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México

García Luna servidor de EE.UU.

* Nunca ha dejado de estar al servicio de Washington, que siempre le ha pagado con creces su servilismo permanente a la seguridad del Estado norteamericano* Documentos y testimonios obtenidos por Univision muestran que, en 2012, un grupo de oficiales de seguridad trabajó en una oficina privada propiedad de un grupo empresarial de amigos del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, mientras aún estaban en funciones de gobierno

I parte

CIUDAD DE MEXICO, 13 marzo (SinEmbargo).- El domingo 15 de noviembre de 2015, Genaro García Luna –el ex Secretario de seguridad pública de México– fue multado por pasarse una señal de alto en una calle de Miami cuando conducía una camioneta plateada Mazda tipo SUV.

En el formulario de la multa, el oficial de la policía registró como dirección de García Luna una mansión de cuatro baños, cuatro cuartos y embarcadero propio en Golden Beach, Florida, valuada en 3.3 millones de dólares.

La multa, hasta hoy desconocida, contiene una prueba clave de una relación de la que García Luna no ha querido hablar por años: su nexo con un corporativo de inteligencia que gozó de cuestionados privilegios en México cuando él estaba cargo de la Secretaría de Seguridad, según lo logró establecer Univision en asocio con el periodista Julio Roa del portal En la Politika. La corporación fue además favorecida con un contrato de adquisición de un programa para rastrear información e interceptar comunicaciones.

Los registros de residencia consultados por Roa prueban que García Luna se mudó allí en febrero de 2013, tres meses después de haber dejado su puesto como funcionario. Otros registros muestran a García Luna y su esposa como residentes de otro pent-house de lujo valuado en 2.3 millones de dólares, en Aventura, Florida, entre 2016 y 2018.

Ambas propiedades pertenecían en ese momento a un grupo empresarial propiedad de la familia Weinberg. El grupo, con presencia en Israel, Panamá, México y Estados Unidos, es uno de los principales proveedores de equipos y tecnología de seguridad israelí en Latinoamérica.

Los Weinberg y García Luna son viejos conocidos. En una larga entrevista con Univision en Ciudad de México el 4 de marzo, el empresario Alexis Weinberg dijo que su padre, Samuel Weinberg, conocía al exfuncionario desde la década de los 80, cuando García Luna comenzaba su carrera policial en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional de México (Cisen).

“Mi papá conoció a Genaro desde que trabajaba en el Cisen, hace más de 30 años, desde que él era casi el que abría la puerta allí. Era un ingeniero que trabajaba en esa época como técnico”, dijo Weinberg.

El empresario aceptó que García Luna había vivido en sus casas cuando se mudó a Miami al terminar su encargo público.

“La casa era parte de nuestras inversiones en Miami. Nosotros se la rentamos a Genaro. Hicimos un contrato y él nos hacía depósitos. Cuando pusimos en renta la casa, nos rentó el departamento e hicimos lo mismo”, afirmó.

Weinberg aseguró que enviaría a Univision una copia del contrato y de algunos pagos de renta, pero no lo hizo. Negó que hayan sido socios en algún negocio, que hayan obtenido contratos o hayan sido beneficiados en algún modo por su amistad con García Luna.

Los Weinberg son propietarios de una compañía llamada Icit, que tiene presencia en Panamá, México y Estados Unidos. La filial mexicana utilizó el trabajo de funcionarios e información privilegiada de la Secretaría de Seguridad Pública al mando de García Luna para distribuir reportes de seguridad o ganar clientes para otras áreas de su compañía, según lo relataron algunos exservidores públicos de esas dependencias en extensas entrevistas con Univision.

José Antonio Polo era entonces coordinador de asesores de García Luna. Al mismo tiempo, según los testimonios, era el jefe en Icit. En una entrevista con Univision, él admitió que conoció esa situación, pero se negó a ofrecer detalles “por una cuestión de confidencialidad”. Él dijo que nunca trabajó para Icit mientras estuvo como servidor público en el gobierno.

Sin que existiera un contrato entre Icit y la Secretaría de Seguridad, según los testimonios, la empresa enviaba los reportes a clientes especiales como bancos o empresarios basándose en información suministrada por debajo de la mesa por la propia Secretaría, agregaron los exfuncionarios y otros entrevistados que también trabajaron en la firma.

