Por Yolanda Gutiérrez
Pese a que aún no se presenta el arribo masivo de visitantes nacionales, poco a poco se comienza a observar una mayor afluencia de paisanos en los principales balnearios públicos de nuestro destino y, a decir de los prestadores de servicios, será a partir de la próxima semana cuando en las playas se registre mayor número de bañistas.
Y aunque el sargazo se niega a desaparecer de algunas playas, en especial Coral y Delfines, además de encontrarse en mucha menor cantidad en arenales como Gaviota Azul o Chac-Mool, turistas nacionales, extranjeros y cancunenses disfrutaron el viernes de unas horas plenas de sol, mar y arena.
El esfuerzo del personal del ayuntamiento a cargo de la limpieza de playas queda opacado en virtud que más tardan los trabajadores en despejar el litoral de sargazo que las hierbas marinas en aparecer de nueva cuenta, aunque afortunadamente en mucha menor cantidad que en años anteriores.
Los balnearios públicos más frecuentados fueron Las Perlas, Langosta, Tortugas y Caracol, en los que el sargazo es prácticamente inexistente, además de Gaviota Azul y Marlín, mientras que en Delfines el número de bañistas era menor, a causa del sargazo que recala de manera constante y pone en un predicamento a los trabajadores del municipio, pues todo el esfuerzo empleado en una dura jornada se va al garete durante la noche y madrugada, cuando nuevos manchones impactan sobre la arena.
Playa Langosta y su prolongación Pez Volador son de los balnearios públicos favoritos de los cancunenses, que aprovechan las vacaciones estivales para disfrutar unas horas al aire libre y llenar sus pulmones con la sana brisa marina que se respira.
Aunque en varios puntos se pueden arrendar sombrillas acompañadas de su respectiva mesa y cuatro sillas, por precios que oscilan entre los 200 y los 300 pesos, según la playa, amén de si se trata de turistas o locales, son muchos los usuarios que prefieren llevar consigo este tipo de implementos e incluso improvisan asientos con las neveras en las que guardan las bebidas de su preferencia.
En Gaviota Azul la afluencia de usuarios fue también bastante buena, a lo que contribuyó la escasa presencia de sargazo en la orilla, ante la complacencia de los empleados de los dos clubes de playa que ofrecen sus servicios en el balneario y los particulares que rentan camastros y sombrillas prácticamente sobre la línea de playa, sin respetar la zona federal.
Disfrutaban las cálidas aguas del mar Caribe bañistas de todas las edades, especialmente los más pequeños, algunos de los cuales levantaban figuras en la arena o se divertían con sus juguetes favoritos, mientras que otros se daban su chapuzón con el apoyo de salvavidas, colchones inflables y otros implementos pensados para flotar.