Yucatán

'Ser una bala perdida”: persona disoluta y desenfrenada

Roldán Peniche BarreraYucatán Insólito

 

Lo hemos utilizado tantas veces que lo consideramos un yucatequismo, que ciertamente no lo es.

El DRAE la define así:

Bala perdida: persona alocada y libertina.

Y es de entender por qué no la registran los diccionarios regionales del Dr. Güémez y Edgar Rodríguez.

Y ciertamente, no necesitamos saber más. “Ser uno una bala perdida” era expresión que escuchábamos en nuestra infancia y adolescencia en las tertulias familiares, entre los maestros de nuestra escuela, entre el servicio doméstico y en la calle, repetida por la gente mayor.

Todavía lo practican las personas mayores de tarde en tarde.

Veamos un ejemplo:

-No se está portando bien Mirtilín últimamente, Mírtilo.

-Pero Mírtila, es sólo un chiquitín con sus travesuras.

-Un “chiquitín” de casi o más de 20 años, por el amor de Dios…

-Yo veo que está estudiando duro y eso es bueno, amor.

-Sí, pero por las noches se anda en malas compañías y eso es malo, amor.

-¿De qué malas compañías hablas, Mírtila? Son sus cuatachos.

-Del entenado de la X’Pelos, de Elmeroncillo y…

-Son sólo muchachos, mujer. No son malos.

-Pero también anda con el Becerrillo, el hijo del Becerro…

-¿Ese borrachín que se pasea por el “5 de Mayo”?

-El mismo que viste y calza.

-¡Ay, ese muchacho es una “bala perdida”!

-¡Pa’que veas…!