Pilar Faller Menéndez
Los “Nonos”
Este neologismo está proliferando a pasos agigantados, y tuvo sus comienzos en nuestro país a finales del mes de marzo, repuntando el 1º de julio, cuando se dieron los resultados de las elecciones electorales en México. No han sido catalogados formalmente con este nombre, pero en un atrevimiento, me he permitido llamar así, a todos aquellos que por sistema están en contra de cualquier iniciativa proveniente del presidente electo, aún sin conocer las propuestas a fondo, pero conociendo de antemano, a todo dirán que no.
Estamos en un país libre, donde cualquiera puede expresar lo que piensa, pero me parece de suma irresponsabilidad el rechazar cualquier proyecto que tiene la intención de solucionar un problema, o brindar un progreso a nuestro país, por el simple hecho de haber sido propuesto por el equipo de Andrés Manuel López Obrador, lo que nos puede indicar claramente que no fue el candidato por el cual votaron en las pasadas elecciones.
Y es que, si cuando menos ante sus negativas hubiera alguna contrapropuesta, podría considerárseles en una posición más seria, porque de otro modo, reflejan un comportamiento semejante al de unos niños haciendo un berrinche que ya va a cumplir cinco meses, y para la salud mental de la mayoría de los mexicanos, esperemos que no dure los seis años de la próxima administración.
Los nonos pueden identificarse muy fácilmente, sobre todo en las redes sociales, al tachar de ignorantes a quienes exponen con bases sólidas los pros y contras de algunos proyectos, y en tono de sorna, todavía se atreven a preguntar el nivel de estudios de la persona que opina, como si el nivel social que tienen les diera el derecho de decidir quién tiene derecho a opinar, y lo peor: qué es lo que debe opinar.
El pesimismo desgraciadamente mina a muchas personas, y aunque no sea mi problema, me da lástima que estos “nonos” vayan a permanecer seis largos años llevándolo a cuestas con sus negativas automáticas y su falta de propuestas: no me parece, no propongo nada. Es un ejemplo muy peligroso, porque contrario a los ninis que no estudian ni trabajan, los nonos cuando menos tienen cierta educación y si no trabajan, es porque no tienen necesidad de hacerlo, porque de otra manera, en vez de estar perdiendo el tiempo al llevar la contraria en todo lo concerniente a iniciativas posibles para sacar adelante al país, estarían ocupando mejor su tiempo en un empleo o enfocándose en dirigir lo mejor posible su empresa, porque desgraciadamente, la mayoría proviene de una clase de un poder adquisitivo alto, por lo que pudiera ser la razón de ese enojo y desprecio hacia quienes opinan y participan en las encuestas ciudadanas, y saber que las obras públicas y contratos serán lo más transparentemente posibles, por lo que no habrá favoritismos, lo que los dejará fuera de los mismos. Son meras especulaciones, ellos sabrán porqué responden con un no rotundo a todo.
El país continuará con su dinámica diaria, que no se verá detenida por quienes no deseen participar en ella. La renuncia a ese derecho, es personal. México necesita ciudadanos que no piensen según el color de su preferencia, sino en un bienestar común.