“Sí contratamos a exfuncionarios, pero no mientras seguían en sus cargos”, dijo Weinberg en la entrevista. Más tarde en la conversación, añadió: “quizá hicieron algo para nosotros en fines de semana o en sus horas libres”.

La firma utilizaba al menos un programa de seguridad israelí llamado NiceTrack que se vende a gobiernos y sirve, según su propio sitio web, para rastrear información, interceptar comunicaciones y rastrear a usuarios en su ubicación física.

Según documentos obtenidos por Univision, NiceTrack fue vendido en 2008 por la familia Weinberg a la Secretaría de Seguridad Pública, a través de su división de Policía Federal. Weinberg y su socio Natan Wancier lo aceptaron durante la entrevista para esta investigación. Sin embargo, negaron que se usara de manera anómala para acceder a datos confidenciales.

“Compramos para nuestro propio uso una versión de NiceTrack que se usa solo para rastrear información pública, como una búsqueda de Google. Es diferente a la que vendimos al gobierno’’, dijo Wancier. Univision no tuvo acceso para saber con seguridad qué versión específica de NiceTrack se utilizó en sus oficinas.

De acuerdo con varios correos obtenidos por Univision, Icit trabajaba simultáneamente con información pública y confidencial. Uno de los exempleados de Icit dijo que cuando se producía un arresto importante, lo sabía primero la empresa de seguridad que cualquier medio de comunicación.

“Que nos digan cuál es el cliente a quien le vendíamos esa información. Ese negocio de los reportes no nos funcionó. Perdimos mucho dinero”, replicó Wancier.

Una de las entrevistadas, que pidió no ser identificada por temor a represalias, explicó que a finales de 2011 varios empleados de la Secretaría fueron enviados a trabajar en un bunker de Icit en Ciudad de México. La nueva asignación se conocía entre ellos solamente como el “proyecto secreto”.

“Los que eran tus compañeros ya no te hablaban, iban solamente un rato y otros ya nunca iban. Todos hablaban sobre el proyecto secreto”, dijo la exfuncionaria. “Me reclutaron poco después y supe que el proyecto secreto consistía en que yo seguía cobrando en la Secretaría, pero ahora estaba todo el día en una oficina y trabajando para unos señores”.

Los señores eran Mauricio y Alexis Weinberg, además de Natan Wancier, quienes son socios en más de una veintena de compañías en varios países. Ellos han sido beneficiarios de contratos de seguridad con el gobierno mexicano y son parte de un conglomerado de inteligencia que en 2010 vendió un programa de espionaje al gobierno de Ricardo Martinelli en Panamá, según documentos obtenidos por Univision en colaboración con reporteros de La Prensa de Panamá.

“En Panamá vendimos un equipo. Si lo usaron bien o mal eso no depende de nosotros. El gobierno firmó un certificado de usuario final ante el gobierno de Israel y se comprometió a que sería un uso oficial y no privado”, dijo Wancier sobre el contrato panameño.

“Un caso tan claro de colusión y de utilización de herramientas tecnológicas del Estado para fines privados, en beneficio comercial privado, creo que no se ha documentado hasta ahora”, dijo a Univision Luis Fernando García, director de R3D, al conocer cómo funcionaba la oficina alterna que operó Icit con funcionarios de seguridad de México.

R3D es una organización que ha documentado mal uso de software de seguridad contratado por el gobierno mexicano para espiar a periodistas y activistas.

Ninguno de los entrevistados entregó algún documento que pruebe que García Luna conocía que sus subordinados trabajaron al mismo tiempo en el gobierno y en una oficina privada de sus amigos.

García Luna no respondió a peticiones de entrevista de Univision. Desde febrero pasado, la secretaria en su oficina ha respondido: sabemos de su solicitud de entrevista, por favor espere a ser contactado. Su compañía no ha respondido mensajes de Univision. En 2017, cuando Univision los buscó por primera vez para hablar de este tema, dijo que él negaba cualquier vínculo comercial con los Weinberg y que no había cometido actos de corrupción.

Su más reciente pronunciamiento se produjo en noviembre pasado luego de que él fue mencionado en el juicio contra el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán en Nueva York. El testigo del gobierno Jesús El Rey Zambada, aseguró que García Luna recibió al menos 56 millones de dólares en sobornos del Cartel de Sinaloa. En una carta a los medios, él dijo que eran falsas las acusaciones en su contra.

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