Por Salvador Canto
La obra emblemática de Roberto Borge Angulo conocida como “Auditorio del Bienestar” que costó al erario alrededor de 245 millones de pesos para su edificación, se encuentra abandonada, sin vigilancia, cada vez más deteriorada con los plafones que se caen a pedazos y es objeto de actos vandálicos en donde se aprecian graffitis, cristales de varias puertas rotos y el robo de todo el cable del sistema eléctrico.
Dicho edificio localizado entre el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) y el Centro Estatal Deportivo de Alto Rendimiento (Cedar) de Cancún, fue inaugurado el 14 de septiembre del 2016 con un partido de futbol rápido entre exjugadores profesionales del América y Cruz Azul, en la recta final de la administración de Borge Angulo, actualmente preso por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, aprovechamiento ilícito del poder y ejercicio indebido del servicio público y peculado, pero que además, las autoridades le están buscando fincar el de delincuencia organizada.
Sin embargo, al iniciar funciones el actual gobierno del estado dicha obra ya no tuvo otro uso y desde entonces ha sido considerado como un “monumento a la corrupción”, a grado de que mandaron a hacer un peritaje especializado que confirmó que dicho auditorio no garantiza condiciones de seguridad para la realización de eventos masivos, como se pretendía, y en pocas palabras, era inseguro.
Se habló que incluso ese edificio pudo haber sido habilitado para albergar ahí, conforme a algunos cambios y remodelaciones, el C-5, pero este proyecto se descartó debido a que el edificio es inestable.
De hecho, en su momento, el aún titular de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra), William Conrado, informó que contrataron a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la elaboración de un nuevo peritaje y para lo cual se pagaría 9 millones de pesos, a fin de restaurar el edificio que estaba destinado para ser un recinto de espectáculos, actividades deportivas, culturales y de charrería con un aforo para alrededor de 12 mil personas.
Es de señalar que el Auditorio del Bienestar ocupa un terreno de casi 85 mil metros cuadrados, con más de 8 mil metros cuadrados de construcción y de acuerdo con estimaciones, es más grande que el Auditorio Nacional (10 mil personas) y tiene mayor aforo que el Auditorio Telmex de Guadalajara, Jalisco (8 mil 700 personas).
De hecho, tiene tres niveles de gradas y en la parte central una plataforma que se supone, permitiría montar 4 mil butacas más, además de estacionamiento para más de un mil vehículos y 20 autobuses.
Pero todo esto, de acuerdo a un recorrido efectuado por lo que es un edificio público, hoy se desmorona a pedazos, hay varias puertas cristal completamente “reventadas”, muros vandalizados, se han robado todo el cable de la red eléctrica, las butacas están inservibles pese a que algunas todavía tienen parte del plástico que fue el empaque de nuevo, lo que demuestra que el lugar jamás ha sido utilizado.
Varios tramos de losetas de los pasillos se han comenzado a levantar, los baños tienen los plafones desprendidos, en algunas partes existe excremento de personas, lo que refiere que no existe ningún tipo de vigilancia.