Quintana Roo

Crece la molestia ante actitud de Ultramar

De la Redacción

 

Indignación del sector comercial de Isla Mujeres ante la intransigente actitud  de la naviera Ultramar, que se niega a trasladar más de 15 kilos de carga, con el argumento de que su permiso es para transporte de pasajeros y para las mercancías están los ferrys de carga, pese a que los barcos de ruta han sido usados tradicionalmente por ser el medio más rápido para cruzar la mercancía que requieren restaurantes y pequeños comerciantes de la localidad.

La naviera consentida de Alicia Ricalde Magaña, directora general de Apiqroo, aprovechó que la autoridad marítima remitió un oficio a la empresa en el que señalaba que por seguridad de pasajeros y tripulación ya no se permitiría el cruce de carga por los barcos rápidos.

Pero el oficio iba dirigido a Cozumel, en tanto que la titular de la Capitanía de Puerto de Isla Mujeres, Ana Laura López Bautista, no ha recibido ningún tipo de documento con similares restricciones para la pequeña ínsula, e incluso sugirió a los directivos de Ultramar que fueran más flexibles a la hora de permitir el paso de carga.

La mano de Alicia Ricalde está detrás de todo, en un nuevo intento de favorecer incondicionalmente a Ultramar, pulverizar a la competencia y dejar sin ingresos a decenas de familias de colaboradores de Marítima Isla Mujeres y Naveganto.

Por corrupción o flexibilidad, nunca puso trabas la Apiqroo al traslado de mercancías en barcos de ruta, primero de Magaña, empresa pionera en el transporte, cuyas embarcaciones de madera contaban con espacio disponible para la carga y posteriormente Ultramar, que se incorporó a la ruta en el año 2003 y desde entonces ha hecho todo lo posible por aniquilar a todo lo que huela a competencia.

De manera sigilosa, obligaron a Transportes Marítimos Magaña a igualar tarifas y los usuarios se volcaron a Ultramar, con muchos mejores barcos pese a las quejas del trato despótico del personal hacia los isleños, hasta que lograron sacar a la empresa pionera de la ruta y monopolizaron el transporte de pasajeros, así como de la carga ligera de restaurantes y hoteles de la localidad, que suelen abastecerse entre dos y tres días a la semana.

La naviera Naveganto que, pese a todo sigue al pie del cañón, cuenta con embarcaciones más adecuadas para el transporte de carga que de pasaje y, de hecho, se habilitaron barcos destinados a trasladar insumos y material a las plataformas petroleras de Ciudad del Carmen, pese a lo cual Apiqroo les negó el permiso, desde el primer momento, para transportar mercancías con el argumento de que su permiso es para transporte de pasajeros, pero nunca pusieron reparo alguno en que Ultramar trasladase mercancías de todo tipo e incluso cocinas industriales.

 

Venganza contra los isleños

 

Es de todos conocido, que Alicia Ricalde Magaña se presentó como candidata a la presidencia municipal por el PAN y perdió estrepitosamente, a pesar de que estaba totalmente convencida de vencer.

Su naturaleza vengativa despertó, y desde que fue nombrada directora general de Apiqroo, está haciendo todo lo posible para fastidiar y perjudicar a los isleños como represalia por no haberla apoyado.

La mesa estaba puesta para Ultramar que, no contento con llevar a la quiebra y acaparar por muchos años el transporte de pasajeros, pretende hacer exactamente lo mismo con los ferrys de carga de la naviera local Marítima Isla Mujeres.

El servilismo y compadrazgo es tal, que incluso las instalaciones de Apiqroo en Punta Sam e Isla Mujeres fueron adecuadas y modificadas para que pudiesen maniobrar los dos enormes Ultracarga; en este sentido, nadie se explica por qué si en un principio se había anunciado que dos ferrys se enviarían a Cozumel y el tercero permanecería en Isla Mujeres, al final sólo uno se trasladó a la Isla de las Golondrinas, a pesar de tener una mayor superficie.

Otra jugada maestra de doña Licha, como es conocida en la isla, fue dar órdenes en la Terminal de Isla Mujeres para que sólo Ultramar tuviese facultades de transportar carga, imposibilitando para ello a Naveganto y la naviera Marinsa, que se retiró de la ruta.

Además, las embarcaciones de Ultramar, al igual que los Ultracarga, zarpan a la hora que quieren, sin respetar los tiempos designados, sin que a la Apiqroo parezca importarle el desorden.

 

Indefensos

 

Son por lo menos un centenar de pequeños empresarios, entre hoteleros, restauranteros y comerciantes, los que resultan afectados ante la medida que fue implementada arbitrariamente por Ultramar desde el miércoles de la semana pasada en Gran Puerto e Isla Mujeres.

Por lo general, los empresarios cruzan sus mercancías dos o tres días a la semana, a excepción de las mestizas que diariamente se desplazan a la ínsula para vender sus productos.

A ninguno le redituaría usar los servicios del ferry por varias razones, entre ellas que no todos disponen de un vehículo en Cancún y el volumen que manejan no amerita un traslado en transbordador.

Temen que puedan surgir especuladores que, aprovechando la necesidad de los comerciantes, se ofrezcan a transportar la mercancía en vehículos dispuestos en Punta Sam para tal fin, lo que incrementaría el costo final de los productos al consumidor, con lo que la negativa de Ultramar a trasladar carga perecedera en sus barcos de ruta afectaría no solamente a los dueños de negocios sino a la comunidad en general, con lo que se consumaría la dulce venganza de Alicia Ricalde Magaña.