León García Soler
Atrase la hora. Y si puede atrase la fecha del calendario. La hora de verano se ahoga en las inundaciones del calentamiento global. Todos aplauden la visión de Greta Thunberg, la joven sueca que ha puesto en su lugar a los gobernantes y sus patrones, los dueños del dinero. Cada uno actúa o deja de actuar conforme a su visión ignara. O con la impotencia de mozos de estribo atentos a las urgencias energéticas de sus patrones. Y, sin embargo, cambia la hora y hay que retrasar los relojes este sábado por la noche.
¿Y lo del Día de Muertos? Imposible reducir los festejos a la tradición indígena y española en que llevan alimentos a las tumbas de sus difuntos. Imposible, porque todos los días nos gritan los que hacen como que hacen política y combaten a los hechos con verdades alternativas: ¡Hemos convertido a la Nación en un territorio de tumbas colectivas y cadáveres enterrados sin dejar signo alguno que permitiera identificar sus restos! Hechos incontrovertibles. Pero en voces adversarias se convierten en verdades alternativas. Uno.- Son la trágica herencia que nos dejó el gobierno anterior. Dos.- Son consecuencia del tiradero y destrucción institucional que nos dejaron los de atrás. Y así vamos. El que no quiera ver fantasmas que no salga de noche.
Por decreto o por convicción, desde que Dios amanece se oye la voz sonora de Humpty Dumpty: “Las palabras quieren decir lo que yo diga que quieren decir”. Nada digamos del drama de Culiacán. Hoy es ya otra la hora y hasta el mes de noviembre será Día de Muertos. Entonces retomaremos los rezos y los cánticos del Mea Culpa; entonces podríamos abandonar el novenario de versiones múltiples y dejar de culpar a la serpiente que prometió hacernos dueños de la verdad. Bastaría con que hubiera quien se hiciera eco de la respuesta de Caín a la pregunta de Jehová: ¿Soy yo el guardián de mi hermano? Al Este del Edén vamos a topar con la terca realidad. Quién dio la orden y quién divulgó las versiones viciadas del operativo trágico y la consecuencia amarga:
El jefe de gobierno afirma que él decidió dejar libre al detenido, porque la vida de un ser humano vale más que la detención de cualquier criminal. Por razones humanitarias, porque (cito de memoria) la Justicia está por encima del Derecho. Y mientras Alfonso Durazo reajustaba sus versiones al viento de la veleta; el general secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, declaraba que el operativo había sido mal planeado y peor ejecutado; las redes sociales y los medios de comunicación escritos y electrónicos difundían expectativas y fantasías que conducían fatalmente a cuestionar el vacío en el tiempo y en las decisiones presidenciales. Quedaba, queda, únicamente la humanista versión de evitar “una masacre.
Y, paradójicamente, los únicos que aceptaron y agradecieron el gesto humanitario, fueron los capos y combatientes del Cartel de Sinaloa que a una voz del Mayo Zambada sembraron el terror, hicieron rehenes a las familias de los soldados avecindados en la tierra de Salvador Alvarado. Y al paso de los días se unían al coro de dolientes los investigadores de la DEA y los voceros del Presidente Trump. Del aliado de sí mismo que ha aplaudido la colaboración del Presidente López Obrador, porque ha desplegado veintisiete mil guardias nacionales a lo largo de la frontera, para reducir el número de migrantes que pretenden cruzarla y solicitar asilo allá de aquel lado. El canciller a cargo de migración y enlaces telefónicos con la Casa Blanca, informó al pueblo de México que míster Trump había manifestado su solidaridad con el Señor Presidente de México.
