Uno de los casos que dejó una huella en la comunidad chetumalense desde el 2008 finalmente comienza a borrarse tras casi una década de espera.
La mañana del lunes la Fiscalía General del Estado anunció de manera oficial la vinculación a proceso de José “N”, alias “EL Chilango”, por delito de violación, violación equiparada y homicidio contra Jazmine Iridián Jiménez Ramos, una niña de 10 años que apenas comenzaba a vivir.
Los hechos se remontan al 22 de noviembre del 2008, cuando la pequeña Jazmine, salió de su domicilio en ese entonces ubicado en la colonia Infonavit Proterritorio, para dirigirse a una tienda de abarrotes.
No obstante, durante el camino, la menor fue interceptada por un adulto a bordo de una bicicleta. El susodicho responsable se encontraba regresando de su trabajo y, según testigos, presentaba un evidente estado alcohólico.
Al ver a la menor sola, le ofreció dulces con tal de convencerla para que esta la acompañe de regreso a su domicilio, acción que aprovechó para encaminarla a un predio enmontado y solitario.
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Tras el paso de los minutos, Luz del Carmen Ramos Alarcón, la madre de la menor, inició la búsqueda de su hija en las inmediaciones de la colonia antes mencionada, pero al no encontrarla, reportó su desaparición en el Ministerio Público.
Los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), desplegaron un operativo de búsqueda con el cual recorrieron diversos puntos de la localidad donde la niña frecuentaba ir.
En compañía de la madre de la menor, las autoridades buscaron en casas de amigas, parques, tiendas y demás puntos de la colonia sin obtener resultados positivos.
En medio de la búsqueda, un vecino de la colonia señaló a haber visto a la menor de edad en compañía de hasta ese entonces un desconocido José “N”, el cual supuestamente había sido visto con dirección a la avenida Centenario, mientras que la descripción de la menor con la que se encontraba en compañía encajó a la perfección con la apariencia física de Jazmine.
La madre de familia y los oficiales se movilizaron inmediatamente a dicha vialidad, no obstante, tras una ardua inspección del tramo, la pequeña no fue encontrada.
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La matriarca no desistió en su búsqueda, por lo que, al día siguiente, el 23 de noviembre, Jazmine fue encontrada sin vida en un predio enmontado, ubicado en la ahora conocida intersección de la avenida Maxuxac con Petcacab, a escasos metros de la colonia Arboledas.
El cuerpo sin vida presentaba signos de violencia. En el lugar se localizaron diversos indicios, entre ellos una camiseta del equipo de futbol de las Chivas, una botella de licor, un cuchillo con manchas de sangre y una prenda interior masculina.
Los análisis de los peritos dieron a conocer que la infante trató de defenderse durante el ataque, por lo que el responsable le habría causado heridas en hemitórax, brazos, rostro y pierna derecha con tal de calmarla.
De igual modo, señalaron que, durante los actos de defensa, la víctima logró lesionar al señalado con el cuchillo con el que finalmente él la privó de la vida.
La noticia generó inmediatamente una gran consternación entre los pobladores, y el miedo aterró principalmente a los padres de familia, quienes reforzaron la seguridad para proteger a sus hijos.
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Vecinos que presuntamente habían atestiguado el caso culparon a Aníbal M. M., un albañil que laboraba en una obra cercana al sitio de la desaparición.
En consecuencia, el individuo huyó a Chiapas al enterarse de que la Policía lo buscaba y fue detenido posteriormente.
No obstante, tres años después de proceso judicial, un juez ordenó su liberación al considerar que la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado no preservó de manera adecuada pruebas fundamentales, entre ellas la prenda interior masculina, de la cual no se obtuvo ADN que permitiera acreditar su responsabilidad.
El caso se había quedado estancado, las investigaciones no arrojaban nuevos indicios que determinen la identidad del homicida, y cada 22 de noviembre los seres queridos de la pequeña Jazmine vivían nuevamente la perdida.
Sin embargo, el 15 de diciembre del año en curso, las investigaciones previas fueron consignadas al Juzgado Penal Tradicional, de manera que posteriormente fue liberada la orden de aprehensión en contra de José “N”, misma que fue cumplimentada. Después del término de ley, el Juez le dictó el auto de formal prisión y le impuso la medida cautelar de prisión preventiva.
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Con el detenimiento del presunto responsable, se espera que finalmente se le dé justicia a uno de los casos de homicidio y violación que estremeció a una comunidad entera y dejó herida toda una familia por casi una década.