Las cámaras de una vivienda captaron el momento en que un niño quien paseaba en su bicicleta, se detiene un momento e ingresa a un taller para sustraer la bocina de unos trabajadores, el pequeño, confiado ya que al parecer no es la primera vez que comete un robo, se toma su tiempo, se acomoda el botín en sus hombros y se va como se aleja como sin nada.
Al parecer las personas que se encontraban realizando trabajados en el domicilio, ubicado en el fraccionamiento Guadalupana, estaban en un descanso por lo cual nadie se percató del momento en que el menor llega, roba y se va.
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Posteriormente cuando retomaron sus labores se percataron que hacía falta la bocina por lo cual su patrón comienza a indagar con los vecinos y logran revisar los vídeos de las cámaras de vigilancia de no de los domicilios aledaños y se dan cuenta que había sido un niño el que cometió el robo.
Lo indignante de este caso, es que los padres del pequeño jamás regresaron con la bocina “nueva” que su hijo llevó a casa, para entregarla a sus propietarios, por lo cual presumen que no es la primera ocasión que el menor solapado por sus progenitores haya comenzado ya su carrera delictiva aprovechando que por su corta edad no puede ser juzgado como adulto y de una llamada de atención no pasaría.