La crecida del río Mississippi está poniendo presión a diques, causando embotellamientos viales y evacuaciones residenciales a la vez que llega a los niveles récord que alcanzó durante la devastadora inundación de 1993. El gobernador de Missouri, Mike Parson, inspeccionó las zonas inundadas en partes del noreste del estado, donde se han realizado una docena de rescates. A nivel estatal, casi 400 carreteras permanecían cerradas. (AFP)