
Este sábado 2 de agosto comenzaron a aplicarse las nuevas normas de transparencia de la Unión Europea para los modelos de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT de OpenAI y Gemini de Google.
Estas disposiciones forman parte de la Ley de Inteligencia Artificial aprobada en 2024, que se implementará de forma escalonada hasta 2027.
Las reglas obligan a estos sistemas a respetar los contenidos protegidos por derechos de autor y a no generar información que viole los derechos fundamentales o que sea discriminatoria.
Las plataformas también deberán explicar cómo se entrenaron los modelos y qué fuentes utilizaron, lo cual representa un giro importante hacia la responsabilidad y la supervisión ética de la IA en Europa.
Una ley pionera con impacto global
La legislación europea clasifica los sistemas de inteligencia artificial según el nivel de riesgo que representan para las personas, y exige que los considerados de “alto riesgo” sean evaluados bajo criterios de seguridad, transparencia y derechos humanos.
Además de esta ley, la UE también ha impulsado la Ley de Mercados Digitales y la Ley de Servicios Digitales, ambas dirigidas a limitar el poder de las grandes tecnológicas, la mayoría de origen estadounidense.
Este paquete legislativo ha generado tensiones diplomáticas con Estados Unidos, que acusa a la UE de imponer regulaciones excesivas.
Algunas tecnológicas se adhieren al código de buenas prácticas
Un grupo de 25 empresas tecnológicas, entre ellas Google, Amazon, IBM, Microsoft y OpenAI, firmaron voluntariamente un código de buenas prácticas elaborado por la Comisión Europea. Este código se enfoca en tres áreas: transparencia, derechos de autor y seguridad.
Sin embargo, Meta decidió no sumarse, mientras que las empresas chinas como Alibaba, Baidu y Deepseek también se mantienen al margen.
Por su parte, Elon Musk, a través de su compañía xAI, únicamente se adhirió a la sección relativa a seguridad, dejando de lado los apartados sobre transparencia y derechos de autor.
Con estas medidas, la Unión Europea busca posicionarse como líder mundial en regulación de inteligencia artificial, estableciendo un modelo que podría servir de referencia para otros países ante el crecimiento acelerado de esta tecnología.
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