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Internacional

El fenómeno de los trumpeteros

Por Manuel E. Yepe

“La élite gobernante tiene al pueblo estadounidense aislado de la realidad escondida tras consignas patrióticas y democráticas vacías que no llegan a la mayor parte e la ciudadanía. Para ser rescatado de esa matriz tienes que ser una persona fuera de lo común, extraordinaria. No soy un salvador que pueda rescatarte, pero puedo empujarte hacia el auto-rescate. Si quieres tener una mente libre, puedes lograrlo, pero debes tener la fuerza emocional para ello. Las cosas no son como te han entrenado a percibirlas. Hay maldad y corrupción a tu alrededor, y están precisamente en los lugares y las palabras que más te han enseñado a respetar.

“Desde el principio de los tiempos ha habido humanos que han querido saber la verdad sobre las cosas. La verdad era el propósito de la filosofía primitiva. La revolución científica le dio a los seres humanos la oportunidad de obtener algunas verdades naturales, y hubo que luchar por ellas. Hoy el dinero es el principal determinante de la “verdad”. Y esa “verdad” es lo que indica el dinero, y el dinero, a su vez, tiene el poder de hacer cumplir la “verdad”. La verdad real, tal como intento decirla, no es bienvenida hoy en día por ningún gobierno o interés gobernante en ninguna parte del mundo occidental o en aquellos países que han sido corrompidos por el mundo occidental.

“De hecho, el enemigo de la verdad hoy ya no está en Moscú ni en China. El enemigo está en Washington, Nueva York, Hollywood, la CNN, la MSNBC, la NPR, en el New York Times, el Washington Post, y en las universidades y científicos que mienten por dinero, y en los superricos que controlan estas entidades y, además. el Congreso, el Poder Ejecutivo, la Oficina Oval, y el Poder Judicial.

“De todas estas especies en peligro de extinción, la verdad es la más amenazada. Y estamos viendo como ésta se está apagando para nosotros”.

Así escribió Paul Craig Roberts en un artículo que tituló “Will The Matrix Prevail? (¿Prevalecerá lo sustancial?), en el que expresa una idea que puede conectarse con otra del jurista, escritor y político estadounidense Jacob G. Hornberger, abogado, autor y político, fundador y presidente de la Fundación Future of Freedom.

Para Hornberger, un aspecto fascinante de la presidencia de Donald Trump ha sido el surgimiento del fenómeno Trumpster, (en español, Trompeteros), que identifica a los conservadores que se han convertido en firmes seguidores del régimen de Trump.

Hay dos características distintivas de los trompeteros: su apoyo incondicional a cualquier cosa que Trump decida hacer para “hacer grande nuevamente a América (entendiendo por este patronímico sólo a Estados Unidos)” y su negativa a tolerar toda discrepancia o crítica contra acciones o dicciones de Trump.

Lo que impulsa a los Trompeteros es lo que se puede llamar el concepto de Gran Líder. En su mentalidad, los estadounidenses han elegido a un Gran Líder como presidente para que Estados Unidos vuelva a ser grande. Sólo tenemos que confiar en él para que lo haga a partir de su omnipotencia, confiar en sus decisiones siempre correctas y apoyarlo en cualquier curso de acción que emprenda.

Quien insinúe críticas o desacuerdos con el curso de acción elegido por Trump ha de ser atacado y acusado de odiar a Estados Unidos, de ser antipatriótico e ingrato por lo mucho que Trump ha hecho y seguirá haciendo por los estadounidenses.

Lo que los trumpeteros esperan lograr con estas diatribas es intimidar a los críticos de Trump para que guarden silencio. En sus mentes, a su gran líder se le debe dar rienda suelta para hacer lo que quiera para que Estados Unidos vuelva a ser una nación grandiosa, y creen firmemente que la crítica o el desacuerdo con Trump perjudica tal objetivo.

Por eso los trompeteros están tan dispuestos a aceptar el ejercicio del poder dictatorial de Trump. En lo que a ellos respecta, una vez que la gente elige a un gran líder, es lógico que ejerza poderes dictatoriales porque lo hace en interés de la nación.

Para ellos, el Gran Líder está haciendo lo que él cree que es necesario para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grandioso. ¿Y qué tiene de malo que ejerza poderes dictatoriales para hacerlo?

Consideran que la decisión de usar el dinero asignado al Pentágono para la construcción de un muro a lo largo de la frontera con América Latina es justa… porque la tomó Trump. Cuando el Congreso votó a favor de darle sólo una parte de lo que solicitaba, el gran líder y a sus trompeteros enfurecieron considerando que al gran líder hay que darle lo que quiera. Si el Congreso dice que no, el gran líder seguirá insistiendo hasta lograr su propósito de hacerlo de todos modos, según argumenta Hornberger.

Es cierto que todo esto es característico de las dictaduras, pero la comparación no molesta a los trompeteros en absoluto. No hay que decir que esto es también lo que las constituciones nacionales modernas pretenden evitar en aras de las democracias verdaderas.

(http://manuelyepe.wordpress.com)

(*) Este artículo se puede reproducir citando al periódico POR ESTO! como fuente.

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