De la Redacción
TULUM, 6 de febrero.- Como si fuese una “zona de batalla” y con la vigilancia permanente de las fuerzas armadas municipales y estatales, se mantienen las instalaciones del sindicato “Tiburones del Caribe” con el conflicto que se traen los taxistas, ya que es latente la posibilidad de enfrentamiento en su intención de tener el control total, tanto el grupo de Irán Zapata como de Carlos Alballero, mientras que el Instituto de Movilidad sigue brillando por su ausencia para dar solución al problema.
De nueva cuenta efectivos de la Policía Municipal y Estatal hicieron acto de presencia a las afueras de las instalaciones sindicales a fin de intervenir en caso que ocurra un desmán.
Y es que luego de que por la mañana del pasado martes “Mamalucha” y su gente, se habían apoderado de las instalaciones, ya por la noche de ese mismo día, más de 20 ruleteros que forman parte del grupo de Irán Zapata Hipólito, arribaron al lugar con la finalidad de recuperarlo.
Sin embargo, instantes después, el recinto sindical ya estaba custodiado por decenas de elementos policíacos, quienes estaban ya dispuestos a intervenir ante el mínimo enfrentamiento, tal situación no pasó a mayores y se retiraron.
No obstante, el ambiente hostil continúa y sigue captando mucha atención de las corporaciones policíacas, ante la amenaza constante de una reyerta, situación que prevalece por la pasividad de las autoridades competentes de tomar cartas en el asunto sobre dicha problemática.
Asimismo, esa situación está ocasionando que se desvíe la atención principal de la fuerza pública para brindar seguridad a la población en general, únicamente por estar al pendiente de unos cuantos sindicalizados conflictivos.
De esa manera, los grupos liderados por los intereses de Irán Zapata Hipólito y Carlos Alberto Alballero Pantoja, siguen enfrascados en luchar a su manera violenta el poder del sindicato del “Tiburones del Caribe” de Tulum”, en su afán del poder millonario que se genera por pago de cuotas, concesiones, renta de placas, entre otros conceptos monetarios, lo que ha creado una zona peligrosa, el inmueble sindical.