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50 millones de dólares a mercenarios

Por Dan Cohen y

Max Blumenthal *

II

CARACAS, Venezuela (Continuación).- Para el 2010, “Voluntad Popular” y sus partidarios extranjeros se movieron para explotar la peor sequía que azotó a Venezuela en décadas. La gran escasez de electricidad había golpeado al país debido a la escasez de agua, que era necesaria para alimentar las centrales hidroeléctricas. Una recesión económica mundial y la disminución de los precios del petróleo agravaron la crisis, lo que provocó el descontento público.

Stratfor y CANVAS, asesores clave de Guaidó y su equipo antigubernamental, idearon un plan sorprendentemente cínico para introducir una daga a través del corazón de la Revolución Bolivariana. El plan giraba en torno al colapso del 70% del sistema eléctrico del país en abril del 2010.

“Este podría ser el evento decisivo, ya que Chávez no puede hacer mucho para proteger a los pobres por la falla del sistema”, declaró el memorando interno de Stratfor. “Esto probablemente tendría el impacto de galvanizar la inestabilidad pública de una manera que ningún grupo de la oposición podría generar. En ese momento, un grupo de oposición sería lo mejor para aprovechar la situación según sus necesidades y voltearla contra Chávez”.

Para este punto, la oposición venezolana recibía de $ 40-50 millones de dólares al año de organizaciones gubernamentales como la USAID y la NED, según un informe del think-tank español Instituto FRIDE. También tenía una cuantiosa riqueza en sus propias cuentas, que en su mayoría estaban fuera del país.

Si bien el escenario previsto por Stratfor no llegó a buen término, los activistas del partido “Voluntad Popular” y sus aliados descartaron cualquier pretensión de no violencia y se unieron a un plan radical para desestabilizar el país.

Hacia la desestabilización

violenta

En noviembre del 2010, según correos electrónicos obtenidos por los servicios de seguridad venezolanos y presentados por el ex ministro de Justicia, Miguel Rodríguez Torres, Guaidó, Goicoechea y varios otros activistas estudiantiles asistieron a una jornada secreta de capacitación de cinco días en un hotel en México, al que apodaron Fiesta mexicana. Las sesiones fueron dirigidas por Otpor, los capacitadores para cambios de Gobierno con sede en Belgrado respaldados por el gobierno de los Estados Unidos. Según se informa, la reunión recibió la bendición de Otto Reich, fanático anticastrista del exilio que trabajó en el Departamento de Estado de George W. Bush, y del ex presidente colombiano de Derecha, Alvaro Uribe.

En el hotel Fiesta mexicana, según los correos electrónicos, Guaidó y sus compañeros activistas idearon un plan para derrocar al Presidente Hugo Chávez generando caos a través de prolongados espasmos de violencia callejera.

Tres figuras de la industria petrolera -Gustavo Tovar, Eligio Cedeño y Pedro Burelli- supuestamente pagaron la cuenta de $ 52,000 dólares requerida para celebrar la reunión. Tovar es un autodenominado “activista de Derechos Humanos” e “intelectual” cuyo hermano menor, Reynaldo Tovar Arroyo, es el representante en Venezuela de Petroquímica del Golfo, una empresa privada mexicana de petróleo y gas que tiene un contrato con el Estado venezolano.

Cedeño, por su parte, es un empresario venezolano fugitivo que solicitó asilo en los Estados Unidos, y Pedro Burelli, ex ejecutivo de JP Morgan y ex director de la compañía petrolera nacional de Venezuela (PDVSA). Dejó PDVSA en 1998 cuando Hugo Chávez tomó el poder y está en el comité asesor del Programa de Liderazgo para América Latina de la Universidad de Georgetown.

Burelli insistió en que los correos electrónicos que detallaban su participación fueron fabricados e incluso contrató a un investigador privado para probarlo. El investigador declaró que los registros de Google mostraban que los correos electrónicos que supuestamente eran suyos nunca se transmitieron.

Sin embargo, hoy Burelli no oculta su deseo de ver al actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, depuesto e incluso arrastrado por las calles y sodomizado con una bayoneta, como sucedió con el líder libio Muammar Gadafi en manos de milicianos respaldados por la OTAN.

Actualización: Tras publicarse este artículo, Burelli contactó a The Grayzone para aclarar su participación en la trama de la Fiesta mexicana.

Burelli definió el encuentro como “una reunión legítima que se dio lugar en un hotel con un nombre diferente” en México.

Al preguntarle si Otpor coordinó la reunión, sólo manifestó que “le gusta” el trabajo de Otpor/CANVAS y mientras que no es un financista, le ha “recomendado a activistas de diferentes países que le siguieran la pista y participen en las actividades que dirigen en varios países”.

