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Opinión

Todo es personal en Yucatán

La imagen de dos figuras históricamente ubicadas en trincheras políticas distintas, fundidas en un gesto de reconciliación y civilidad, dejó entrever que los nuevos tiempos de la política yucateca empiezan a escribirse también con símbolos de unidad. Ahora habrá que ver en qué partido político coincidirán. FUERA DEL ROSTER. Quien quedó fuera de los asientos que corresponden al Gobierno del Estado en la Junta de Coordinación Metropolitana, firmada recientemente por el gobernador Joaquín Díaz Mena, fue el exalcalde de Motul y director del Instituto de Desarrollo Regional y Municipal (Inderm), Roger Aguilar Arroyo.

Nuestras fuentes revelaron que, para la concreción de este importante acuerdo que incluye a los ayuntamientos de Mérida, Kanasín, Conkal, Umán, Acanceh, Chicxulub Pueblo, Ixil, Hunucmá, Samahil, Timucuy, Tixkokob, Tixpéhual, Ucú y Progreso, se tuvo que imponer la voluntad de la actual titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Edna Elena Vega Rangel, quien le dio un gran empujón al acuerdo. La salida de Roger Aguilar de la Junta fue interpretada como su impericia para tener una buena interlocución ante los ayuntamientos, incluido el más importante, que es el de Mérida.

“No tenía el nivel que se requería”, nos comenta uno de los integrantes de la Junta. Ahora dicha Junta se encuentra en apuros, pues el municipio de Ixil, de extracción petista, manifestó su inconformidad por la manera en que se integró el órgano, que funciona como un Consejo Consultivo. Este convenio es clave para fortalecer el Programa de Ordenamiento Territorial, pues facilitará el acceso a inversiones, asistencia técnica y programas federales enfocados en mejorar la movilidad intermunicipal, garantizar servicios equitativos y proteger el medio ambiente.

GRAN APORTACIÓN. Pero a la superficialidad, fue el anuncio que realizó la diputada federal del PAN, Isabel Rodríguez, por la llegada de su homóloga Kenia López Rabadán a la presidencia de la Cámara Baja. Hasta hace unos meses, la diputada yucateca se quejaba de que se vivía en una dictadura, de la cerrazón y la intolerancia; sin embargo, en esta ocasión celebró el acontecimiento al estilo Vila, diciendo que fue “un martes histórico en la Cámara de Diputados”, apresurándose a tomarse una selfi e con aquella. Fue la propia presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien recordó a la oposición que “repite y no se cansa de decir que vivimos en una dictadura”, cuando hoy la misma oposición, como la panista yucateca, festejó el hecho “histórico”.

AUSENCIAS DESAPERCIBIDAS. Tras otorgar algunas entrevistas en las que presumió regresar a sus orígenes restauranteros, Renán Barrera Concha fue uno de los exalcaldes de Mérida invitados que no incomodó por su ausencia en el Informe de la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada. Las razones de su inasistencia —aparentemente un viaje a Alaska que presumió en sus redes sociales— indignaron a la militancia panista y contrastaron con la presencia de Luis Correa Mena, Angélica Araujo Lara, Ana Rosa Payán Cervera, Manuel Fuentes Alcocer, y los interinos María Fritz Sierra y Alejandro Ruz.

Por cierto, al parecer le va muy bien al exalcalde Renán Barrera Concha, quien no sólo luce una figura más delgada, sino también sigue aumentando su presencia en el área restaurantera. Además de que lo relacionan con el restaurante Tigre Blanco y el bar Lennon Acoustic Piano Bar, ubicados en la exclusiva zona del norte de esta ciudad, ahora ha trascendido que el tres veces exalcalde abrirá una franquicia en una exclusiva zona de… ¡Madrid, España! Esto, tras el efusivo anuncio que hizo en días pasados el hermano de Renán, Jorge, en sus redes sociales, de la próxima apertura de Santa Gloria. Según la publicación, este nuevo restaurante, cafetería y panadería se ubica en la exclusiva avenida Barcelona 77, en la ciudad de Madrid, España, un área residencial de la capital española. Hasta ahora no se sabe el origen de los recursos ni la inversión de los hermanos Barrera Concha. ¿Será que su sueldo por haber gobernado tres veces Mérida le alcanzará para sostener estos negocios u obtuvo el financiamiento por otra vía? Dicen los que saben, que durante las tres administraciones muchos negocios se hicieron al amparo de las finanzas públicas.

