
En un hecho sin precedentes, los líderes de Armenia y Azerbaiyán, Nikol Pashinyan e Ilham Aliyev, firmaron este viernes en Washington un acuerdo de paz que pone fin a casi cuatro décadas de enfrentamientos por el control de Karabaj.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, participó en la ceremonia y destacó que este pacto “establece la paz en el Cáucaso Sur” tras múltiples intentos fallidos por parte de la Unión Europea, Rusia y otros actores internacionales.
La “Ruta Trump” y su impacto regional
Como parte del acuerdo, se creará un corredor de tránsito denominado “Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacionales”, que conectará Azerbaiyán con su región de Najicheván a través de territorio armenio.
Este enlace facilitará la conectividad comercial, respetando la soberanía armenia, y busca reforzar los lazos de Bakú con Turquía, además de posicionar a Azerbaiyán como un centro logístico clave.
Para Armenia, el proyecto representa la oportunidad de integrarse a redes de comercio internacional, diversificar su economía y atraer inversión extranjera, aunque inicialmente existían temores sobre su impacto en la soberanía nacional.
Un giro geopolítico y tensión con Rusia
La firma del acuerdo en Washington marca un cambio en la orientación diplomática de ambos países hacia Occidente, enviando una clara señal a Moscú.
Rusia, que ha intentado mantener influencia en la región, ha reaccionado con críticas hacia Pashinyan y campañas de desinformación.
Este pacto no solo busca cerrar un capítulo bélico, sino también abrir un nuevo marco de cooperación económica y política en el Cáucaso Sur.
IO