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Internacional

Toque de queda por tercera noche en Chile

SANTIAGO DE CHILE, 21 de octubre (AFP/EFE/AP).- Miles de personas manifestaron este lunes en la céntrica plaza Italia de Santiago y las protestas se mantuvieron en varios puntos de Chile, tras un estallido social que deja 11 muertos y cientos de heridos desde la semana pasada, obligando a decretar toque de queda por tercer día consecutivo.

Además de la Metropolitana, las autoridades han decretado también toque de queda nocturno en la región de Valparaíso, la provincia de Concepción, y las ciudades de Antofagasta, La Serena y Coquimbo; Rancagua y Talcay Valdivia.

“Que se vayan los milicos”, gritaban los manifestantes la Plaza Italia, en abierto desafío a las fuerzas militares y policiales que resguardan en gran número el centro de la capital chilena, bajo estado de emergencia.

Bailando, caceroleando y aplaudiendo con fuerza cada vez que sobrevuela un helicóptero militar, los manifestantes coreaban: “Ohhh...Chile despertó; Chile despertó...”

Pese a los llamados a la calma del gobierno, la intensidad de las protestas no cede, obligando a las autoridades a decretar por tercer día consecutivo un toque de queda en Santiago y otras ciudades del país.

Hasta el momento, “la cifra de fallecidos oficiales que tenemos que lamentar en estos últimos dos días es 11”, dijo Karla Rubilar, intendenta (gobernadora) de la Región Metropolitana.

Las muertes han ocurrido en su mayoría a causa de incendios de instalaciones en medio de los extendidos saqueos. El Partido Comunista denuncia la muerte por un disparo policial de un joven ecuatoriano en la cuidad de La Serena.

El ministro de Salud, Jaime Máñalich, informó de su lado que hay 239 civiles heridos, ocho de ellos en riesgo vital. El titular de la cartera de

Interior, Andrés Chadwick, dijo que 50 policías y soldados también resultaron heridos, en tanto la Fiscalia dio cuenta de 2,151 detenidos en todo Chile. El Instituto de Derechos Humanos reporta en tanto 37 heridos por arma de fuego.

El Senado de Chile aprobó este lunes por unanimidad el proyecto de ley que anula la subida del precio del pasaje del Metro de Santiago, alza tarifaria que motivó la protesta social que vive el país, y que tras su aprobación el domingo por la Cámara de Diputados quedó para su promulgación como ley.

Esta ley facultará al presidente de Chile, Sebastián Piñera, a dejar sin efecto o limitar un alza de tarifas en el transporte público de pasajeros.

Día laboral a medias

En un ambiente de gran tensión, con varios focos de protesta, los chilenos abordaban el primer día laboral tras el estallido de las manifestaciones más violentas desde el retorno a la democracia en 1990 con el fin de la dictadura de Augusto Pinochet.

Muchos empleadores cancelaron las jornadas de trabajo y las clases estaban suspendidas en prácticamente todos los colegios y universidades.

Las autoridades calcularon en 20,000 los puestos de trabajo afectados por la destrucción y la bolsa de Comercio de Santiago cerró con una caída de 4,61%.

Si el detonante del conflicto fue el aumento de la tarifa del metro, con el correr de las horas las protestas se hicieron eco de otras reivindicaciones en una sociedad que incuba descontento desde hace años con un modelo económico cuyo acceso a la salud y a la educación es prácticamente privado, con una alta desigualdad social, bajas pensiones y alza de los servicios básicos.

“La gente está aburrida, está cansada, está dolida porque es mucho”, dice Solange, una maestra que se manifestaba en el centro de Santiago.

En el centro de Santiago se observa gran presencia militar y policial. Algunas tiendas abrieron sus puertas, pero la mayoría de los supermercados y centros comerciales permanecían cerrados o abrían parcialmente.

En algunos supermercados, las personas hacían largas filas para abastecerse de víveres. En las gasolineras había enormes colas de vehículos para cargar combustible.

La violencia de las protestas tiene a muchos perplejos, con miedo, aunque también expectantes de los cambios que se pueden venir tras el estallido.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y expresidenta chilena Michelle Bachelet exhorta a los actores políticos y a la sociedad civil “a que inicien el diálogo y eviten la polarización de palabra o de hechos”, tras la violencia y los disturbios que se han extendido en el país en los últimos días.

Chilenos en Uruguay y Argentina

Con un “cacerolazo”, entre cánticos y alzando pancartas con mensajes antifascistas, un grupo de chilenos residentes en Uruguay se manifestó en las inmediaciones de la embajada de Chile en Montevideo para expresar su apoyo a las protestas contra el Gobierno de Sebastián Piñera.

En el marco de la manifestación, que tuvo lugar junto al vallado instalado por la Policía uruguaya en la calle de la embajada, un grupo de chilenos residentes en Uruguay leyó una proclama en la que los activistas repudiaron la presencia militar en las calles de Chile.

Mientras, una movilización convocada por organizaciones sociales y políticas de izquierdas ante el consulado de Chile en Buenos Aires provocó este lunes varios incidentes que requirieron de la llegada de la policía y los bomberos y que dejaron nueve detenidos, informaron a Efe fuentes oficiales.

En medio de un confuso episodio que implicó presuntamente a manifestantes con periodistas, se comenzaron a sentir carreras de personas y después varios focos de fuego sobre la vereda (andén) y de un contenedor de basura cercano.

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