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Opinión

El legado histórico de la Revolución Cubana

Cristóbal León Campos* “Los cubanos sabemos que si regresa el capitalismo neoliberal todo habremos perdido”, afirmó Msc Enrique Ubieta Gómez, director de la Revista Cuba Socialista, durante su participación en la Mesa panel “A 60 años de su triunfo: significado histórico de la Revolución Cubana y del legado de Martí y de Fidel”, realizada el marco de la IV Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo, que se efectúa en La Habana, Cuba. El también historiador cubano explicó que el sentido antiimperialista y anticolonialista de Fidel fue uno de los principios rectores del contexto de la obra revolucionaria en Cuba, y que la construcción de consensos ideológicos que desde el principio ha existido, debe continuar para profundizar la revolución en Cuba. La genialidad de Fidel construyó una isla fuerte que se asume como tal, con la educación, salud, deporte y el internacionalismo que se observa en las misiones médicas y pedagógicas en los rincones más apartados del mundo. “Somos revolucionarios porque estamos dispuestos a dar la vida por los humildes”, existe una ideología de la revolución que se renueva siendo fiel a su sentido anticapitalista y humano. “No hubo un sólo camino a la revolución, cada uno representaba una expresión de ella, fue el Golpe de Estado de Fulgencio Batista quien cerró los caminos a seguir, Fidel supo leer el momento histórico para dar cauce a la necesidad popular”, el primer impulso que mueve a un revolucionario es ético no político, el germen socialista de la revolución no se dio posteriormente, ya se encontraba desde el asalto del cuartel Moncada, la relación entre Martí y Marx hay que buscarla en la historia, ahí está la razón de nuestra ideología, el Partido Comunista de Cuba es resultado de la revolución; la unidad ideología permitió el avance para alcanzar los objetivos, resguardando en su seno las diferencias ideológicas, afirmó para concluir su participación.

En el mismo sentido el historiador Elier Ramírez Cañedo interpretó la actuación de Fidel al frente de la revolución como una continua herejía que ha significado su praxis en diferentes momentos, como lo fue en un principio su sentido anticapitalista, su sentido frente al dogmatismo ortodoxo y las teorías de academia que no aterrizan en las realidad de los pueblos, y frente a ese imposible histórico que por un tiempo pareció una maldición para el pueblo cubano, por los diferentes intentos de libertad que fracasaron. Fidel se reveló contra todo eso, fue una herejía ante las prácticas socialistas de la época, pues se hablaba de que sería imposible una revolución en Cuba en esa época; “Fidel entendió que el factor subjetivo es fundamental para crear nuevas realidades a través de la praxis revolucionaria […] Fidel demostró que el hombre no es la clase y llevó a cabo una revolución para los humildes”. También venció las teorías fatalistas que decían que tan cerca de los Estados Unidos era imposible una revolución siquiera democrática, la revolución cubana es una revolución cultural profunda sin la cual no existiría el carácter socialista, “esa fue una herejía más de Fidel”.

El poeta y novelista cubano Miguel Barnet Lanza recordó que si de algo puede sentirse privilegiado es de haber estado muy cerca de Fidel en muchas ocasiones, y contarle algunas de las situaciones difíciles que sufrimos los intelectuales en los años setenta, cuando se cometieron errores e injusticias insalvables, “Fidel nos enseñó a ver las cosas del mundo con una mirada larga, podía predecir los sucesos venideros, era capaz de estar preparado para lo venidero, él anunció mucho antes la caída del bloque socialista […]Fidel nos enseñó a ser antiimperialistas, profundamente antiimperialistas. Nadie ha luchado más contra el capitalismo y el neoliberalismo como Fidel Castro, por eso lo necesitamos cada día más”. Reconoció que Fidel era un gran defensor de la verdad y que tenemos ahora que defender a la verdad ante las mentiras de los medios de comunicación, “la nueva Constitución cubana, que es una Constitución moderna liberada de todos los prejuicios, es una Constitución que respeta los derechos humanos en todos sus sentidos, y será votada por todos los cubanos el 24 de febrero”. Finalmente afirmó que “al proclamarse la nueva Carta Magna se reafirmará el legado de Fidel”.

La obra de la revolución cubana se ha reforzado desde la caída del muro de Berlín, cuando muchos creyeron que se derrumbaría sin lugar a dudas, y hoy a casi treinta años de ese hecho, continúa por diversos factores que expuso el sociólogo Frei Betto. A la pregunta recurrente del porqué los Estados Unidos no atacan a Cuba, respondió que los yanquis han aprendido que derrotar a un gobierno no significa poner abajo a un pueblo, saben desde la experiencia de Vietnam que no se trata de luchar contra un gobierno, sino luchar contra un pueblo, y en Cuba hay organización popular, lo cual ha sido muy importante para crear una conciencia subjetiva entre la población cubana. En ese incremento de subjetividad revolucionaria las figuras no son de museo, Martí está vigente en la memoria, conectado con la realidad. Esto junto al sentido internacionalista de Cuba, a pesar de ser una isla geográfica y ser el único país socialista de Occidente, continúa creando una cultura internacionalista que la fortalece. La capacidad que ha tenido la revolución de hacer autocrítica es otro factor fundamental, la revolución en diferentes momentos entró en un necesario proceso de revisiones de los avances y los errores, revisión que se ha efectuado consultando siempre al pueblo. El intelectual brasileño afirmó: “Hay que dejar el pesimismo para días mejores”.

Con una emotiva intervención, el prestigiado historiador Eusebio Leal Spengler analizó el deber de ser original que tiene todo proyecto revolucionario, como dijo José Carlos Mariátegui. “No cabe duda de que el viaje al socialismo es siempre un viaje a lo inocuo”, la originalidad entre admitir la verdad y dar el testimonio de las cosas que vimos, en un mundo tan complicado y el hecho de que Cuba practica una política de principios, hacen de esta revolución un hecho único, Martí hablaba de los extravíos que un pueblo comete en su propia búsqueda, y es así, hemos visto cosas que no fueron y creímos cosas que no sucedieron, pero la solidaridad del pueblo cubano defiende con alegría a la revolución.

La mesa panel presentó un panorama histórico sobre los diferentes intentos de intervención norteamericana para derrotar a la revolución cubana, las formas en que la organización social y la renovación cultural han permitido continuar con el legado de José Martí en Cuba, cuya obra e imagen llaman a lo más puro del pensamiento humano, tan necesario en los tiempos complejos que vivimos en América Latina.

* Integrante del Colectivo Disyuntivas

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