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Quintana Roo

Doña Margarita 'arregla” bebés

Por Luis Enrique Cauich

KANTUNILKÍN, LÁZARO CÁRDENAS, 10 de mayo.- Comenzó atendiendo a sus hijas, luego de que un doctor dijera que el bebé que esperaba venía en mala posición, por lo que decidió sobarle el vientre, buscando componer su posición y ahora lleva 25 años “tallando” a mujeres embarazadas, sostiene doña Margarita Canul Baas, habitante de la colonia Miguel Borge Martín.

A sus 86 años aún atiende a mujeres jóvenes o mayores que esperan el nacimiento de su bebé, llegan de diversas colonias de Kantunilkín o comunidades del municipio, incluso ha atendido a mujeres de Cancún o Playa del Carmen, ya que buscan a “la sobadora de vientres”.

Señala que a los 61 años inició esta actividad, las primeras embarazadas que atendió fueron sus hijas, ya que el médico había dado a conocer que uno de sus nietos venía en mala posición, así que decidió tallarle el vientre, y con sus propias manos corregir ese problema, para que el bebé pudiera nacer sin problema.

Sentada en un sillón de su casa atendió a los diarios Por Esto! y explicó que no es partera, aunque esa función la desempeñó por muchos años su hermana, muy conocida en esta ciudad. Ella solo realiza “talladas de vientre” para ayudar a corregir la mala postura en la que están algunos bebés y llevar el parto al buen término.

Su domicilio ubicado en la calle Álvaro Obregón esquina con Lázaro Cárdenas, es visitado hasta por cuatro o cinco mujeres al día, para corregir la postura de sus bebés, pero ahora, por su avanzada edad y debido a que vive sola, únicamente atiende por las mañanas y por las tardes, ya que entrando la noche, cierra su casa para irse a dormir en casa de su hijo.

Comentó que atendió a sus hijas, aprendió a tallar a las mujeres embarazadas y su labor se fue conociendo poco a poco entre los vecinos y en estas dos décadas y media, ha atendido a mujeres del municipio y de otras partes del estado que llegan solicitando sus servicios.

Se podría pensar que es un trabajo para ella, pero básicamente le gusta ayudar a las madres jóvenes, primerizas o mujeres que van por su segundo o tercer hijo, a que lleguen al parto con bien, corrigiendo la postura del bebé si éste viene atravesado. Aclara que ella no cobra, la cliente misma es quien deja un incentivo económico para cubrir sus gastos.

Platica que no tiene conocimientos adquiridos mediante un curso o taller, aprendió por sí sola y aunque por años le pidieron que atendiera partos, se ha negado, asegurando que nunca se sintió preparada para eso; lo suyo ha sido siempre sobar los vientres de las mujeres, próximas a dar a luz a sus bebés.

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