FANTASMAS EN EL PALACIO. Pero no de las viejas leyendas que se cuentan del salón del Cabildo del Ayuntamiento de Mérida, sino la aparición de la diputada federal Abril Ferreyro en el I Informe de Cecilia Patrón, quien se ubicó frente a sus homólogas Isabel Rodríguez y la diputada María Teresa Bohem Calero. No faltó el comentario suspicaz entre los reporteros, quienes, al verlas juntas en pleno cotilleo bajo el paraguas, les preguntaron: ¿Ustedes vienen en representación de Mauricio Vila?

LO QUE HOY se está viviendo en la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY) es que Eduardo Rodríguez, dirigente de la agrupación de Taxis Plus y jefe del Departamento de Taxis Foráneos, en coordinación con Víctor Ávila, alias “El Pichi”, persona con antecedentes penales, están cobrando los permisos a los taxistas foráneos que otorgó la administración pasada y que costaron 100,000 pesos por cada uno. Ahora ellos quieren cobrar entre 30,000 y 20,000 pesos, situación que va contra la Ley de Transporte, ya que lo que rige el sistema de transporte en la modalidad de taxi es la concesión, y por ello el FUTV se está manifestando en contra de esa fi gura del permiso. El tal “Pichi” convoca a las otras agrupaciones ajenas al FUTV a manifestarse a favor del director de la Agencia de Transporte, Jacinto Sosa, y de Marco Antonio González, director de Transporte, y de su socio en el negocio, Eduardo Rodríguez.

Ahora la pregunta es: ¿sabrán Jacinto Sosa y Marco González que están utilizando sus nombres para el cobro de dichos permisos? DIVERSAS voces inconformes han causado las nuevas disposiciones administrativas implementadas por algunos directores del Ayuntamiento de Mérida respecto al uso de subsidios y apoyos de formación profesional continua para colaboradores del municipio. Resulta que, históricamente, dicho apoyo ha estado encaminado a financiar de manera tripartita programas de maestría para empleados del Ayuntamiento, donde el 33% es pagado por el municipio, 33% por la universidad de elección y 33% por el propio empleado, lo que sin duda refleja un ahorro considerable. Sin embargo, fuentes del Ayuntamiento han referido que los directores Arturo León Itzá y Jesús Pérez Ballote han limitado dichas opciones a sus círculos de apoyo político cercanos y que, inclusive, algunas de estas personas no cumplen con funciones dentro del Ayuntamiento, sino de manera externa.

Algunas personas estarán becadas, por méritos que nada tienen que ver con el servicio a la ciudadanía meridana. LOS actuales movimientos dentro del Gobierno del Estado podrían denominarse, si fueran capítulo de novela, como “El regreso del grupo compacto”, y es que, a decir de fuentes internas del gobierno estatal, pareciera que el gobernador Joaquín Díaz Mena por fin está materializando cambios en dependencias con personas que responden directamente a él y no a imposiciones políticas de campaña. Todo comenzó hace unas semanas con el cambio en la Dirección del Tec de Motul, incursionando en ella Alicia Avilés, colaboradora cercana del Gobernador y madre del secretario general de Gobierno, Omar Pérez Avilés.

Posteriormente, el golpe de timón se dio con el nombramiento de Didier Barrera Novelo como director del Colegio de Bachilleres, a la par del nombramiento de Teresa de Jesús Alcocer y Gazca como rectora de la Universidad de Oriente. Finalmente, el último de estos cambios se dio con el anuncio de la nueva encomienda de Moisés Rodríguez Briceño como subsecretario de Asuntos Agrarios. ¿Qué tienen en común todos estos nombramientos? Todos son colaboradores cercanos del Gobernador, personas de toda su confianza y que, de paso, fueron anunciados en sus cargos con sendas fotografías flanqueados a su lado. Para quienes saben leer entre líneas, el mensaje fue muy claro: llegó la hora de que las imposiciones entreguen sus cargos si no se cuadran.

MOVIMIENTO Ciudadano en Yucatán ha apostado a una estrategia de silencio selectivo ante la “renuncia voluntaria” de su exlideresa Nayelli Hernández Crespo, a menos de un año de haber tomado posesión del cargo. Tal parece que este movimiento ha despertado una nueva disputa entre el próximo sucesor o sucesora, y los bandos no se han tardado en mostrar: tanto los que responden a las “personas del centro”, con la diputada Larissa Acosta Escalante como representante del dirigente nacional Jorge Álvarez Máynez, así como quien, indiscutiblemente, espera indicaciones de “la jefa”, como le dicen a Ivonne Ortega Pacheco, coordinadora del partido naranja en San Lázaro. Se ha dejado entrever que entre los potenciales nombres se encuentran Tessy Gamboa Palma, Gerardo Ocampo Castro, Gabriela González Ojeda y Rodrigo Vázquez Parada.

