
El pasado domingo 15 de junio Medias Rojas de Boston hizo oficial el cambio de Rafael Devers a los Gigantes de San Francisco, fue el capítulo final de la telenovela que Boston y Carita protagonizaron en los últimos meses. Como en todas las historias, nuestra opinión dependerá del lado del que nos situemos, recuerde que en las telenovelas como en la vida, el villano puede ser víctima y la víctima villano.
Rafael Devers fue firmado por Boston en 2013 con un bono de 1.5 millones de dólares cuando tenía apenas 16 años. Debutó en Grandes Ligas en 2017 y en apenas su segundo juego conectó el primero de los 215 cuadrangulares que pegaría en los 8 años que jugó para los Patirrojos.
Rafi pertenece a la élite de bateadores zurdos de Grandes Ligas, al nivel de toleteros como Matt Olson, Yordan Álvarez y Juan Soto, por lo que en enero de 2023 firmó una extensión de contrato de 10 años y 313.5 millones de dólares que lo mantendría ligado a Boston hasta el 2033.
Imagínese usted como un joven de 21 años, siendo pieza importante para que su club consiga el título de Serie Mundial, con apenas un año de experiencia en Grandes Ligas y tocar las estrellas con los dedos.
Así fue el 2018 para Rafael Devers. En el 2019 Boston no clasificó a postemporada y en 2020 el manejador Alex Cora fue suspendido por su participación en el escándalo de robo de señas con los Astros del 2017.
Ese mismo año fue cambiado a los Dodgers Mookie Betts, lo que posicionó a Devers como de líder del equipo, tal como lo confirman las declaraciones de Alex Cora en su regreso en 2021 estableciendo la importancia de Devers como columna vertebral del equipo al afirmar que “Rafi” era el líder y cabeza del grupo.
Las temporadas del 2022 y 2023 fueron para el olvido y marcaron la salida de jugadores importantes que fueron sustituidos en su mayoría por jóvenes. Al concluir la campaña del 2023 fue destituido Chaim Bloom como jefe de operaciones de beisbol de Medias Rojas y asumió el cargo Craig Breslow, quien se mantiene hasta la fecha.
Previo al inicio de la temporada 2024 Devers expresó públicamente que los directivos de Boston tenían que hacer movimientos para reforzar al equipo, mencionó que a nadie le gusta jugar para perder y que, si la directiva no hacía el esfuerzo y traía jugadores importantes, la temporada 2024 sería nuevamente perdedora. “todos saben lo que necesitamos.” Sentenció.
Alto ahí… En este punto tiene usted a un jugador que ha asumido el rol de líder deportivo, un hombre que probó la gloria temprana y está dispuesto a alzar la voz para, en bien del equipo, decir lo que considera necesario.
Un jugador que ha asumido una responsabilidad con la franquicia y está dispuesto a defenderla incluso de sus dirigentes. Y ese fue su error. Craig Breslow en su intento por reforzar al equipo se hizo de los servicios de la estelar tercera base Alex Bregman, un movimiento que a todas luces era positivo para Boston, pero que fue mal gestionado al interior del club, como lo demuestran las declaraciones de Alex Cora, quien inicialmente afirmo que Carita era el 3ª base de Boston y Bregman un posible guante de oro en 2ª base.
Pero a la postre terminó sentenciando que “la gente que firmó a Devers ya no se encuentra en el club” en referencia a que, al ser una nueva directiva, Rafael ya no tendría el mismo peso y protagonismo en el equipo y debería aceptar jugar en otra posición.
La respuesta pública de Devers fue totalmente honesta y desafortunada, “Yo no juego en otra posición, yo soy 3ª base” es tas fueron las declaraciones que desataron la tormenta al ser un desafío directo a la directiva.
Las siguientes declaraciones de Devers fueron igual de desastrosas “Yo ya hablé con “esa gente”, ya está claro que ellos son los jefes y pueden hacer conmigo lo que quieran” y en ese punto la relación estaba rota.
El inicio de la temporada 2025 como bateador designado fue, de malo, lo que le sigue, no bateó de hit en sus primeros 21 turnos y fue ponchado en 15 ocasiones. Sin embargo, en mayo la ofensiva de Devers explotó y hasta el día del cambio a San Francisco sus números proyectaban que el dominicano tendría una gran temporada.
Nada que reprochar le en su desempeño. Las lesiones de Bregman y el primera base Triston Casas abrie ron la posibilidad a que Devers jugara nuevamente a la defensiva, ya sea en 3ª o en 1ª; sin embargo, las declaraciones de Devers no se suavizaron: “Yo no sé qué tiene esa gente conmigo, me dijeron que yo guardara mi guante, ya que no jugaría más a la defensa, ahora yo soy bateador designado y no juego ninguna otra posición, que ellos hagan su trabajo y contraten a la gente que necesiten”.
El conflicto alcanzó tal nivel que el propietario del equipo John Henry viajo el 9 de mayo a Kansas City donde los Red Sox visitaban a los Royals para tener una reunión con los directivos, mánager y el jugador para poner la situación bajo control, cosa que evidentemente no se consiguió.
A partir de entonces el futuro de Devers ya estaba fuera de Boston. David Ortiz, exjugador de Boston y miembro del salón de la fama declaro recientemente con relación al conflicto, “Yo jugué y fui caballo, pero nunca fui dueño de un equipo”. haciendo alusión a la disposición que los jugadores, empleados finalmente, deben tener para hacer lo que el equipo empleador requiera de ellos.
El cambio de Devers a los Gigantes era necesario, su salida de Boston Inevitable, su recepción a San Francisco inmejorable y el primer mensaje de Rafael Devers con el uniforme de San Francisco una geniali dad: “Yo estoy aquí para ayudar al equipo, dar el 100% y jugar en donde me pongan”.