Síguenos

Última hora

¿Quién es Isadora "N.", la Miss Guerrero detenida por portar arma del Ejército?

Internacional

Hablando de homenajes

Zheger Hay Harb

En el presente mes han tenido ocurrencia homenajes muy comentados: uno, en el que participó un ex coronel condenado por ejecuciones extrajudiciales; otro, por parte de la FARC al ex comandante conocido como Mono Jojoy y el que realizó el general ® de la policía al líder de la Cienciología.

El coronel ® Plubio Hernán Mejía, ex comandante del Batallón La Popa con sede en Valledupar, fue condenado por la justicia ordinaria a 19 años de prisión porque se comprobó que actuó en complicidad con Jorge 40, el sanguinario ex comandante paramilitar de quien además recibía una asignación mensual de treinta millones de pesos (un dólar = 2.500 pesos). Sus combates eran muy extraños; en uno de ellos, por ejemplo, presentó como bajas a 19 “guerrilleros” del ELN pero ninguno de sus 14 soldados sufrió siquiera un rasguño. Luego se supo que eran asesinados por el jefe paramilitar y Mejía los legalizaba como guerrilleros abatidos.

Por eso recibió felicitaciones por su gestión y se le consideró un eficaz militar “tropero”, hasta cuando se demostró que sus éxitos no eran más que asesinatos a sangre fría de inocentes campesinos y muchachos humildes de los cinturones de miseria de las ciudades a quienes luego vestían como guerrilleros y presentaban como bajas en combate.

Es de anotar que el entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, una vez se conoció ese y muchos hechos más de falsos positivos, destituyó la cúpula militar y pidió fuera investigada.

Con la doble moral con que los enemigos de la paz atacan a la Justicia Especial de Paz (JEP) cuando ésta se aplica a los ex guerrilleros, el coronel retirado se sometió a ella y gracias a los reglamentos de esta justicia especial salió en libertad. Pero ello no lo exonera de sus crímenes. Sigue vinculado a un proceso en el que se comprometió a decir la verdad y reparar a sus víctimas, lo cual hasta ahora no ha ocurrido.

Pues esta joya sorprendió al país cuando apareció en la prensa su foto, vistiendo su empolvado uniforme como si aún fuera militar activo, con un wisky en la mano, en una fiesta organizada por José Félix Lafourie en la que participaban empresarios, la mamá del presidente Duque, funcionarios públicos, relacionistas y personas de la farándula. Es de suponer que por lo menos algunos de los asistentes al ágape supieran de quien se trataba pero no tenemos noticia de que alguien se hubiera retirado en señal de protesta.

Lafourie es uribista radical, presidente de Fedegan, la organización que agrupa a los ganaderos (ellos dicen que a todos, pero sólo pesan los grandes del negocio); ha sido señalado en múltiples ocasiones de tener vínculos con el paramilitarismo y ha sido un ácido enemigo de la paz negociada. Era el candidato de Uribe en las pasadas elecciones a Contralor General pero fue derrotado aún dentro de su mismo partido, lo cual lanza una señal esperanzadora.

Su esposa, la senadora por el Centro Democrático que nos tiene acostumbrados a sus patanadas como cuando a la muerte de García Márquez dijo que ya iba a arder en el infierno junto con Fidel Castro, visitaba a este homicida en la cárcel, como lo hacía también Paola Holguín, otra senadora de ese partido. Ha sido enemiga declarada del proceso de paz y la semana pasada dijo que el presidente Duque debería destituir a toda la cúpula militar (una cúpula inservible, la llamó) y nombrar otra más agresiva porque los actuales están siguiendo la política pactada en el Acuerdo de Paz. Con su homenaje al ex coronel de los falsos positivos nos están notificando qué tipo de militares quieren que llegue a la cúpula.

En otro homenaje, el general ® de la Policía Carlos Ramiro Mena condecoró en Barbados, en nombre de la Policía, con la Medalla a la Transparencia al líder espiritual de la Cienciología David Miscavige. No tenía autorización ni para entregar esa condecoración ni para vestir el uniforme, pero estoy viendo que los militares que se retiran los conservan en naftalina para cuando se les ocurra usarlos, por capricho, para revestirse de una dignidad de oropel.

Por su parte los miembros del nuevo partido FAR, organizaron un homenaje a su ex comandante Jorge Briceño, conocido como el Mono Jojoy (en Colombia se llama monos a los rubios) para conmemorar los 14 años de su muerte durante un feroz bombardeo en el periodo en que Juan Manuel Santos ocupaba la cartera de Defensa.

El evento se realizó en un barrio popular producto de una invasión dirigida por el partido comunista en los años 60. Participó la hoy senadora por el partido FAR Sandra Ramírez, compañera sentimental de quien fuera jefe máximo de la antigua guerrilla Manuel Marulanda Vélez, conocido como Tiro Fijo, militantes de la UP y del nuevo partido en que se convirtieron las FARC luego de firmar el acuerdo de paz.

Jojoy es una figura controvertida porque en esta guerra tan degradada dirigió secuestros y combates y permanece en la memoria colectiva el video que lo muestra frente a la alambrada de púas con que encerraron a los policías y militares secuestrados, encadenados, diciendo: “prepárense para estar aquí mucho tiempo”. Varios de ellos murieron en cautiverio y un oficial debió permanecer allí sin poder despedirse de su hijo enfermo de cáncer quien suplicaba a las FARC que dejaran salir a su papá para verlo antes de morir, lo cual fatalmente ocurrió sin que la guerrilla, en un hecho inexcusable de torpeza política, lo liberara.

Los ex guerrilleros lo recuerdan como un padre bonachón y guardan su recuerdo con cariño. Quienes participaron en el homenaje dijeron que pedían perdón por sus delitos, que querían reparar a sus víctimas y que no excusaban los cometidos por el Mono pero que era producto de la degradación de la guerra que los envolvió no sólo a ellos sino a todos los actores del conflicto.

En su intervención el hijo del homenajeado dijo: “Hoy estamos reunidos para reconocer también nuestros errores y pedirle perdón a Colombia por la guerra. Pido un minuto de silencio por todas las víctimas. Perdón por todo el dolor causado, queríamos una mejor vida para todos, no la tragedia a la que nos obligaron”.

Hubo muchos que se indignaron por el homenaje: El hijo del ex presidente Santos trinó: “Conmemorar la muerte del Mono Jojoy tiene una cosa positiva: el fracaso seguro de las FARC en la política”. La periodista colombo española Salud Hernández, quien escribió el prólogo del libro del sanguinario paramilitar Carlos Castaño, dijo que era indignante y una afrenta a las víctimas, pero no oímos su indignada voz ante los homenajes presentados arriba en esta nota. Muchos fueron hasta el lugar donde se rendía el homenaje a Jojoy a gritarles asesinos a los presentes. Varios de quienes homenajearon a los “héroes” de los falsos positivos se escandalizaron porque la FARC quisiera homenajear a sus ex comandantes.

Habría que preguntarles: ¿Esperaban que luego de haber firmado la paz y haberse comprometido a respetarla, la FARC rindiera homenaje a Lady D o a la madre Teresa de Calcuta? Están respetando la memoria de quienes, como ellos, buscaron una sociedad más equitativa a pesar de que en el trasegar de la guerra se extraviaron por caminos que nunca debieron recorrer como revolucionarios.

Siguiente noticia

Trump apoya dos estados: uno para Israel y otro para palestinos