Jesús Peraza Menéndez
Claudio X: No, es AMLO que ya vio que no podrá cumplir con los compromisos que hizo en campaña.
-Perdone, la pregunta se refiere al país, no sobre la situación de las fortunas acumuladas por los 30 miembros del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios y las otras menores del Consejo Coordinador Empresarial (CEE). De cada 10 empleos nosotros “generamos” 7 desde estos Consejos de negocios y empresas que representamos.
-Retomando la pregunta ¿estamos, como país, en bancarrota?
-Claro que no, insiste la voz empresarial: “México tiene 4 millonarios en la lista de los 100 hombres más ricos del mundo; La suma de la riqueza de estos 100 hombres es de 1.7 billones de dólares. Mire, por ejemplo, comparados con los acaudalados de Estados Unidos poseen 40% de este monto; les siguen los rusos, que suman 10%. En tercer lugar se encuentra México. Cuatro empresarios mexicanos de esta lista poseen el 7% de la riqueza total.
-¿Son ustedes los que no están en bancarrota?
-Somos los dueños del país y los negocios van viento en popa con ganancias magníficas. “México se ubicó en el lugar 21 en la lista de los países con mayor número de personas “muy ricas”, con 114 mil 997 adultos con una riqueza mayor a un millón de dólares, lo que coloca al país por arriba de Dinamarca, Finlandia y Hong Kong.
¿A qué se refiere AMLO con bancarrota? Se refiere a su propuesta a “primero los pobres” en esta boyante economía de auge inusitado, “nos” coloca entre los más ricos de los ricos del planeta. El no tiene para sus programas.
Los pobres son trabajadores, productores con ocupaciones precarias e ingresos pírricos o que trabajan y no perciben ingresos económicos. Ellos no están en condición no de “bancarrota”, porque no son inversionistas que corran riesgos cuando hay que comprar a las burocracias, a los diputados y senadores para que aprueben el programa presupuesto para inversiones de los más ricos con “éxito empresarial”.
Saber hacer buenos negocios, el proyecto del aeropuerto. Iniciado con el dinero de las cuotas de jubilación y las pensiones de los trabajadores.
-Entonces los pobres le entraron al desarrollo de la nación con sus cuotas ¿son socios de los empresarios?
-El empresario, preocupado por la incomprensión de su bondad. ¡No!, no son expertos, no están organizados empresarialmente, no se mueven en las ligas mundiales del dinero. Lo que hacemos es “salvar su dinero somos buenos católicos”.
Los pobres, señor, son muchos, calculamos que el 81% de la población es pobre o vulnerable, es decir tenía una o más carencias sociales, o paga la deuda bancaria en partida doble, la suya con intereses fantásticos que aprueba la banca con autonomía sin ninguna regulación. Y la nuestra, que vino con el saqueo de los bancos y la Bolsa de Valores con Carlos Salinas de Gortari. Alguien tiene que pagar.
Si analizamos con mayor detalle la alimentación, por ejemplo, 25% de la población vive con inseguridad alimentaria, es decir, sufre falta de alimento o tuvo poco alimento y de baja calidad, y por lo tanto llegó a experimentar hambre, con Rosario Robles logramos un programa para que votaran por el PRI, compramos 8 millones de votos.
En fin el país no está en bancarrota. AMLO no debe asustar a los inversionistas con frases de justicia, basta con pedir perdón por los desaparecidos, asesinados, perseguidos de nuestros gobiernos del PRI, PAN-PRD y aprobar el presupuesto público con la agenda que ya le indicamos.
-¿Y la deuda externa e interna cargada al sector público?
-Asciende a 8.51 billones de peso, a éstos se suman nuevos préstamos a la Nación, 10 mil millones en el último semestre del gobierno de Enrique Peña Nieto. “Esto, señor, no se cambia en seis años”. No hay dinero para los programas de AMLO. A menos, que las trabajadoras con los trabajadores, los productores se organicen como los estudiantes de la UNAM o los maestros de la CNTE, recuperen derechos humanos con ingreso económicos, parecen distraídos con Netflix, Facebook, YouTube, las redes son también el terreno de la lucha de clases sociales el modelo de vida idealizado se enfrenta con la realidad.