Jesús Peraza Menéndez
Las imágenes pueden mostrar a miles de hondureños en éxodo que huyen de otra dictadura militar, esta es la de los terratenientes capitalistas que monopolizan el comercio de plátano y drogas en esa pequeña república centroamericana, los que en plena era de la ciencia aplicada con tecnología avanzada practican la esclavitud respaldados por los empresarios de la administración estadounidense, bajo el acto cotidiano de la Guardia Civil con las pandillas y empresas de narcotraficantes. Estas imágenes nos son naturales es “lo justo en la competencia capitalista”, se mueren los perdedores desarmados, desposeídos o emigran en éxodo.
Cuando las imágenes son de un liberal-conservador como AMLO, quien ganó la Presidencia de la República con 30 millones de votos con una alianza que amalgama a todas las víctimas del modelo neoliberal ultraderechista voraz e inhumano, desde empresarios de vieja tradición fabril-mercantil explotadores o de recién ascenso, pero desplazados, que ya son parte de la moderna arqueología que no compiten con los sistemas complejos automatizados robotizados que sintetizan desde la materia prima, la transportación, la transformación y el comercio para el mercado de masas teledirigido con medios informáticos electrónicos con la imposición de la dictadura del dinero, la mercancía más cara e inútil del sistema parasitario financiero que ahoga toda economía humana que conduce a elitismos pedantes.
El juicio cambia en la vida de los fascinados con el modo de vida que les da el privilegio de discriminar por pertenecer a la nobleza, es en la actualidad con un título económico no consanguíneo necesariamente a partir de cierto estatus de consumo, de apariencia, de acceso a bienes de la elección del comercio político de fraudes e imposiciones encubierto con técnicas informáticas y mediáticas de propaganda. La vida cortesana de una nobleza privilegiada ideológicamente identificada con la discriminación racista, la soberbia prepotente de señoras y señores de hacienda.
La situación en México alcanzó condiciones infrahumanas con segmentos en condiciones de pobreza para millones con hambre en su extremo, los que antes podían vivir de su trabajo y producción, se enfrentan actualmente a la maquinaria económico-policiaca del despojo, la usura con los juegos de especulación y la concentración territorial con dueños y señores a los que deben servir los gobiernos, millones desplazados, despojados, perseguidos o sometidos a estados de guerra.
El primero de julio por la vía electoral a la que la izquierda más organizada, el EZLN-CNI con la candidata Marichuy, llamó a no votar mientras la derecha neoliberal unió a sus partidos contra AMLO y MORENA su movimiento electoral social. Los resultados son una amplia participación en las urnas que rebasó todas las expectativas, colocó a los más de 100 millones de pobladores de México en la posibilidad de modificar leyes, quitar gobernantes modificando instituciones públicas para tratar de solucionar necesidades francamente desatendidas por los neoliberales que llevaron a la locura estrategias depredadoras con extorsión bancaria, de represión con la guerra abierta para aterrorizar en varias regiones del país.
Los matices son claros. Mientras la izquierda más crítica y organizada difunde la idea de que nada ha cambiado, se trata de algo superficial históricamente insignificante un cambio de máscara y disfraz del tirano. La derecha considera extremistas posiciones y propuestas como el derecho a la consulta pública sobre proyectos y medidas políticas, la seguridad bajo programas de bienestar que compensen la irrisoria política de salarios por debajo del mínimo indispensable, regular la especulación y usura, el control de rentas de empresas monopólicas de informática y telecomunicaciones, que se han ido adjudicando o privatizando los bienes nacionales, la infraestructura y los servicios básicos. El modelo económico es de barbarie, la invasión automotriz, el consumismo chatarra, la enajenación “recreativa”.
AMLO con la mayoría relativa en los congresos de diputados y senadores, pero sin la mayoría para cambiar la Constitución, hace una agenda propia que parece no casarse con los males endémicos de corrupción e impunidad envueltos en la guerra de traficantes, políticos-empresarios, las policías y el Ejército con la Marina son tensores fácticos intrínsecos explícitos que contiene a las masas sin dirección política, pero que han votado guardando la esperanza en el presidente de la “Cuarta Transformación”, que se compromete, pero convoca a que no “lo dejen solo” frente a una abigarrada aristocracia de billonarios dueños del país que han formado un partido de derecha conservadora-monárquica con el PRI-PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, que desafían a las masas bajo el estricto cumplimiento de las leyes y cuentan con la jerarquía militar y católica que ellos mismos aprobaron y esto e justo lo que hay que cambiar con la movilización en frente único en puntos concretos económicos, políticos o culturales.