Por primera vez en su historia, el santuario de Lourdes cerró sus puertas el martes por un tiempo indefinido, en momentos en que Francia entró en confinamiento para luchar contra el avance de la pandemia del nuevo coronavirus. El santuario, que atrae cada año a millones de católicos de todo el mundo, muchos de ellos de salud frágil, había adoptado a principios de marzo una serie de medidas para protegerse contra el coronavirus. Ya habían sido cerrados los estanques en los que los peregrinos enfermos se sumergen con la esperanza de curarse, situados cerca de la gruta donde, según la tradición cristiana, la Virgen apareció a la pastora Bernadette Soubirous en 1858.
El mate, esa infusión que en Uruguay, Argentina y Paraguay es un gesto de bienvenida y una invitación a la charla, se ha convertido en un arma en tiempos de coronavirus. Ahora que una de las principales recomendaciones para prevenir el contagio de Covid-19 es la distancia social, esta bebida estimulante a base de yerba mate que se toma chupando una cañita de metal (la “bombilla”) y se comparte a menudo en ronda, se volvió un peligro, ante la certeza de que la saliva humana es uno de los vehículos de contagio por excelencia. En Uruguay y Argentina, que tienen el mayor consumo de yerba mate por persona (unos 10 kilos anuales, y donde se trata de uno de los elementos más típicos y tradicionales de la sociedad en todos sus estratos, la campaña del Ministerio de Salud Pública contra el coronavirus pide “no compartir el mate, vajilla ni utensilios”.
El estado de Río de Janeiro y la ciudad de Sao Paulo, principales focos del coronavirus en Brasil, se declararon el martes en “estado de emergencia”, imponiendo restricciones al funcionamiento de restaurantes y de los transportes públicos. Brasil impuso varias medidas de restricción, entre ellas el cierre durante 15 días de lugares turísticos emblemáticos como el Pan de Azúcar o el Cristo Redentor del Corcovado.
Las prisiones belgas equipadas de talleres de costura proporcionarán cientos de máscaras de protección a los trabajadores sanitarios para contribuir a la lucha contra el nuevo coronavirus, anunció este martes la administración penitenciaria. “Ya hemos cortado telas para poder confeccionar 2,000 mascarillas”, indicó su portavoz, Kathleen De Vijver, asegurando que se trata de una iniciativa de prisioneros en Oudenaarde, que ya demostraron sus habilidades de costura.
Incrédulos y angustiados, los franceses iniciaron este martes un confinamiento casi total de al menos 15 días decidido por las autoridades para intentar frenar la multiplicación de contagios por el coronavirus en un país que contabiliza más de 6,500 casos y 148 muertos. Los barrios más turísticos de París, como Montmartre o los Campos Elíseos, que suelen estar atestados de turistas todo el año, estaban prácticamente vacíos el martes por la tarde. Desde ayer a las 12 del día, 67 millones de franceses deben respetar un confinamiento casi total. Sólo pueden salir para desplazamientos breves y puntuales, como ir de compras, acudir al médico o ir a trabajar cuando no puedan hacerlo a distancia. Quienes se aventuran a salir deben tener con ellos un formulario, que pueden descargar en el sitio web del ministerio del Interior. En caso de no tener conexión a Internet, pueden escribir el texto a mano, en el que declaran “por su honor” el motivo de su desplazamiento. Unos 100,000 policías están desplegados en todo el país para asegurarse de que la población respete el confinamiento. Quienes no puedan justificar el motivo de su presencia en las calles son sancionados con una multa de 38 euros.
Gesto “desprendido” El exprimer ministro y magnate italiano Silvio Berlusconi donó diez millones de euros (unos 11 millones de dólares) para los hospitales de la región de Lombardía (Norte de Italia), la más afectada por el coronavirus, anunció este martes su partido. La donación del multimillonario, de 83 años, será destinada a la creación de salas para los cuidados intensivos. Italia, el país más afectado en Europa por la pandemia, superó el umbral de las 2,000 muertes, con 349 decesos en las últimas 24 horas. En total 2,158 personas perdieron la vida, de los cuales 1,420 sólo en Lombardía.