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Opinión

Todo es Personal en Yucatán

DONDE SÍ SE encendieron los ánimos —y bastante— fue en la reunión convocada para revisar el tema de movilidad en Paseo de Montejo. Nos dicen que, aunque el encuentro estaba pensado como un ejercicio de coordinación institucional, terminó convirtiéndose en un foco de tensión por la ausencia del Ayuntamiento de Mérida, lo que dejó a más de un funcionario estatal visiblemente incómodo.

Según varias voces, Irak Green sí envió invitación formal al Ayuntamiento, como correspondía, pero desde la Comuna optaron por no acudir, enviando únicamente al regidor morenista Julio Adrián Gorocica Rojas. El gesto no pasó desapercibido, especialmente porque el proyecto impacta de lleno en la capital y porque algunos interpretaron la ausencia como un mensaje político más que técnico, asociado a lo que —dicen— todavía representa el apellido Pacheco y su pasado panista. El desplante habría metido en un aprieto a la alcaldesa, pues la falta de presencia municipal se leyó como un distanciamiento directo hacia el gobierno estatal.

Tan es así que la propia Secretaria de Infraestructura tuvo que salir a aclarar tajantemente el tema, subrayando que la invitación sí se cursó y que el gobierno estatal mantiene toda la disposición para trabajar con la capital. Posteriormente, y ante el creciente ruido, la alcaldesa también tuvo que intervenir, publicando días después un video donde aparece junto al gobernador en distintos eventos.

El mensaje buscó dejar claro que la relación entre ambos niveles de gobierno sigue en buenos términos… aunque, para muchos observadores, aquello se sintió más como un intento de contención que como una muestra espontánea de institucionalidad. Mientras tanto, entre los sectores convocados quedó la percepción de que este tropiezo pudo evitarse con un simple gesto de coordinación, pero terminó convirtiéndose en una escena innecesariamente tensa.

CAUSÓ FUERTE REVUELO una publicación del funcionario Felipe Duarte, quien se refirió a los lamentables acontecimientos recientes a nivel nacional relacionados con el asesinato de un alcalde. Su mensaje generó más de 400 comentarios, muchos de ellos en tono confrontativo, abriendo un nuevo frente de división en un tema especialmente sensible para la ciudadanía. En círculos políticos se preguntan si este tipo de expresiones realmente abonan al proyecto del gobernador Joaquín Díaz, quien ha reiterado su intención de gobernar para todos. Hay quienes opinan que servidores públicos con ese tipo de posturas poco ayudan a la imagen de un gobierno que busca mantener la unidad y el respeto institucional.

LA INCORPORACIÓN DE magistraturas al Tribunal Superior de Justicia del Estado ha causado “curiosas” coincidencias a raíz del cambio de ubicación de las Ponencias en los lugares que habitualmente ocupaban. Lo anterior llama la atención, pues algunos magistrados que antes evitaban toparse, hoy son forzados a convivir en oficinas contiguas y con limitada privacidad, ya que algunos colaboradores del recinto comentan que los trabajos de remodelación implicaron la habilitación de ciertas zonas del Palacio de Cristal separadas apenas por una construcción hueca. Aquí se volvió canon que “las paredes escuchan”.

SE HA VUELTO una broma común entre los litigantes que acuden a las instalaciones del Registro Civil del Estado referir “te veo en el amparo” o “te espero a que el Juzgado te multe”, debido a las evasivas ante solicitudes de información dirigidas a su director, Jorge Carlos Ramírez Granados. En últimas fechas, el motivo de los atrasos es la organización de “las bodas de Xmatkuil”, pero en tono de burla, la comunidad jurídica comenta que pareciera que están preparando un Enlace Real desde hace, al menos, un año. ¿A qué se debe tanto atraso? Se reporta que Ramírez Granados prácticamente no despacha en su oficina y delega muchos temas, por lo que desconocería el funcionamiento diario de la dependencia.

ASÍ COMO FUE anunciada una boda en las filas de la 4T —como se reportó recientemente en esta columna— en el PAN también habrá enlace nupcial a finales de este año. Se trata de Juan de Dios Collí Pinto, regidor del Cabildo meridano y uno de los más asiduos defensores de la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada, quien en fechas recientes ha utilizado sus redes sociales para hacer denuncias públicas sobre el actuar del actual Gobierno Estatal. Al regidor se le vincula con el grupo del diputado Roger Torres Peniche, por lo que no se descarta que su boda se convierta en pasarela política rumbo a 2027.