Ya es hora de darle vuelta a las hojas del calendario. Porque cunde el caos anarquizante y hay manifestaciones masivas en toda la América nuestra. Andrés Manuel López Obrador ha dicho que este martes o miércoles presentará urbi et orbi un informe detallado, “minuto a minuto” del día del juicio en Culiacán. Ofreció: “Transparencia completa, no ocultar absolutamente nada. Decir toda la verdad”. Y vuelan las horas. No habrá tiempos muertos en los que sea imposible comunicarse con al Presidente de la República en vuelo comercial cotidiano, con el estilo de gobernar en campaña electoral permanente. Ya dispone, dijo, de un teléfono satelital. Por si llegara a ofrecerse una comunicación entre el que manda y sus secretarios.
Hay muchos fierros en la lumbre. Y la prisa presidencial obliga a intervenir precisamente en lo que se comprometió el candidato a no intervenir. Arde Baja California, pero no únicamente por los incendios forestales. El golpe de los votos a la venta en el Congreso: la Ley Bonilla que ha convertido al gobernador electo para un período de dos años, en gobernador cuyo mandato se amplía a cinco años por nueva inversión de oro. El compadre de Andrés Manuel ya no podrá contar con un discreto silencio. El INE ha defendido la legitimidad institucional, el valor del sufragio libre y la función vital de los partidos políticos. Ya tendrá que resolver el enredo la Suprema Corte donde se ha puesto en riesgo la separación de Poderes. Por lo pronto, el guía moral de la 4T afirma que dejará de militar en Morena si ahí no resuelven entre una elección democrática, abierta, y un combate tribal de tintes caciquiles.
Día de Muertos. Y en Morena parecieran haber decidido unirse a los cadáveres del sistema plural de partidos que se suicidó para dar paso a la Cuarta Transformación. La dirigente en funciones, la señora Yeidckol Polevnski, ha decidido que no habrá proceso electoral. Y ahora sabrá la santa lideresa si la capacidad de designar discípulos y porciones del pan y vino, se puede transubstanciar de modo que siga siendo un honor estar con Obrador. O revienta el cubo del agua al querer convertirla en vino. No pudo imponer a los suyos la suplente de AMLO. Y decidió que no habrá elecciones hasta que pase el tiempo y se haga el milagro.
Pero en el movimiento hecho partido al decidirlo Andrés Manuel López Obrador, hay náufragos de la flota de bandera izquierda hundida por los motines a bordo. A tiempo subieron muchos a la nave Morena, el movimiento en manos del navegante de los siete mares durante tres largas travesías sexenales. Y aparte de la pasión de mandar de Yeidckol Polevnski, el diputado Mario Delgado, pastor en San Lázaro, perdió el camino. Junto al también diputado, Armando Contreras, interpusieron recursos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para anular los procesos en las asambleas distritales: Por disturbios y anomalías para favorecer a Berta Luján, ex presidenta del Consejo Nacional. Gritos, golpes y balazos al mejor estilo primitivo de las tribus de presunta izquierda.
Como quiera que fuese va a ganar los procesos de selección de las asambleas distritales Berta Luján. Y háganle como quieran, O a ver qué hacen si el dirigente nato deja la nave en el olvido. Problema menor cuando hay una disciplina mística que supera con mucho a la sumisión de la unidad en el priato tardío del cesarismo sexenal. El Presidente lo sabe todo, ha dicho. Y la Secretaría de la Función Pública investiga presuntas irregularidades cometidas por nueve delegados federales, los jefes políticos de la nostalgia porfiriana: por utilizar recursos públicos con fines electorales, Por lo pronto, la secretaría ha de resolver si los separan del cargo en tanto concluyen las investigaciones.
Los investigados recibirán una carta del Presidente de la República. Que ya no hay partido oficial, les dice, por lo cual quienes incurran en irregularidades serán despedidos. Y seguramente sujetos a proceso judicial. Lo hay acusados de nepotismo, de tener lleno de parientes el programa de Servidores de la Nación; y de vender los puestos públicos; y desde luego, de complicidad con los gerifaltes del crimen organizado.
Qué le vamos a hacer. “Aquí nos tocó vivir”, decía Ixca Cienfuegos, el personaje formidable de Carlos Fuentes. Aquí, en ‘La Región más Transparente’.