Burelli agregó: “En Venezuela, el Instituto Einstein abiertamente ha entrenado a miles. La filosofía de Gene Sharp es ampliamente estudiada y reconocida. Y que probablemente esto ha evitado que la lucha se convirtiera en una guerra civil”.

El supuesto complot de la Fiesta mexicana fluyó hacia otro plan de desestabilización revelado en una serie de documentos producidos por el Gobierno venezolano. En mayo del 2014, Caracas publicó documentos que detallan un plan de asesinato contra el Presidente Nicolás Maduro. Las filtraciones identificaron a la antichavista de línea dura María Corina Machado -hoy en día la principal ficha del senador Marco Rubio-, como la lideresa del plan. Fundadora de Súmate, grupo financiado por la NED, Machado ha fungido como enlace internacional para la oposición visitando al Presidente George W. Bush en el 2005.

“Creo que es hora de reunir esfuerzos; haga las llamadas necesarias y obtenga financiamiento para aniquilar a Maduro y el resto se derrumbará”, escribió Machado en un correo electrónico al ex diplomático venezolano Diego Arria en el 2014.

En otro correo, Machado afirmó que el plan violento tuvo la bendición del embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker. “Ya me decidí y esta lucha continuará hasta que este régimen sea derrocado y cumplamos con nuestros amigos en el mundo. Si fui a San Cristóbal y me expuse ante la OEA, no temo nada. Kevin Whitaker ya ha reconfirmado su apoyo y señaló los nuevos pasos. Tenemos una chequera más fuerte que la del régimen para romper el círculo de seguridad internacional”.

Guaidó se va a

las barricadas

En febrero, los manifestantes estudiantiles, actuando como fuerza de choque de la oligarquía exiliada, erigieron violentas barricadas en todo el país, convirtiendo los cuarteles controlados por la oposición en fortalezas violentas conocidas como guarimbas. Mientras que los medios internacionales describieron la agitación como una protesta espontánea contra el Gobierno de Maduro, hubo una amplia evidencia de que “Voluntad Popular” estaba orquestando el programa.

“Ninguno de los manifestantes en las universidades usaba sus camisetas universitarias, todos llevaban camisetas de Voluntad Popular o Primero Justicia “, dijo un participante de la guarimba en ese momento. “Podrían haber sido grupos estudiantiles, pero los consejos estudiantiles están afiliados a los partidos políticos de oposición y son responsables ante ellos”.

Cuando se les preguntó quiénes eran los líderes, un participante de la guarimba dijo: “Bueno, si soy totalmente honesto, esos tipos ahora son diputados”.

Alrededor de 43 murieron durante las guarimbas del 2014. Tres años después, volvieron a estallar, causando extensa destrucción de la infraestructura pública, el asesinato de partidarios del gobierno y la muerte de 126 personas, muchas de las cuales eran chavistas. En varios casos, los partidarios del Gobierno fueron quemados vivos por bandas armadas.

Guaidó estuvo directamente involucrado en las guarimbas del 2014. De hecho, tuiteó un video en el que se mostraba a sí mismo vestido con un casco y una máscara antigás, rodeado de elementos enmascarados y armados que habían cerrado una vía en la que estaban enfrentando de forma violenta con la policía. Aludiendo a su participación en la Generación 2007, proclamó: “Recuerdo que en el 2007 proclamamos: ‘¡Estudiantes!’ Ahora, gritamos, ‘¡Resistencia! ¡Resistencia!’”.

Guaidó eliminó el tuit, demostrando una aparente preocupación por su imagen como defensor de la democracia.

El 12 de febrero del 2014, durante el apogeo de las guarimbas de ese año, Guaidó se unió a López en la tarima en un mitin de Voluntad Popular y Primero Justicia. Durante una larga diatriba contra el Gobierno, López instó a la multitud a marchar a la oficina de la Fiscal General Luisa Ortega Díaz. Poco después, la oficina de Díaz fue atacada por bandas armadas que intentaron incendiarla. Ella lo denunció llamándolo “violencia planificada y premeditada”.

En una aparición por televisión en el 2016, Guaidó calificó como un mito a las muertes causadas por las guayas, una táctica de la guarimba que consiste en estirar un cable de acero a través de una carretera para herir o matar a los motociclistas. Sus comentarios blanquearon una táctica mortal que mató a civiles desarmados como Santiago Pedroza y que decapitó a un hombre llamado Elvis Durán, entre muchos otros.

Este insensible desprecio por la vida humana define a su partido, Voluntad Popular, a los ojos de gran parte del público, incluyendo a muchos opositores de Maduro.

(Continuará)

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