SE comenta en los pasillos de la grilla yucateca que Manuel Carrillo García, viejo conocido del activismo político de “choque” y quien ha transitado entre estructuras priistas y ahora morenistas, encendió la mecha con declaraciones y amenazas incendiarias. Carrillo, recordado por su protagonismo en la “Glorieta de la Paz” aquel 4 de julio de 2011, ha sido pieza clave en operaciones de promoción y contención electoral, un aparato que antes sirvió al PRI y hoy es músculo de Morena. Dicen los enterados que esta semana se le vio en la Ciudad de México, donde sostuvo encuentros con actores de peso como Fernández Noroña, buscando alianzas y respaldos en el ajedrez nacional.

EN la arena priista yucateca, lo que parecía un idilio político entre el presidente estatal y el municipal del PRI terminó por resquebrajarse. Versiones que circulan en charlas de café y tertulias informales revelan que el propio presidente estatal del tricolor se ha dado a la tarea de lanzar severas críticas en contra de Rafael Echazarreta, actual dirigente municipal. Quienes han escuchado sus comentarios aseguran que lo califica de novato, con escasa experiencia política y sin la menor posibilidad de competir con seriedad por la alcaldía de Mérida. Duras palabras que, más allá de lo anecdótico, dejan ver la magnitud del distanciamiento. Así, lo que en su momento se vendió como unidad partidista, hoy navega entre sospechas de ruptura y desconfianza interna. El otrora partido hegemónico, reducido ya al mote de “Chiquipartido”, parece no poder sostener ni siquiera los acuerdos básicos entre sus liderazgos, lo que anticipa turbulencias en su intento por reposicionarse en la capital yucateca.

MUY distintos los contrastes que dejaron los recientes informes municipales en Yucatán. Por un lado, en Progreso, el alcalde Erick Rihani presentó un ejercicio sobrio y bien cuidado, rodeado de personalidades del ámbito civil y de gobierno. Incluso sorprendió la presencia de algunos alcaldes de oposición, como el de Izamal, lo que reforzó la narrativa de unidad y madurez política. Su discurso, centrado en los logros y avances del puerto, se aplaudió por la mesura y el tono institucional. En cambio, el escenario en Umán fue todo lo contrario. El informe de la alcaldesa Waldina Sauri Maradiaga tuvo que lidiar con un auditorio semivacío, lo que obligó a movilizar gente hasta su casa con la promesa de despensas para llenar el evento. El detalle no pasó desapercibido, pues se esperaba la presencia del gobernador Joaquín Díaz Mena, quien retrasó su llegada al notar la falta de convocatoria.

Finalmente, el acto se realizó, aunque más como un salvavidas político que como un informe de resultados. El propio Gobernador, en su intervención, hizo un llamado claro al cabildo umanense: trabajar en unidad para que el proyecto de Umán pueda salir adelante. Un mensaje que se interpretó como una advertencia y, al mismo tiempo, un respaldo mínimo para sostener a una alcaldesa que no deja de acumular críticas y cuestionamientos.

UN enroque silencioso en el gobierno estatal pasó prácticamente desapercibido: la rectoría de la Universidad Tecnológica del Centro en Izamal. Moisés Rodríguez, quien ocupaba el cargo y quien se veía a futuro para contender por la alcaldía, fue trasladado inesperadamente a la Subsecretaría de Asuntos Agrarios de la Secretaría General de Gobierno. Un puesto menor, sin reflectores, que hasta hace poco ocupaba Feliciano Moo, destituido sin explicación y, hasta ahora, seguramente aparecerá como delegado del instituto indigenista. En su lugar, la rectoría en Izamal quedó en manos del doctor Jorge Alejandro Laris, académico de trayectoria en el Colegio de México, con sólida formación en investigación y cero apetito político. Hijo de Bernardo Laris Rodríguez, reconocido empresario radiofónico de Yucatán, su perfil confirma que la intención del gobierno no es apuntalar candidaturas desde la universidad, sino mantener un liderazgo académico sin compromisos partidistas. El movimiento deja claro que, en Izamal, aún no hay “delfín” definido y que la sucesión municipal seguirá en suspenso. La gran incógnita es si la alcaldesa Melissa Puga buscará la reelección o, de no hacerlo, quién podría convertirse en la carta fuerte para disputar la alcaldía.

