la cara visible del canal de la Cancillería, Yaira Jiménez Roig, directora de Comunicación e Imagen del MINREX.

Según Jiménez, “para continuar trabajando, Bolsonaro les exige a nuestros médicos un examen; y para el show político, les da un cheque en blanco, sin importarle, entonces, si es un profesional calificado” y añade que el presidente electo “quiere modificar las condiciones del programa, realmente para terminar con él, como ya ha dicho su designado Ministro de Salud, que ha considerado el programa, que tantos beneficios trajo a Brasil, como un proyecto de proselitismo político asociado a un partido, lo cual negamos rotundamente y queda demostrado con nuestra permanencia tras el golpe a la presidenta Dilma Rousseff”.

Ya se encuentran en Cuba más de 1,500 profesionales de la Salud, quienes según reportes de prensa, han dejado atrás una estela de cariño y admiración en los sectores menos favorecidos del gigante sudamericano, al ser esas personas las que más beneficios recibieron.

Los médicos cubanos estuvieron en su inmensa mayoría asentados en los lugares más recónditos, sitios de difícil acceso y con condiciones mínimas de vida, incluso, atendieron a poblaciones en más de 700 municipios donde nunca había llegado un doctor, pero siempre llevaron la salud y el amor para sanar el cuerpo, y el alma.

Este martes, en el aeropuerto internacional de La Habana, decenas de batas blancas se confundían con el habitual movimiento de personas que salían o entraban al país. Afuera, ómnibus de turismo los esperaban para trasladarlos a sus lugares de residencia.

Se trataba de otro vuelo con los galenos cubanos, quienes son recibidos por las autoridades en la losa de la terminal aérea y luego llegan a sus comunidades y barrios, donde igualmente les dan la bienvenida en su retorno a casa, en una ceremonia que ya se va haciendo habitual en todos los municipios del país.

Cada doctor es él mismo y una historia a la vez. Traen recuerdos y añoranzas, algunos rememoran al último paciente, otros hablan de la sorpresa por el retorno inmediato, los más, revelan detalles de lo acontecido en los remotos sitios donde dejaron su impronta, todos sienten el alivio de pisar tierra cubana.

Ahora llegan, descansan y en poco tiempo volverán a atender a los pacientes de sus barrios, contarán las historias vividas y estarán pensando en las que podrán venir, tanto en Cuba, como en otras partes el mundo, donde la medicina cubana escribe hoy, y en muchos casos de manera gratuita, la historia de cómo pueden los pueblos entenderse a través de lo más primordial para el ser humano: la salud que es igual a decir, la vida.