LA HABANA, 13 de septiembre (EFE).- El Gobierno cubano reconoció que no logrará los cinco millones de turistas que preveía para este año, cifra con la que la isla habría logrado un nuevo récord, y atribuyó la disminución de los visitantes a las medidas restrictivas impuestas por Estados Unidos tras la llegada de Donald Trump.
La nueva previsión, que rebaja la cifra a 4.7 millones de viajeros, fue anunciada esta semana por el ministro cubano de Turismo, Manuel Marrero, durante una reunión con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en la que el mandatario repasó los sectores clave de la economía del país y que recogen hoy los medios estatales.
Marrero destacó en ese encuentro los “esfuerzos” realizados en “medio de un periodo marcado por contingencias climáticas y las restricciones impuestas por el Gobierno de Estados Unidos a los viajes de sus conciudadanos”, reseña el diario Granma.
El ministro “ratificó la importancia del sector para el país”, que recibía “poco más de 350,000 turistas” en la década de 1990, cuando Cuba abrió sus instalaciones y hoteles al capital extranjero para tratar de reflotar su economía, golpeada por la intensa crisis que siguió a la desaparición de la Unión Soviética.
Cuba batió récords de llegada de viajeros foráneos en 2016 y 2017, cuando llegaron a la isla caribeña 4.5 y más de 4.6 millones de turistas, respectivamente.
Este auge turístico coincidió con el “deshielo” en las relaciones entre el país caribeño y Estados Unidos, un acercamiento solidificado en julio de 2015 con el restablecimiento oficial de nexos diplomáticos, que ahora atraviesan un momento delicado desde que el presidente estadounidense Donald Trump llegó al poder en 2017.
Trump revirtió algunas de las medidas aprobadas por su antecesor, Barack Obama, para flexibilizar el embargo estadounidense sobre Cuba, entre ellas el levantamiento de la prohibición a los viajes individuales en la categoría “pueblo a pueblo”, limitados nuevamente por la actual Administración.