QUIEN HA PASADO “agachado” el último año y medio —y no por eso ha dejado de “invertir bien” su liquidación o “ahorros” obtenidos como rector de la extinta Secretaría de Innovación e Investigación, hoy Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación de Yucatán— es Mauricio Cámara Leal. Bajo la sombra, se le identifica como uno de los propietarios del Instituto Metropolitano para la Educación y la Tecnología, ubicado en una conocida plaza comercial del norte de Mérida, el cual se puso en marcha apenas unas semanas después de su salida del cargo. Hoy funge como Vicefiscal Anticorrupción, con un salario público considerable mientras también opera como empresario educativo. “Habría que decirle a la nueva rectora que haga una auditoría a las cuentas del exrector, para ver si cuadran sus ingresos y le alcanza para haber levantado una universidad en un par de meses”, comentan nuestras fuentes.

NOS CUENTAN QUE el sorpresivo cambio de Clemente Escalante de la Dirección de Cultur al Tecnológico de Progreso trae más historia de la que alcanzó a aparecer en los comunicados oficiales. Desde la tarde del jueves 6 de noviembre comenzaron a circular versiones —cada vez menos discretas— sobre su inminente salida. Para el viernes 7 ya era comentario obligado entre funcionarios y operadores que Escalante dejaría la batuta de Cultur.

Tan avanzados estaban los rumores que, según dicen, en la Dirección Administrativa algunos ya habían comenzado a convocar gente para avisarles, casi con naturalidad, que el cambio era un hecho. Mientras tanto, Escalante pasaba la tarde en Xmatkuil, cumpliendo con la representación de la dependencia en la feria. Ahí no hubo periodista ni integrante del gabinete que no le preguntara, de frente o entre líneas, por su supuesto cese. Él, firme, lo negó una y otra vez, atribuyendo todo a “fuego amigo en redes sociales”.

Incluso —aseguran— consultó directamente a piezas mayores del gabinete, quienes en ese momento le aseguraron no saber nada. La sorpresa vino el sábado a las ocho de la mañana, cuando, al igual que todos, se enteró del movimiento a través del comunicado oficial del Gobierno del Estado. Nos dicen que inmediatamente empezó a llamar a sus personas de confianza para confirmar si realmente estaba ocurriendo lo que estaba leyendo. Y sí: era así. La mañana del sábado, cuentan, se esfumó por completo.

No respondió llamadas ni mensajes. Silencio total. Ya por la tarde, finalmente envió un mensaje al grupo de WhatsApp de Cultur: agradeció, anunció su repentino traslado al Tecnológico de Progreso y dijo que quedaba como encargado del despacho, pero —y aquí hubo quienes levantaron ceja— subrayó expresamente que el director administrativo quedaba sólo de manera momentánea. Y mientras unos intentan descifrar el abrupto movimiento en Cultur, otros aseguran que la verdadera prisa no estaba ahí, sino en Progreso.

Porque la pregunta que muchos se hacen es: ¿por qué el cambio tan repentino, sin siquiera tener listo al nuevo titular de Cultur y dejando apenas a un encargado de despacho? Las respuestas —nos cuentan— es que querían darle una salida digna a Clemente. Según versiones que circularon con fuerza en pasillos estatales, la salida de la entonces directora del Tecnológico de Progreso, Sugely Manzano, habría sido igual de súbita y motivada por señalamientos internos de presuntas irregularidades, entre ellas temas de corrupción y nepotismo.

Nada oficial, pero las voces insistían en que la situación ya no permitía margen de maniobra. Y ahí estaba el verdadero problema: en los tecnológicos no puede permanecer un encargado. Las reglas del sistema exigen un director general con nombramiento inmediato; de lo contrario, los propios Sistemas Tecnológicos imponen uno desde arriba. Por eso —dicen los enterados— el movimiento tuvo que hacerse de inmediato, prácticamente sin tiempo para acomodar las fichas en Cultur. Había que cubrir Progreso ya, y al mismo tiempo tener un pretexto para mover a Clemente sin que se viera como un despido.

Sobre las razones del cambio de Clemente Escalante, hay quien dice tener “la versión definitiva”, pero son tantas y tan contradictorias que resulta imposible dar por cierta alguna. Lo que sí reconocen quienes conocen la casa por dentro es que en Cultur se venía arrastrando desde hace tiempo un ambiente de fractura interna. Nos cuentan que la dependencia estaba dividida en grupos que no se cruzaban ni el saludo, cada uno con supuestos padrinos distintos, y con direcciones que operaban casi como islas.