EL sábado pasado, en el ya famoso café de políticos jubilados de Chapur Norte, se vivió una escena digna de película que arrancó risas nerviosas y sorpresa entre los asistentes. Resulta que el ex presidente del Tribunal para los Trabajadores al Servicio del Estado, Edmundo Alzina Campos, no dudó en levantarse de su silla al ver llegar al señor José Echeverría, hijo del controvertido manager de artistas Joel Echeverría Santana. Lo que parecía un simple encuentro casual terminó en espectáculo: frente al restaurante lleno, Alzina Campos tomó del pelo a Echeverría, lo arrastró como si fuera un muchacho rebelde y, entre gritos, le exigió que se largara de inmediato, acusándolo de ser un defraudador y de deberle fuertes sumas de dinero. El silencio fue sepulcral entre los políticos y expolíticos que suelen convertir el lugar en su punto de reunión. Nadie atinó a intervenir.

Al final, al hijo del polémico manager no le quedó otra que retirarse, dejando tras de sí una anécdota que seguirá circulando en las sobremesas políticas: que hay cuentas que ni el tiempo ni las amistades consiguen borrar. DICEN que la molestia se hizo sentir entre varios integrantes del PAN luego del informe de la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada. El motivo: la ausencia del secretario general de Gobierno, Omar Pérez, quien era el representante del Gobernador y no sólo no acudió, sino que ni siquiera envió representante al acto frente a la ciudadanía. Los reclamos no se hicieron esperar en los pasillos panistas, donde más de uno lo consideró un desaire innecesario. Sin embargo, el propio secretario, cuentan, aclaró después que sí cumplió con la formalidad institucional al asistir a la sesión de Cabildo correspondiente al informe, y que el otro evento al que no se presentó no era más que un festejo político, sin carácter protocolario.

EL que de plano ya no conoce la vergüenza es el exalcalde de Izamal, Warnel May, hoy convicto y con brazalete electrónico tras haber aceptado sus culpas. Pese a su situación legal, se da el lujo de promocionar con desparpajo la venta de terrenos en Isambal y sus alrededores, propiedades que —se comenta en los corrillos políticos— habría obtenido de forma irregular durante sus años de poder municipal. Lo más llamativo es la ligereza con la que presume y ofrece estos predios, como si su libertad condicional fuera un simple trámite sin consecuencias. Más de uno asegura que con estas actitudes, tarde o temprano, podría volver a pisar prisión, y esta vez sin los beneficios que hoy lo mantienen en casa.

QUIEN ANDA muy activa en los últimos días es Kathia Bolio, que ha encontrado en los blogs y en los influencers un foro ideal para soltar pestes contra Raúl Paz Alonso, hoy director del canal del Congreso. Con micrófono en mano, Bolio asegura que no le tiembla la voz para criticar al PAN y recordar que Paz fue, según ella, uno de los peores funcionarios que ha tenido Mérida, con una cola de corrupción que todavía da de qué hablar. Lo curioso del caso es que nadie sabe si Bolio lo hace por iniciativa propia o si responde a alguna instrucción en lo oscurito, porque moralmente hablando, poco puede presumir tras su paso político y su cercanía con Rolando Zapata, lo que la deja con escaso margen de credibilidad. Eso sí, lo que dice no deja de tener fondo: Raúl Paz, con todo y su historial, ha tomado la costumbre de criticar al municipio de Mérida como si tuviera autoridad o futuro político ahí, cuando la realidad es que su fama, sus escándalos y hasta sus líos de adicciones lo han dejado fuera de la jugada. Ni Mérida ni ninguna otra demarcación lo esperan en las boletas.

SE llevó a cabo la ya tradicional comida anual de los 300 líderes más influyentes de México, ese listado que publica una revista empresarial y que presume identificar a quienes mueven las cuerdas del país. Este año, los reflectores se posaron con fuerza en los yucatecos, pues la asistencia fue nutrida: la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, empresarios de la construcción, miembros de la sociedad civil y hasta figuras del deporte y la cultura local se dejaron ver en el evento.

Muchos apostaban que Yucatán rompería récord de nombramientos dentro de la famosa lista; sin embargo, la sorpresa llegó cuando se revelaron los nombres definitivos: los únicos yucatecos incluidos fueron José Chapur, el futbolista Henry Martín, Ivonne Ortega Pacheco, Juan Manuel Ponce Díaz, Elías Lixa, Mario Millet Encalada y el exgobernador y exsenador Mauricio Vila Dosal. Este último fue el que más comentarios desató, pues su paso gris por el Senado y su actual retiro de la polí- tica hacen difícil entender cómo es que se le considera hoy entre los más influyentes del país. En los pasillos se preguntan si la selección responde a méritos reales, a amistades estratégicas o simplemente a la lógica de las relaciones públicas. Porque lo que duele sin nombre, también deja marca. Todo es personal.

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