Opinión

Hora del Che

Alberto Híjar Serrano

El periodista Alarcón trabajó de corresponsal de guerra protegido por el ejército boliviano tras el Che. Alcanzó la certeza de que era tal la descomposición de los mandos y el hartazgo de la tropa maltratada, que de haber resistido quince días más, el Ejército de Liberación hubiera sobrevivido y triunfado. Los pleitos entre los generales Ovando y Barrientos por los dineros y los contratos organizados por la CIA, se reprodujeron hasta dar lugar a atentados y crímenes de guerra entre los cuales los asesinatos son una muestra. Entre los ministros, el del Interior Arguedas, cobraba con una mano a la CIA y con la otra firmaba la orden de copiado doble del Diario del Che, a la postre entregado incompleto al gobierno de Cuba para evitar su manipulación y comercialización. Pero no hubo más consecuencias favorables a la liberación nacional socialista que la empeñosa continuación guerrillera con los hermanos Peredo al mando mientras se arrastraba a Moscú Mario Monge, el peor secretario general comunista. Había exigido dirigir al Ejército de Liberación y al ser rechazado procuró despojar de apoyo político al proyecto, que siguió adelante sin retaguardia partidaria aliviada por el sigiloso apoyo cubano. Mineros, estudiantes, campesinos e indígenas, mantuvieron sus organizaciones clandestinas con un proceso de acuerdos revolucionarios frustrados por la ausencia de proyecto de tránsito al socialismo.

El Che previó la necesidad de apoyo minero y campesino, estudiantil y magisterial, indígena y obrero para todo lo cual no sólo era necesario el apoyo partidario sino también una retaguardia de cuadros dirigentes. La malhadada experiencia de Salta había terminado en desastre en 1964 y su valioso dirigente, fundador de Prensa Latina, Ricardo Massetti, jamás fue encontrado en la puna desértica de la frontera entre Argentina y Bolivia. El fiel y eficiente responsable político, Ciro Bustos, organizó redes urbanas, casas de seguridad, transportes y suministros y al escribir sus valiosas memorias, no olvidó la mención necesaria de los marxistas revolucionarios de la editorial Pasado y Presente, editora de libros de historias tan importantes como la de la Internacional Comunista y las críticas de la economía política más avanzada. Entre ellos, el más famoso es José Aricó, estudioso de las críticas de Marx a Bolívar. Oscar del Barco, refugiado en Puebla, impulsó la investigación crítica del mejor leninismo con Althusser como corresponsal necesario. De este calibre eran las relaciones cultivadas por Ciro Bustos quien comenta de pasada el canto del dueto Los Olimareños, luego de una sesión de trabajo.

El Che quiere verte tituló sus memorias en recuerdo del recado recibido cuando trabajaba en Cuba recién liberada. Como buen revolucionario curtido en el clandestinaje, soportó capturado en Bolivia la inculpación mentirosa de ser quien permitió la localización del contingente del Che, gracias a los retratos que hizo de los combatientes. En realidad, retrató a los que ya estaban registrados por el enemigo y de sus contactos argentinos, peruanos, bolivianos y cubanos, no dijo nada. Intentó salir del cerco militar con Regis Debray y Tania. No lo lograron. Tania murió en el intento y no pudo ya cumplir con los contactos urbanos que iba a consolidar. A la par, los mineros decidían ocupar su territorio y levantarse en armas de ser preciso, todo lo cual fue impedido por la masacre conocida como La noche de San Juan. Debray sería el difusor ideológico internacional y lo fue promoviendo su liberación, recibiendo en prisión la visita de Madame Miterrand de parte del gobierno de Francia. De por sí soberbio, evitó toda relación con los presos políticos, fue excarcelado y protegido hasta aterrizar en Santiago de Chile para ser recibido al pie del avión por el senador Salvador Allende. Logró que la atención internacional se desviara a sus escritos. En cambio, Ciro Bustos consiguió un poco de ayuda de sus camaradas argentinos y brasileños y fue a parar a Suecia, donde murió. El mito izquierdista del foco guerrillero sustituyó así al trabajo clandestino de construcción del triunfo donde participaran distinguidos comunistas peruanos que se incorporaron a la guerrilla con toda su sabiduría de cuadros formados en la URSS, en las relaciones comunistas revolucionarias y en la coordinación con organizaciones obreras, de maestros y estudiantes. De la excelencia comunista boliviana queda la constancia de los Peredo contra el entreguismo del pseudo Partido Comunista Boliviano. Nada positivo pudo consolidarse y el proyecto revolucionario se interrumpió. Los últimos guevaristas, como los llama en su libro Roberto Peredo, intentaron organizarse en Teoponte con todo en contra y sucumbieron. Ahora habría que aprender de las derrotas como recomienda Bolívar.

Al frente del Banco Nacional de Cuba y del Ministerio de Industrias después, el Che encabezó la línea estratégica de tránsito al socialismo como planificación integral productiva y reproductiva contra la ley del valor y su continua reducción de todo a mercancía y dinero. El hombre nuevo cumpliría como trabajador por la especie humana y no para el provecho personal. Emulación para reconocer a los mejores y ser como ellos en el trabajo voluntario que a la larga tendría que ser el único trabajo posible y necesario, integran una estrategia revolucionaria integral, internacionalista y nacional. La mayoría indígena boliviana podría ser una resistencia anticapitalista si se la integrara al proceso revolucionario. Años después, un grupo de universitarios marxistas emprendió el estudio práctico del Katarismo como movimiento comunitario indígena y campesino y fundaron el proyecto Tupac Katari. En la cárcel, su dirigente Alvaro García Linera escribió un importante estudio del ayllu como vía económica y social contra la ley del valor capitalista. Gracias a su camarada mexicana Raquel Gutiérrez, que escapó de Bolivia libre bajo fianza, dio a conocer de manera limitada éste y otros textos excepcionales por su origen guerrillero y su alcance comunista y comunero. Ya en el poder con Evo Morales, García Linera organizó importantes coloquios de crítica y reflexión para construir el tránsito al socialismo. Toni Negri y Michael Hardt no fueron los únicos teóricos invitados.

Con la wiphala multicolorida en alto, las organizaciones indígenas y campesinas bolivianas resisten y los sátrapas intuyen el poder que encarnan y así los tratan. Ahí están con lo que hay de movimiento obrero crítico de la Confederación Obrera Boliviana, los mineros conspiran en la hora del Che mucho más allá de falsas soluciones electoreras frente a las amenazas imperialistas por los ricos yacimientos de litio. Aquella canción a Cochabamba y a Inti vuelve como resistencia popular.

Crear dos, tres, muchos Vietnam, es la consigna válida para el presente y futuro de Bolivia, Chile, Argentina, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil. La democracia burguesa parlamentaria y electorera agoniza, pero no hay partido político constructor del socialismo necesario.