En ese ajedrez, los pocos perfiles cercanos a Escalante —dicen— lejos de ayudar, habrían alimentado tensiones con otras áreas, lo que generó resistencias que acabaron salpicando al propio titular. Incluso se menciona en voz baja el caso de Karla Paola Medina, a quien distintos trabajadores señalaban por un trato áspero y choques constantes con personal operativo. Según quienes han visto estas dinámicas, esas confrontaciones generaron malestar y terminaron asociándose a Escalante, aunque él no necesariamente hubiera tenido enfrentamientos directos. Como suele ocurrir, en política los resentimientos son contagiosos, y los costos se reparten aunque no correspondan. El resultado: un ambiente enrarecido, múltiples bandos en pugna y un director que, para bien o para mal, terminó cargando con animadversiones que venían de otros.

Y MIENTRAS EN Mérida y Progreso se movían las piezas políticas, en el oriente del estado también hubo tema para conversación. Resulta que durante la Feria de Tizimín–Convite 2025, donde se mezclan bailables, tradición y una buena dosis de ambiente festivo, ocurrió algo que dejó a más de uno con la boca abierta… y el vaso lleno. A eso del mediodía, cuando el calor apretaba y la música seguía, hizo su entrada un camión de doble redilas con logotipos del Ayuntamiento. Pero lo que sorprendió no fue el vehículo, sino su cargamento: según asistentes, comenzó a repartirse cerveza helada de manera gratuita a todo aquel que se acercara. El resultado fue inmediato: filas enormes, calles abarrotadas y la población formando un auténtico peregrinaje en busca de su vaso bien frío. La escena corrió como pólvora entre los presentes, que no tardaron en comentar el “detalle” logístico en plena festividad.

Y HABLANDO DE quienes no tuvieron un fin de semana especialmente alegre, nos cuentan que el que anda sentido y bastante ofendido es el diputado federal Óscar Brito. Resulta que anunció con gran entusiasmo su informe legislativo, invitando a la plana mayor y esperando un lleno político que le diera brillo al evento. Pero lo que llegó… fue el silencio. Dicen que prácticamente ningún funcionario de peso hizo acto de presencia.

El gran ausente —y el que más llamó la atención— fue Jorge Carlos Ramírez Marín, quien suele presentarse a informes de alcaldes, diputados y hasta de delegados si hace falta. Pues esta vez no. Prefirió asistir al nombramiento de la nueva dirigencia del Partido Verde Ecologista en Yucatán, dejando a Brito con la fotografía incompleta.

De legisladores, el único que se dejó ver fue Jorge Luis Sánchez “El Gallo”, además de Yazmín Villanueva, siempre buscando salir en la foto. Y de funcionarios, cuentan que la de mayor rango fue Alaine López Briceño, cuya presencia fue destacada por la camaradería con la base morenista: Geovanna Campos, Alan Padrón y Sisely Burgos, quienes llevaron la representación institucional de Huacho. Dicen que quien parecía marcar el ritmo del evento, prácticamente “dirigiendo el pandero”, era nada menos que doña Landy Marrufo, madre de Rommel Pacheco.

Testigos comentan que fue ella quien estuvo indicando dónde acomodar a los invitados, quién pasaba, quién se sentaba y quién esperaba. Más de uno se preguntó si había tomado las riendas ante la notoria falta de operadores. Otra de las estampas que llamó poderosamente la atención fue la presencia de Daniel Granja Peniche, aquel exjoven político que años atrás cambió los reflectores por la academia y la espiritualidad. Pues bien, reapareció después de muchísimo tiempo sin pisar un acto político. Las especulaciones no tardaron: ¿casualidad, regreso o sólo visita? Y quien, según los asistentes, ya se veía sentado en curul ajena fue José Canto Tamayo, que muy animado comentaba a quien se acercara que su siguiente paso sería llegar a la diputación… eso sí, después de 2027, como si el camino ya estuviera trazado y sólo faltara esperar la fecha.

