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Opinión

Tantos inocentes

León García Soler

Si no se hubiera atravesado la insolencia desesperada y desesperante de los políticos bolivianos que combaten a gritos y se asustan de su propia sombra, pudiera ser que los mexicanos estuviéramos recordando y quizás celebrando hoy el Día de los Santos Inocentes. Pero estalló la versión nostálgico-carpera de la Guerra de los Pasteles y nos invadió una inmensa tristeza reaccionaria. ¿Cómo festejar el sacrificio de niños inocentes, ahora que en el Congreso de la Cuarta Transformación se ha presentado una iniciativa para borrar del texto constitucional la condición laica de nuestra república?

¿Cómo? Aunque López Obrador nos haya sorprendido al declarar su oposición a la iniciativa del retroceso pausado con la penalización del aborto y la negativa a la libertad de la mujer sobre su propio cuerpo. Hay, en los espacios siderales, la imagen periódica de astros en movimiento orbital en retroceso. Aunque los especialistas lo llamen también movimiento retrógrada aparente. En política, en la cosa pública no hay visión que se sobreponga a la realidad, Y AMLO sorprendió a sus fieles, tanto como a sus adversarios que lo escucharon defender la separación Estado-Iglesia, sin repudiar su visión de la moral religiosa como instrumento insuperable para el cambio social. Claro como el lodo, decía Norbert Guterman.

Y ahí vamos. Llega el 28 de diciembre y un majadero ex mandatario de Bolivia se lanza con furia contra el dirigente de la 4 T y llena de insultos y ofensas al único individuo en quien se deposita el Poder Ejecutivo de la Unión: el Presidente de la República, Y ahí, hasta los ajenos al culto matutino cotidiano podemos decir, con él y como él, que eso sí arde. No importa que el señor López Obrador haya padecido un lapsus al evocar a Pinochet y declarar públicamente que el burdo y excesivo acoso policial boliviano en torno a la embajada de México, no se veía ni en tiempos del golpista, traidor y corrupto que ensangrentó a Chile, bombardeó La Moneda, sede del Poder Presidencial, y asesinó a Salvador Allende. Prólogo al velo del Cóndor y los miles de cadáveres arrojados sobre el desierto austral.

La insolencia de Jorge Fernando Quiroga, también conocido como “Tuto Quiroga”, se alejó de las Catilinarias Ciceronianas para estancarse en el estilo caciquil a la manera norteña del ebrio de poder y bacanora. Ignoro qué bebe el Tuto, pero no la estulticia que vomitó. López Obrador, a quien llamó “cobarde matoncito” que está de hinojos al servicio de Trump, quien le ha enviado inspectores hasta el baño de su residencia, dijo. Ni un peso, ni una libra esterlina o un Luis de oro en la cuenta, pero los pastelazos parecían anuncio de una intervención boliviana. Hasta el momento se imponen los instrumentos del orden diplomático. López Obrador declaró que no caerá en la trampa y Ebrard que acudiríamos al arbitraje internacional.

Perro que come huevo, aunque le quemen el chipo, dicen todavía los viejos veracruzanos. Y los policías bolivianos que tienen bajo sitio a la embajada de México en Bolivia (para evitar sea tomada por asalto por el pueblo indignado por el asilo a Evo Morales y a sus colaboradores que se refugiaron ahí), vieron moros con tranchete y acusan a la diplomática española y sus colaboradores que acudieron al llamado de los refugiados en la embajada mexicana, de ir armados y con los rostros cubiertos como terroristas. Y aumenta el escándalo. Se acabó el pretexto de los Santos Inocentes, aunque hay tantos lejos de México como los hay en el interior de lo que fuera República Restaurada y Estado Moderno producto de la Revolución Mexicana.

Digamos, pues, que estamos en Día de Tantos Inocentes. Vicente Fox vuelve a hacer gala de incontinencia verbal. Es ahora un chinaco ajeno a las fuerzas de Miramón, distinto al hacendado que recibió al tejano George W. Bush y se arrodilló ante el Papa para recibir la bendición en su carácter sorpresivo de Presidente de esta República laica, todavía distante de la Cuarta Transformación y el milagro de los evangelizadores en función de activistas del gobierno y listos para recibir concesiones de televisión abierta. Hizo falta que encarcelaran al ingeniero Genaro García Luna, allá del otro lado, y que empezaran los anuncios de próximas denuncias de cómplices del policía del nuevo milenio. Y Fox volvió a sus cultivos de marihuana legal,

Hay nuevo comandante heroico del combate a la Corrupción que fuera compromiso primario de Andrés Manuel López Obrador durante su campaña presidencial. Y luego, acto inicial de los milagros de la nueva era: Bastaría con que un hombre honrado (y honesto) asumiera la Presidencia, para que desapareciera la corrupción; viéramos a las escobas del aprendiz de brujo barrer “de arriba para abajo”; y la certeza de que la justicia ha de estar sobre el imperio de la ley, hubiera amnistía y el pueblo bueno jamás padeciera represión de las fuerzas armadas. Puro pueblo bueno. Y el jardín de los milagros se enriqueció con los terrenos de la antigua hacienda La Hormiga: Chapultepec hasta los picaderos ecuestres del desmantelado cuerpo de Guardias Presidenciales.

