Alvaro Cepeda NeriConjeturas
I.- El sistema presidencial priísta desde Díaz Ordaz (1964-1970) se ha clasificado ya como antiguo régimen; y hoy, el trágico y dramático final del peñismo ha hecho que los mexicanos como pueblo vivan con la esperanza colgada de las hasta ahora promesas del presidente electo (y muy dudoso de algunos de sus próximos colaboradores… ¡nombres, nombres, nombres!: Durazo, Romo, Ebrard, la misma Sánchez Cordero, Moctezuma el de Tv-Azteca, el dizque agrónomo que va para Pemex, el de Agricultura, etc.). Así que con López Obrador como piedra de toque y punto de partida está gran parte de los casi 126 millones que conforman la Nación; muchos de los cuales sobreviven en la pobreza, el desempleo, la violencia sangrienta; desesperación, injusticias y el total desamparo. Así que está en agonía el futuro inmediato del Estado de Partidos creado en 1929-1939 con el PNR-PRM-PRI y el PAN; el aborto del priísmo: el PRD con su antecedente de la Corriente Crítica donde militaron los Porfirio Muñoz-Ledo, los Lopezobrador, los Cuauhtémoc Cárdenas y la mayoría de los de Morena.
II.- Y claro está, lo mismo pasa con los demás partiditos del oportunismo electoral para las tajadas del presupuesto. Y no por su ideología ni sus fines, sino por sus medios, Morena es ya la otra cara del PRI. En manos de la sobrina de Salinas de Gortari, ese PRI en desgracia no tiene más que pasado; encarnado en el peñismo que lo llevó a su desgracia total. No tiene presente y su futuro para el 2021 depende de dos factores. Uno casi imposible: que Morena-AMLO en tres años no cumplan con al menos el 50 por ciento de sus obligaciones sociales y económicas, que lo dañarían políticamente para las elecciones intermedias. El otro factor depende de uno de los políticos más experimentados: el sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera, autor de las coaliciones (de las que Morena es una consecuencia con sus integrantes venidos del PRI, del PRD, del PAN, PT y otros más), y que está construyendo una Asociación Política para atender los males de lo que queda del PRI tras su derrota en el pasado proceso electoral.
III.- Tarea titánica la que emprende Beltrones Rivera (quien debió ser el candidato presidencial en 2012 en lugar de Peña, con lo que “otro gallo le cantaría al PRI”), y que sólo se atreve a llevarla a cabo un político. Esta alternativa es una pinza y una bisagra. Pinza al cogote del priísmo. Pero bisagra si, con lo que propone Beltrones, abren las puertas a una oxigenación política y para lo cual tienen dos años como oposición real. Quiere el sonorense ensayar lo imposible para ver si logra lo posible: la recuperación electoral para competirle a Morena. Tendrá Beltrones que dar todo lo que tiene como político para una transfusión de sangre P.R.I. positiva, para “levantar muertos”. Sus cualidades son una garantía de que ese partido pueda recuperarse. Es la disputa por el electorado, la confrontación entre el populismo morenista versus la democracia representativa. La estrategia de Beltrones tiene visos de futuro para el presente político de nuestro país en la tarea de renovarse o morir.
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