Y MIENTRAS UNOS buscan reflectores y otros los esquivan, quien ya se destapó sin medias tintas como parte del equipo de Verónica Camino es la regidora de Izamal, Guadalupe Lugo. Nos cuentan que, en prácticamente todos los eventos públicos, ya no se presenta como integrante del Cabildo, sino —abiertamente— como representante de la senadora Camino. Tan visible ha sido su nuevo rol que, en la carrera rosa en Izamal, el propio gobernador la presentó en el estrado bajo ese título: representante de la senadora Verónica Camino. Y desde entonces, comentan los asistentes, esa es la carta de presentación que ella ha venido utilizando en cada acto, reunión y evento social.

Y PARA REMATAR la semana con nota cómica, el Congreso del Estado regaló una de esas escenas que rápidamente se convierten en memes parlamentarios. Resulta que el legislador del PT, Paco Rosas, se aventó una siesta monumental en plena sesión. Hasta ahí, bueno… cosas que pasan. Pero lo inolvidable fue el ronquido estruendoso que, según cuentan, resonó tan fuerte que varios diputados dejaron de revisar documentos y se voltearon entre carcajadas. No faltó quien sacara el celular para inmortalizar el momento con fotos y videos, porque en estos tiempos nadie perdona una oportunidad para el archivo de humor legislativo. El sueño llegó a su fin cuando personal del Congreso tuvo que acercarse discretamente a despertarlo. Dicen que Rosas reaccionó asustadísimo, como quien despierta de un sueño profundo sin recordar en qué universo cayó dormido. Desde entonces, en los pasillos del recinto no se ha escuchado otra cosa más que risas, bromas amistosas y recreaciones del “ronquido oficial” que marcó la sesión. Hay quien asegura que fue la parte más entretenida del día legislativo.

QUIEN FINALMENTE SÍ realizó su informe —aunque después de varios cambios de plan— fue el senador Rolando Zapata. Nos cuentan que la primera intención era hacerlo virtual, pero al ver que la convocatoria digital no daba para mucho, optó mejor por llevarlo al terreno presencial. Originalmente se contempló la plaza central de la Casa del Pueblo para darle amplitud y lucimiento, pero los números de asistencia proyectados no acompañaron, así que el evento terminó realizándose en el Salón de los Gobernadores, un espacio más discreto y acorde con lo que realmente se esperaba. Según quienes estuvieron ahí, el informe reunió a alrededor de 50 personas, la mayoría personal del propio aparato del PRI estatal, con algunos invitados de perfil político. Entre los nombres reconocidos destacaron Carlos Sobrino Sierra, Carlos Sobrino Argáez, Ignacio Mendicuti Pavón, Porfirio Trejo y Flor Díaz Castillo. El resto, comentan, eran en su mayoría asistentes sin mayor presencia pública, además de familiares y el círculo cercano del senador.

QUIEN NO CABE de gusto —dicen— es el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, que anda con sonrisa de oreja a oreja después de su más reciente jugada política. Resulta que logró colocar como nueva presidenta del Partido Verde en Yucatán a alguien muy cercana a su círculo: Daniela Pompeyo Santiago. Aunque en un principio se manejaron otros nombres y distintas corrientes dentro del Verde querían posicionar a sus propios perfiles, al final la propuesta del senador terminó imponiéndose. No es un nombre nuevo en su órbita: cuando Ramírez Marín compitió por la alcaldía de Mérida contra Renán Barrera, la incluyó en su planilla como regidora plurinominal. Se comenta que Pompeyo es amiga de años del hijo del senador y que prácticamente no tenía trayectoria política antes de ser incorporada al equipo marinista. Desde entonces, cuentan los verdes de antaño, Ramírez Marín la fue llevando paso a paso, colocándola primero en un cargo menor dentro del partido y ahora coronando el movimiento con su llegada a la dirigencia estatal. Una historia de ascenso político quirúrgicamente guiada. Con este movimiento, el senador presume —según cercanos— que ahora sí tendrá control total de las candidaturas del Verde en Yucatán, lo que lo coloca en una posición privilegiada para negociar de tú a tú con Morena rumbo a los próximos procesos.

