
Más de 50 cajas de medicamentos caducos, abandonados desde hace años, emerge como la prueba tangible del grave abandono y la desidia institucional que condena a la clínica inactiva de la comunidad San Cosme.
Los pobladores se ven forzados a peregrinar hasta 10 kilómetros o más para recibir atención, una inversión de recursos, cuyo monto se desconoce, pero el volumen es innegable, se pudre en el abandono.

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Este cúmulo de fármacos expirados, considerados por la ley como residuos peligrosos, no sólo representa un severo foco de riesgo sanitario, sino se ha convertido en el principal obstáculo para la reactivación o renta del inmueble, porque habitantes exigen la intervención urgente de las autoridades.
El deterioro del inmueble refleja la persistente y crítica falta de servicios médicos en San Cosme, la comunidad, al sur del municipio, carece de atención médica y fármacos desde a poco antes de que iniciara la pandemia por COVID-19.
Vecinos y el ejido han encontrado una vía de escape al deterioro: una empresa se ha mostrado interesada en rentar el espacio, pero condiciona su ingreso a la limpieza inmediata y el retiro adecuado de este material de desecho, ante esta oportunidad, la comunidad solicitó formalmente el apoyo de las autoridades municipales y de Salud para la disposición final de los fármacos.

La inacción es doblemente condenable, por un lado, se desconoce la inversión inicial de los medicamentos, lo que subraya una pérdida económica que las autoridades competentes deben esclarecer.
Por otro lado, la negligencia en el manejo y destrucción de estos residuos peligrosos (regulados por Cofepris y Semarnat) impide el futuro del inmueble y mantiene a la población en la indefensión sanitaria, sin la reactivación del servicio médico prometido desde la administración anterior.
La clínica, edificada en 1998 por una iglesia estadounidense y concebida para evitar grandes traslados a los habitantes, ha operado de forma intermitente, quedando la mayor parte del tiempo como un “elefante blanco”.
El último servicio formal se dio durante la administración anterior de Nivardo Mena Villanueva, periodo tras el cual quedaron confinadas las cajas de fármacos que hoy representan un desecho peligros que permanecen acumulados.

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Aunque la Coordinación de Salud Municipal reconoció en marzo pasado un proyecto de rescate y reactivación; sin embargo, este plan parece haberse estancado y la responsabilidad de la acumulación de los fármacos caducos se diluye entre administraciones pasadas y la empresa proveedora.
La comunidad San Cosme exige no solamente la solución inmediata para sanear el espacio, sino también respuestas claras sobre el manejo de recursos públicos que hoy son basura peligrosa y un impedimento para su bienestar.