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Internacional

¿Referendo internacional?

Alfredo García

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Con la mira puesta en su reelección en noviembre, el presidente, Donald Trump, impulsó la crisis política con Irán, fijando ante el electorado una posición de “candidato fuerte” frente a “peligros” procedentes del extranjero. Posterior a la “ejecución extrajudicial” del general iraní, Qasem Soleimani, Trump se vanaglorió de haber “evitado una guerra”, hacer “justicia estadounidense”, y haber “parado rápido y en frío” al “terrorista más grande del mundo”.

En el plano económico Trump confía y la prosperidad del poderoso complejo militar industrial y la sabiduría de los tecnócratas de su Gabinete en el manejo del supercapitalismo, para asegurar una relativa estabilidad económica durante la campaña electoral, mientras se siente seguro sobre que la mayoría republicana en el Senado, lo absuelva del juicio político en el Congreso. Sin embargo en política exterior, la poca experiencia de Trump y sus actuales asesores sitúan al empresario presidente en una posición de alto riesgo de cometer un error estratégico, que puede dar al traste con su aspiración reeleccionista.

Desde su ascenso a la Casa Blanca, Trump se rodeó de generales con calificadas credenciales como guerreros y estrategas militares: James Matis, secretario de Defensa, John Kelly, de Seguridad Interior, Michael Flynn y H.R. McMaster, consejeros de Seguridad Nacional. Todos renunciaron o fueron sustituidos por sus diferencias con Trump, para nombrar políticos o empresarios con poca experiencia militar y fácil manipulación por parte del presidente. Un reciente ejemplo lo dio el actual secretario de Defensa, Mark Esper, quien durante una entrevista en CBS el pasado domingo, manifestó que “no tenía pruebas concretas” de que el general Soleimani, planeara atacar a 4 embajadas norteamericanas. Para justificar el asesinato, Trump había acusado al general iraní de inminentes “ataques planeados en varias embajadas de Estados Unidos”.

Todo indica que Trump tomó la decisión de asesinar al general Soleimani para provocar la escalada con Irán, en el momento de iniciar la campaña electoral, contando con un aumento de su popularidad al enfrentar un conflicto internacional que junto a la imagen de “victima” por el juicio político del Congreso, espera sacarle buen provecho electoral. La ciencia política señala que “hacer campaña alrededor de la bandera”, genera unidad nacional y reduce críticas al gobierno que la impulsa.

Según, Anthony Zurcher, periodista de la BBC en Washington: “Para que tenga un efecto significativo sobre la posibilidad de reelección de Trump, la escalada con Irán tiene que prolongarse en el tiempo y generar una victoria militar impresionante”. Un estudio publicado por la revista, Foreign Policy Analysis, de la Universidad de Oxford, asegura que los conflictos con víctimas “tienen un efecto positivo sobre la popularidad de un presidente al menos en el primer año, pero después de 4 o 5 años los votantes comienzan a castigarlo”.

Las encuestas posteriores a la escalada militar con Irán, muestran que la mayoría de los norteamericanos están a favor del atentado contra Soleimani, pero a escaso margen de los que lo rechazan. Mientras tanto la popularidad de Trump se mantiene como en los últimos dos años: 53% de rechazo y 42% de aprobación. Muchos analistas pronostican una fuerte contienda electoral este año y gran posibilidad de victoria de Trump.

Sin embargo mientras la economía interna lo favorece, por ser Trump quien mueve los principales hilos económicos, en política exterior el autoritario presidente corre el riesgo de enfrentarse a un virtual referendo internacional, donde enemigos, adversarios y aliados, hartos de su egocentrismo y falta de ética, podrían boicotear sus propuestas políticas para coadyuvar a un cambio de liderato en la Casa Blanca.

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