Internacional

Centenarios cubanos aspiran a vivir 120 años

Con 11.2 millones de habitantes, Cuba tiene 2,070 centenarios y una esperanza de vida de 79.7 años

LA HABANA, Cuba, 30 de junio (AFP).- Frente al espejo, Delia Barrios se maquilla con rubor y lápiz labial. Quiere verse bella para festejar sus 102 años, rodeada de sus seres queridos, como ocurre con muchos centenarios cubanos, cuya longevidad intriga a los expertos.

“No me siento de esta edad porque tengo una familia (...) que me quiere mucho, me ayuda a sentirme bien”, explica Delia, mientras conduce hábilmente su sillón eléctrico de ruedas, con su tataranieta Patricia, de siete años, sentada en su regazo.

En el pastel de cumpleaños hay sólo dos velas. Delia las sopla entre los aplausos de una treintena de invitados, en el patio del edificio donde vive, en el Oeste de La Habana.

A los 60 años, los médicos le diagnosticaron un cáncer de colon y le dieron un año de vida. Ella echó por tierra ese pronóstico. En 1993, en plena crisis económica en la isla, se fue a vivir sola a Estados Unidos, donde reside su hijo.

En 2013, “todas las semanas me caía, y entonces la doctora me dijo: ‘no puede seguir viviendo sola’”, recuerda Delia, que asegura haber sido una mujer

“muy bailadora” y que fumó y bebió moderadamente”. Entonces decidió volver a la isla y ahora vive con su nieta Yumi, de 59 años.

“Muy familiar”

En la isla socialista, con una alta densidad de médicos por habitantes y un sistema de salud gratuito, un “Club de 120 años” anima a los cubanos a llegar a esa edad venerable.

“Biológicamente está demostrado que el hombre puede vivir de 120 a 125 años”, afirma el médico Raúl Rodríguez, quien preside esa institución, creada en 2003 por el médico de Fidel Castro, Eugenio Selman-Housein.

El club “trata de estimular en toda la población estilos de vida saludables, que es la única forma de llegar a esa edad”, advierte Rodríguez.

En vista de que los jubilados suelen recibir una pensión equivalente a 10 dólares al mes, el Estado ha abierto comedores sociales para aquellos que no pueden complementar esta cantidad con la ayuda de sus familias en el extranjero.

Los centenarios son los más mimados. “Les tratamos de dar, dentro del programa nacional del adulto mayor, un seguimiento muy especial”, explica la médica Alina González, del Centro de Investigaciones sobre la Longevidad (Cited).

“Todos los centenarios de La Habana pueden llamarnos en caso de problemas de salud e inmediatamente un geriatra los verá”, explica González.

Con arrugas en el rostro y mirada traviesa, Rigoberta Santovenia cumplió 102 años en enero. “No pensé llegar a esta edad y estoy aquí”, bromea.

Rigoberta, que camina rápido aunque apoyándose en un bastón, cocinó hasta hace unos meses, cuando los médicos le aconsejaron dejar de hacerlo. También dejó de coser, pero puede enhebrar una aguja y leer el periódico sin lentes.

¿Cuál es su secreto? “Soy muy familiar, quiero mucho a mi familia, a mis hijos, a mis nietos, (y) tengo bisnietos, seis. Nunca he estado sola, nunca”.

Totalmente lúcida, recuerda que tenía 40 años cuando triunfó la revolución de Fidel Castro en 1959. “Me he adaptado a todos los gobiernos”, dice.

Vive en el barrio de El Vedado con su nieto y su hija Regla, de 68 años, con la que comparte cama y que la cuida todos los días.

“Es mi obligación, porque ella me lo dio todo. Ahora tengo que recompensarla”, dice Regla, convencida de que su madre “va a durar 120 años”.

“La bisabuela de ella era esclava”, y “parece que esa sangre de esclavo que ella tiene es más fuerte, por eso dura tanto”, añade.

Reto y realidad

Esta longevidad cubana es un reto para los especialistas.

“El apoyo de la familia tiende a favorecer la longevidad: eso se ve en Japón”, explica Robert Young, director del Grupo de Investigaciones sobre

Gerontología (GRG), de Estados Unidos. El clima cálido también ayuda, añade.

Pero afirmar que en un país se vive más tiempo que en otro, es también “utilizado con fines de propaganda ideológica”, apunta.

Según Vincent Geloso, profesor de Economía de la King’s University College de Canadá y autor de un artículo sobre el tema, los médicos cubanos “tienen cifras que alcanzar o son sancionados”.

Geloso destaca que “Cuba es un país que tiene una alta esperanza de vida en comparación con su nivel de ingresos”.

Para explicar esta “paradoja”, Geloso plantea, entre un cóctel de buenos ingredientes, un factor inesperado: “Cuba tiene una de las tasas más bajas de posesión de automóviles”. En el mundo, los accidentes de carretera son una de las principales causas de muerte.

También cita restricciones alimentarias durante el “Período Especial” (crisis económica de la década de 1990) que redujeron la diabetes o las

“medidas coercitivas de salud pública”, como la cuarentena de seropositivos en los años ochenta.

“Cuba tiene mucho éxito en mantener viva a la gente por mucho tiempo”, dice Geloso. “Pero si les ofreciéramos a los cubanos la posibilidad de elegir entre un año más de vida y, por ejemplo, ingresos más altos u otro tipo de educación, ¿qué elegirían?”.

Aumenta salario

El Gobierno cubano decretó el jueves pasado, por primera vez en varios años, un incremento de salarios para los trabajadores públicos, incluidos médicos y maestros, que entrará en vigor en julio.

“No es el incremento salarial final al que vamos, pero es bastante significativo para las condiciones en las que estamos”, dijo el presidente Miguel Díaz-Canel citado por un documento que resumió una reunión del Consejo de Ministros.

La medida beneficiará a un millón 470,736 trabajadores de los organismos de la Administración Central del Estado, los órganos locales del Poder Popular, las organizaciones y asociaciones, dijo de su lado el ministro de Economía Alejandro Gil, citado por un comunicado oficial.

El anunció no especificó el porcentaje de alza de los salarios mensuales, pero señaló que el salario mínimo en ese sector se incrementará a 400 pesos (16,6 dólares) y el medio se elevará a 1.067 pesos (67 dólares).

El incremento de salarios es una necesidad reconocida por el gobierno, pero que ha sido diferida a momentos en que la economía pueda soportar ese gasto.

Según los datos de la oficial Oficina Nacional de Estadísticas e Información, al cierre de 2018 el salario medio en el país era de 777 pesos (32 dólares). Ese sueldo medio llega a 1,539 pesos (64 dólares) en actividades como la construcción, pero es de solo 503 pesos (21 dólares) cuando se trata de los trabajadores de la cultura y el deporte.

De los 4,4 millones de personas que trabajan en Cuba, 3 millones lo hacen para el estado, el 52% labora en fabricas y empresas productivas propiedad del estado, y el 48% son los funcionarios a los cuales se les aumenta el salario ahora.