Los restaurantes en el estado representan una fuente de contaminación al manto freático debido al mal manejo de las trampas de grasa, lo que satura el alcantarillado, daña la infraestructura pluvial y de drenaje, y provoca inundaciones con escurrimientos, según la autoridad medioambiental y el propio gremio.
Inspecciones recientes revelaron que sólo dos de cada 10 establecimientos cumplen con la normativa, mientras que el resto, ya sea por desconocimiento o negligencia, vierte la grasa directamente a la red de drenaje.
Noticia Destacada
Restaurante Marakame en Cancún ofrece 30 mil pesos para bajar denuncias por mala higiene
Se estima que más de 7,800 de los 9,755 restaurantes registrados en Quintana Roo incurren en esta práctica, incluyendo negocios de comida a la carta, pescados y mariscos, autoservicio, comida rápida y alimentos para llevar, según el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del INEGI.
El crecimiento del sector restaurantero en el Caribe Mexicano ha ido de la mano con el incremento del turismo, pero en ciudades como Cancún, prácticamente todos los restaurantes han contribuido a la contaminación del manto acuífero por un manejo inadecuado de sus residuos.
Daniel Gustavo Rodríguez Lozano, coordinador de Inspección y Vigilancia de la Dirección de Ecología de Benito Juárez, señaló que estas malas prácticas ambientales tienen un impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos. Según sus reportes, ocho de cada 10 restaurantes inspeccionados presentan un manejo deficiente de sus trampas de grasa.
Ante esta problemática, la Dirección de Ecología municipal y la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) han iniciado acciones para abordar la contaminación generada por el sector.
Rodríguez Lozano enfatizó la importancia de que los restaurantes no solo mejoren la gestión de grasas, sino que también implementen la separación adecuada de residuos, pues el mal manejo de basura contribuye a la contaminación atmosférica, aumenta la cantidad de desechos en el relleno sanitario y fomenta la creación de basureros clandestinos.
Para garantizar el cumplimiento de la normativa ambiental, la autoridad municipal y el sector restaurantero han implementado cursos de capacitación en manejo de residuos y trampas de grasa, con la participación de 50 restaurantes. Las sanciones por incumplimiento pueden alcanzar hasta 100 mil pesos, e incluso la clausura de áreas involucradas.
Aunque ni las autoridades ni la Canirac han especificado el número exacto de multas y clausuras aplicadas hasta la fecha, ambas partes reconocen que la falta de cumplimiento de la normativa ambiental afecta gravemente la calidad de vida en el estado.