De la Redacción
PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 24 de febrero.- Las seis personas ejecutadas y los ocho heridos de bala en once violentos hechos la semana que terminó, no solamente lo convierte en uno de las más sangrientos en la historia de este municipio, porque las cifras exhiben el aumento de la espiral de narco-violencia que se ha agravado en los últimos cinco meses, protagonizado por siete grupos rivales del crimen organizado que se disputan a “sangre y fuego” la plaza, para controlar el narcotráfico y la extorsión principalmente, ante la incapacidad y/o complicidad de las autoridades federales, estatales y municipales que inútilmente tratan de justificarlo y ocultarlo con discursos baratos.
En los dos últimos años, Quintana Roo y Solidaridad se han hundido en una inédita espiral de narco-violencia, las cifras de sangre así lo demuestran, en lo que respecta al estado en el año 2016 se cometieron 137 ejecuciones, en el 2017 fueron 326 y en el 2018 fueron perpetrados 936 ejecuciones, un crecimiento del 600 por ciento en dos años; en el caso de este municipio la situación es mucho peor, en el 2016 se consumaron 9 ejecuciones, el 2017 cerró con 58 ajusticiamientos, en el 2018 se cometieron 98, un aumento del mil por ciento, y en los primeros dos meses de este 2019 los grupos criminales han perpetrado 34 crímenes por ajuste de cuentas entre los siete grupos delincuenciales que luchan por el control de la plaza.
Hay que subrayar también que a diferencia del desgastado discurso oficial del gobierno que la narco-violencia se limita al ajuste de cuentas entre las siete bandas rivales del crimen organizado que se disputan el control de la plaza, dos facciones del Cártel del Golfo (CDG), Los Pelones, Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), La Barredora, Los Zetas Vieja Escuela, y Los Rojos, la oleada de extorsión de la que son víctimas los empresarios y el cobarde asesinato de quienes se niegan a pagar el “derecho piso”, confirman que la sociedad es víctima del crimen organizado; sin embargo, el gobierno federal, estatal, municipal, a través de su jefes policíacos siguen mostrando una indiferencia cómplice.
Semana sangrienta
Las seis personas ejecutadas y los ocho heridos de bala en once violentos hechos en la semana que terminó, no solamente lo convierte en uno de las más sangrientos en la historia de este municipio, creado hace casi 26 años, los cuales cumplirá el próximo 28 de julio, atribuido a la incapacidad y/o complicidad de las autoridades federales, estatales y municipales que inútilmente tratan de ocultarlo, e incluso a pesar del presupuesto de Solidaridad para este año 2019 superior a los 2 mil millones de pesos, se carecen de patrullas, al destinarse 2 unidades para atender hasta 80 mil habitantes como el caso del fraccionamiento Villas del Sol o 50 mil vecinos como ocurre en la colonia Luis Donaldo Colosio Murrieta y cada asentamiento ocho elementos de la Policía Municipal sin que el gobierno se esmere en reclutar a nuevos cadetes.
A excepción del martes, todos los días se la semana que está terminando ocurrieron narco-violentos hechos, en algunos casos hasta tres ataques criminales: el lunes 18 de febrero se cometió una ejecución y tres personas fueron baleadas en dos acciones distintas; el miércoles 20 fue cometido un asesinato, donde la víctima fue descuartizada y decapitada, el mismo miércoles en un solo ataque dos jóvenes fueron heridos de cuatro balazos cada uno; el jueves 21 hubo dos ejecutados; el viernes 22 un ejecutado; el sábado 23 de febrero se cometieron dos ejecuciones y tres personas fueron heridas a balazos.
Diez sicarios detenidos
Finalmente, cabe destacar que en esta semana la Policía Municipal Preventiva en dos contundentes acciones logró la detención de diez presuntos sicarios cuando se daban a la fuga después de cometer sangrientas ejecuciones, a pesar de la carencia de agentes y de patrullas, y en solitarias acciones, porque la Policía Estatal Preventiva fue desmantelada por el cuestionado Secretario Estatal de Seguridad Pública (SESP), Jesús Alberto Capella Ibarra, quien sueña con el Mando Único al dejar sólo a cuatro elementos en esta ciudad, porque la mayoría los llevó a Cancún para respaldar a su ineficiente recomendado Jesús Pérez Abarca como jefe de la policía de Benito Juárez.