CHAMARRAS ATORADAS Y dependencias congeladas: llegó el frío y, con él, el mismo desorden de cada año. Mientras los termómetros comienzan a bajar en las madrugadas y la necesidad de abrigo se hace urgente en colonias y asentamientos vulnerables, la Sedesol y la Segey siguen sin coordinarse para organizar la entrega de cobertores y chamarras. Según fuentes bien enteradas, ambas dependencias se están tirando la pelota. En la Sedesol señalan al titular de la Segey, Juan Balam, por no haber entregado a tiempo la lista de escuelas y puntos de distribución, mientras que en la Segey aseguran que Sedesol no liberó recursos para pagar a los proveedores de la Cámara de la Industria del Vestido, quienes tradicionalmente fabrican las prendas del programa Bienestar Invernal. El problema, nos dicen, no es menor. Tan solo en Mérida existen 47 asentamientos irregulares donde las temperaturas nocturnas bajan drásticamente y donde cada año se repite la misma historia: promesas de apoyo que llegan cuando el frío ya pasó. En el papel, el programa de abrigo estatal debería ser una acción preventiva y coordinada; en la práctica, parece más un concurso de excusas entre dependencias que aún no entienden que la temporada de frentes fríos no espera la firma de un oficio ni la liberación de un cheque.

LECTURA PARA FINGIR.– Hay tropiezos digitales… y luego está lo que ocurrió con Angélica Araujo Lara, cuyas publicaciones recientes ya provocan más pena que impacto. En días pasados, la exalcaldesa decidió posar para sus redes con el libro “País sin techo”, de la autora Carla Escoffié, recomendándolo con solemnidad académica. En su post afirmó que “es un libro que explica claramente que la crisis de vivienda no es un tema aislado, sino un reflejo de cómo planeamos y habitamos nuestras ciudades”. Remató diciendo que “sigo aprendiendo y documentándome día a día, porque defender el derecho a la vivienda es defender el derecho a vivir con dignidad”. Hasta ahí, todo parecía un intento pulido de reivindicarse desde la narrativa social. Pero luego llegó el ¡plop! La propia Carla Escoffié apareció en el hilo para darle un “consejo no pedido” que retumbó fuerte: “@AngelicaAraujo, no hay que recomendar libros que no se han leído. En el primer capítulo señalo a la administración de la que formó parte por participar en el proceso de vender la ciudad a intereses inmobiliarios. Por favor no use mi libro para lavar su imagen…”. La reacción fue inmediata: un velo de compasión se extendió en los corrillos políticos. No por solidaridad… sino por la pena ajena que provocó semejante exhibida pública. Dicen que en política todo se perdona, menos quedar en ridículo. Y esta vez, vaya que se sintió.

REINA SIN PARAGUAS.– La lluvia atípica que cayó el pasado viernes en Ciudad Caucel no solo inundó calles: también dejó en evidencia a quienes presumen caminar sus distritos… pero solo de memoria. Y una de las más salpicadas fue la diputada panista Sayda Rodríguez Gómez, integrante —según cuentan en los pasillos— del famoso “Póker de Reinas de Vila”, ese grupo político que solo aparece donde la agenda de la alcaldesa Cecilia Patrón les marca, pero difícilmente se les ve recorriendo a pie las colonias.

En esa selecta baraja también figuran la diputada local María Teresa Boehm Calero, la diputada federal Abril Ferreyro y la regidora Genny Palomo, todas muy de eventos… pero poco de calle. El episodio que desató la tormenta política ocurrió el miércoles pasado en el Congreso del Estado, cuando la diputada morenista Estefanía Baeza Martínez subió a tribuna para exhortar al Ayuntamiento de Mérida a dar mantenimiento a las alcantarillas y construir más pozos pluviales en Ciudad Caucel, sobre todo después de las inundaciones que dejaron a muchos vecinos atrapados entre lodo y charcos. Ahí, desde su curul, Sayda Rodríguez intentó tomar el control del debate y le lanzó a Baeza: “¿Estaría dispuesta a apoyar el incremento del presupuesto al Municipio para atender aún más estos problemas en 2026?” Pero la respuesta vino con devolución incluida: “En su momento se analizará…

Pero también la exhorto, diputada, a que no se olvide de Los Héroes, su distrito. Que lo camine. No la hemos visto por allá. Soy vecina de ese fraccionamiento”, soltó la morenista. El silencio de Rodríguez fue más ruidoso que la lluvia misma. Los aplausos de Morena y las risas del público en la galería terminaron de cerrar la escena: una diputada atrapada bajo la tormenta… pero no precisamente la meteorológica. Dicen en los pasillos que en política puedes llegar tarde, pero nunca debes dejar que te recuerden que ya no regresas. Y menos si el reclamo viene de tu propia vecina.

Porque tus silencios públicos también pesan, exhiben y marcan agenda… Todo es Personal.