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La Antorcha: Luz de la Fe en la Serenata a la Virgen de Guadalupe

Los grupos entonaron cánticos a la Reina de México, en una velada de profunda religiosidad

La Antorcha: Luz de la Fe en la Serenata a la Virgen de Guadalupe
La Antorcha: Luz de la Fe en la Serenata a la Virgen de Guadalupe

KANTUNILKIN, LÁZARO CÁRDENAS.- La llama de la fe guadalupana se mantuvo viva en la víspera del 12 de diciembre, a pesar de las circunstancias que limitaron la tradicional afluencia de peregrinos y fieles.

Durante la misa nocturna, el presbítero Diego Pat elevó un mensaje de esperanza y devoción, sosteniendo que “La antorcha es la luz de nuestra fe”, una frase que resonó para reavivar el espíritu de los presentes antes de la esperada serenata y las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe, Reina de México.

La Eucaristía de este año fue programada a las nueve de la noche, sin embargo, la celebración atestiguó una significativa reducción en la participación, reflejo de los tiempos actuales. A diferencia de las multitudinarias procesiones de antaño, este año solo dos grupos locales de antorchistas cumplieron con su manda, un acto de profunda gratitud a la Virgen Morena por las bendiciones recibidas a lo largo del año.

La presencia de habitantes para recibir a estos esforzados peregrinos fue notablemente mínima. No obstante, la devoción de los asistentes no mermó, los pocos fieles que se congregaron en el templo participaron activamente en la misa, demostrando que la fe no se mide por la cantidad, sino por la intensidad del corazón.

El horario de la misa, pareció influir en la hora de llegada de numerosos feligreses, muchos se fueron incorporando al templo a la mitad de la ceremonia, precisamente, en ese lapso de tiempo también comenzaron a llegar los diversos apostolados y grupos parroquiales (Catequesis, Liturgia, Coros, entre otros), quienes se preparaban para la gran serenata.

A partir de las diez de la noche, el ambiente se impregnó de fervor. Los grupos entonaron cánticos a la Reina de México, en una velada de profunda religiosidad que se extendió hasta la medianoche, momento cumbre en que, al filo de las doce, las voces se unieron para interpretar las solemnes Mañanitas a la Virgen de Guadalupe, marcando el inicio de su día.

Cabe destacar que, como preludio a la celebración principal, unas horas antes se había llevado a cabo la antorcha y misa dedicada a los niños de catequesis. En esta actividad vespertina sí se notó una mayor afluencia, impulsada por la participación y el acompañamiento entusiasta de los padres de familia, asegurando así la continuidad de esta hermosa tradición de fe entre las nuevas generaciones.