A él, al vencedor del 1 de julio de 2018, lo defiende el pueblo. El que nada debe, nada teme, repetía. Y aunque debaten los encuestadores y augures, hay consenso en la inamovilidad de la llamada aprobación del pueblo, incluidos los de abajo y los fifís que sumaron sus votos a la apabullante mayoría electoral: treinta y tantos millones a favor, altísimo porcentaje de los votantes. No del total registrado, pero esos son otros López. Y el pueblo que cuida al mandatario se mantiene firme, aunque se reduzca el entusiasmo, quizás porque la cercanía no favorece a la imagen del santo, por mucha que sea la devoción. O porque los que no se acercan al taumaturgo, resienten los retrasos y los obstáculos de los fieles al rito del rezo: “Es un honor estar con Obrador”.

Terca que es la realidad, manifiestan los campesinos del EZLN su oposición a la 4 T. Y las madres de los normalistas muertos en Ayotzinapa han retomado el lamento y la indignación por la desaparición de sus hijos; y sobre todo porque nada se mueve en la investigación, a cargo de Alejandro Encinas, caballero sin tacha de la izquierda en dispersión, y ahora subsecretario de Derechos Humanos y Población de la secretaría de Gobernación. Silencio en la noche/ya todo está en calma. Salvo la población nómada del país, otrora asunto de la secretaria Olga Sánchez Cordero, hoy en la abundante cartera de Marcelo Ebrard, el canciller encargado de la atención a las buenas relaciones con el tal Trump y con los Estados Unidos de América.

Del trabajo sucio de Trump en México, declaró no hace muchos días Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del Tata y hombre en torno al cual se unificaron las izquierdas, hoy dispersas, o debidamente declaradas fieles al movimiento moreno de Andrés Manuel López Obrador. De ahí que los que se sumaron a las huestes de Morena, cuando se necesito hacer del movimiento un partido político con registro, hayan obedecido a las fuerzas gravitacionales en retroceso y demolido la unidad que hoy, más que nunca, necesita el gobierno de un hombre solo. La señora Polevnski se asegura que la hora sea la que diga su dedito. Y nadie sabe cuándo cambiará dirigentes Morena.

O cuántos son sus militantes registrados. Asunto éste que no debe inquietar a ninguno de los apóstoles a cargo de las curules o los escaños ocupados por obra y gracia del conductor que llevó al rebaño a buenas pasturas. El poder se ejerce o desaparece. El PAN se movilizó a impulsos del miedo que conduce a la inmovilidad. O al uso irrestricto y, en este caso, al borde del falso estado de excepción: Felipe Calderón oyó disparos y declaró la guerra a... el crimen organizado. Quién dijo que la violencia se combate con abrazos y no a balazos. Nadie declaró el Estado de Excepción Constitucional, nadie indicó qué entidad debería declararse en Estado de emergencia. Y la muerte se adueño del territorio nacional.

No hace falta abundar sobre el fracaso de Calderón y el PAN, surgido para deshacer la obra social, obrera y agraria del cardenismo. De eso se encargarían los tecnócratas del priato tardío. Pero ahora se le aparece a Calderón el fantasma de su secretario de Seguridad, ingeniero y especialista en la conversión de lo binario en billonario. Y ya amenazan los escribanos de la 4 T con el inminente sometimiento de Felipe Calderón a juicio. Nada dicen de Peña Nieto, se quejan los que aplauden el paso del Comité de Salud Pública y Moral. Será porque el PRI simplemente se retiró de la contienda electoral y dejó vía libre al grito de ¡viva el que vence!

Pero hay motivos de sobra para conmemorar este día de tantos inocentes. Con el INE al pie de la guillotina fiscal y el sistema plural de partidos desvanecido, la institución electoral informa que son 58 las organizaciones vigentes...que están realizando asambleas y recabando afiliaciones que aún deberán ser validadas...y otras 31 organizaciones desistieron en su solicitud. Ochenta y nueve dispuestas a celebrar asambleas en por lo menos 20 entidades o en 200 distritos con la participación de 3,000 afiliados por entidad o 300 por distrito electoral.

Ni hablar, todos saben que no es lo mismo atrás que en ancas, pero se inscriben en la carrera. Hoy es, sin lugar a dudas, notable prueba de la vigencia del Día de Tantos Inocentes.

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