Quintana Roo / Riviera Maya

Cierre de clínicas en fin de semana afecta a habitantes de Lázaro Cárdenas

Autoridades afirman que más de 10 comunidades están condenadas al abandono médico en fines de semana.

Pacientes dijeron que llegan a las 4:00 horas para conseguir una de 20 fichas que entregan
Pacientes dijeron que llegan a las 4:00 horas para conseguir una de 20 fichas que entregan / Enrique Cauich

La persistente carencia de médicos fijos, suministro irregular de fármacos para padecimientos crónicos y cierre total de clínicas los fines de semana mantienen en situación vulnerable a más de 10 comunidades rurales de Lázaro Cárdenas.

Lo anterior fue dado a conocer por subdelegados como Remigio Xooc (El Cedral), Hazziel Fuentes (Solferino) y Víctor Cruz (San Ángel), así como con reportes de habitantes de Nuevo Xcán e isla Holbox, evidencia un abandono institucional de carácter histórico.

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Aunque el subdirector municipal de Salud, Marco Antonio Medina Pulido, afirmó que autoridades del Sector Salud reporta un 80% de abasto bajo el esquema de reingeniería rumbo al sistema IMSS-Bienestar, aseguraron entrevistados que la realidad en las calles y en los centros médicos de localidades como El Ideal y la cabecera contradice los datos oficiales.

Recriminaron enfermos que haya ambulancia sólo de lunes a viernes. / Enrique Cauich

Para los habitantes de Lázaro Cárdenas, enfermar después de las tres de la tarde o durante el fin de semana representa una sentencia de riesgo o un impacto directo en la economía familiar.

En El Cedral, el subdelegado Remigio Xooc fue contundente al señalar que la atención existe, pero sólo entre semana; sábados y domingos, el centro de salud cierra.

En un recorrido realizado en El Ideal se constató la clínica cerrada y la ambulancia estacionada a la intemperie, fuera de funcionamiento. Los pobladores, quienes solicitaron el anonimato por temor a represalias, acusaron que el surtido de medicamentos nunca es completo.

En San Ángel, la situación no es distinta. El subdelegado Víctor Cruz señaló que, aunque la doctora asignada cumple con su horario entre semana, los enfermos quedan a su suerte sábado y domingo, pero la incertidumbre crece con quienes padecen diabetes e hiertensión ya que no pueden interrumpir sus tratamientos.

Viven viacrucis

El panorama se agrava en la cabecera municipal, Kantunilkín. Madres de familia como L.T., N.M. y S.C. relataron padecer un viacrucis cotidiano, ya que para acceder a una consulta general o especializada deben formarse desde las cuatro de la mañana frente al hospital, en espera de que abra a las ocho a fin de conseguir una de las 20 fichas asignadas al turno matutino o aguardar a que se liberen espacios en el vespertino. “Si no alcanzas, tienes que regresar al día siguiente o acudir a lo particular, y no hay dinero”, lamentaron.

Uno de los puntos más críticos es el suministro de medicamentos. Mientras el químico Marco Antonio Medina Pulido sostiene que los reportes del IMSS-Bienestar indican un 80% de abastecimiento, los pacientes en territorio aseguran tener otros datos.

En Solferino, los habitantes dijeron que de poco sirve contar con tres enfermeras y una doctora cubana si los estantes destinados a fármacos para diabetes e hipertensión permanecen vacíos.

Preocupa a quienes padecen diabetes o hipertensión no tener fármacos / Enrique Cauich

M.C., explicó que el costo de trasladarse a Kantunilkín para adquirir medicinas en farmacias privadas resulta prohibitivo: “Es más el pasaje que lo que vale la pastilla, pero si no la compramos, nuestro pariente se nos va”.

Incluso en la emblemática isla Holbox, principal motor turístico del municipio, la atención médica parece funcionar como un espectáculo de temporada. El habitante J.R.S. expuso que, aunque oficialmente existe servicio 24/7 en periodos vacacionales, la escasez de oxígeno y de insumos básicos es constante, y sólo se resuelve maquillando el hospital cuando la Gobernadora anuncia una visita.

El abandono histórico se materializa también en comunidades como San Pedro, Esperanza, San Francisco, Agua Azul, Héroes de Nacozari y El Pocito. En estas localidades existen unidades de salud construidas en administraciones pasadas que hoy funcionan como monumentos a la negligencia: nunca fueron equipadas ni dotadas de personal médico. En el mejor de los casos, algún habitante con conocimientos empíricos administra los pocos fármacos disponibles; ante una emergencia real, la única alternativa es pagar un flete.

Según los pobladores, en su momento las autoridades municipales buscaron calmar los ánimos edificando clínicas sin planeación, sin considerar los requisitos que el Sector Salud estatal exigía para asignar médicos. Durante los años del PRI, afirmaron, se enviaban pasantes a cumplir con su servicio social, pero tras su salida no se designaba personal permanente.

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Escasean recursos

Los traslados de emergencia desde estas zonas marginadas implican gastos de entre 300 y 600 pesos, debido al pésimo estado de los caminos y a la inexistencia de transporte público nocturno. Para una familia que vive del campo, un dolor de muelas o una crisis de presión arterial durante la madrugada puede representar el gasto de toda una quincena.

Cuestionado sobre esta problemática recurrente, el subdirector municipal de Salud, Medina Pulido, aseguró que el Ayuntamiento no cuenta con recursos suficientes para asignar médicos en cada localidad y depende del Sector Salud estatal, actualmente en proceso de transición al Gobierno federal.

Indicó que el municipio dispone de 14 centros de salud y un Hospital Integral. Según el funcionario, comunidades como Chiquilá, Ignacio Zaragoza y Valladolid Nuevo cuentan incluso con turno vespertino, mientras que las zonas más aisladas son atendidas por la “Caravana Colibrí”.

Justificó las deficiencias actuales bajo el argumento de una “reingeniería administrativa” derivada del traspaso de los servicios al modelo federal IMSS-Bienestar.

Bajo este esquema, un centro de salud debería atender a una población de entre 2 mil 500 y 3 mil habitantes; es decir, cada localidad debe alcanzar ese número para tener asignado un médico. Sin embargo, en Lázaro Cárdenas el criterio parece ser geográfico y de “influencia”, lo que deja a miles de personas fuera del radio de atención efectiva.

En la alcaldía de Ignacio Zaragoza, el presidente municipal Julián Cupul reconoció abiertamente la escasez de medicamentos en el hospital local, aunque señaló que la falta se intenta subsanar mediante una “Unidad del Bienestar” habilitada en el antiguo mercado y aunque esta instalación ofrece servicios básicos, los habitantes de las comunidades cercanas señalan que resulta insuficiente.

La falta de comunicación con  autoridades estatales de Salud para transparentar el número de plazas vacantes deja una pregunta en el aire: ¿por qué, año tras año, el presupuesto no alcanza para garantizar médicos durante los fines de semana?

Habitantes de Lázaro Cárdenas padecen desatención médica durante los fines de semana y de lunes a viernes tienen que madrugar para conseguir una ficha madrugar.