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Yucatán

Nuevos horizontes para Renán Guillermo

Renán Guillermo González anunció ayer que se aparta de la actividad política partidista para poder abrazar la causa de la promotoría cultural.

Ese anuncio parece producto de una decisión sencilla, normal, poco acústica y sin resonancia.

Quizá él mismo mida su decisión con llaneza o con el sentido mecánico de virar la página del libro de la vida o de tomar un rumbo distinto en ella y ya. En alguna otra persona puede que las consecuencias fueran así: sin repercusiones. En el caso de Renán, no, porque tiene, mantiene y sostiene un gran apoyo y reconocimiento de la comunidad artística, en lo particular, y de la sociedad en lo general. Esta aprobación la ha ganado don Renán, por sus cualidades y habilidades humanas, por su capacidad para escuchar hasta al adversario, darle la razón y ayudarlo a resolver sus demandas, exigencias y/o necesidades, en los planos de la armonía y la concordia. Eso, no cualquiera lo tiene. Por lo menos no entre los conocidos.

“Me alejo de la política, dice, del partido en que milité (PRI)”. Está muy bien hecho esto último, hasta pienso que se tardó demasiado en tomar esa decisión; lo que me parece improcedente es que diga que se aleja de la política. ¡Por favor!, es en este momento cuando se necesita un político con su actitud, madurez, conocimientos y postura humana.

¿Se imaginan que Renán fundara el PYCA, es decir, el Partido Yucateco de la Cultura y las Artes? Eso sería el acabose, lo inédito con resultados insospechados. Un partido conformado por activistas culturales y artísticos sería un verdadero dolor de cabeza para los políticos tradicionales. Sería el fiel de la balanza para ayudar a los artistas siempre en desgracia y sin representación legal. Tenemos pruebas en este momento, cuando se comprueba que los políticos son los dueños absolutos de la vida de los artistas y hacen de ellos trizas sin miramientos. Entonces, vemos la necesidad de que los artistas tengan representación política por la vía de un partido.

No importa qué tan pequeño pueda ser el primer impulso. España nos ha brindado pruebas de cómo pueden crecer agrupaciones políticas pequeñas en circunstancias negativas.

¿Cuántos artistas hay en el Estado? ¿Dan para realizar una tarea política de tal naturaleza? Me parece que suficientes. Muchos aprecian a Renán Guillermo y hasta hoy le reconocen su labor en pro de los artistas, promotores culturales, cronistas y/o escritores mayahablantes, por mencionar a unos pocos.

Cada uno de los géneros mencionados tiene una representatividad que se multiplica hasta lo insospechado. Es decir, un cronista de Dzidzantún vale por muchas personas. Un teatrero va en esa misma canoa.

Si Renán empezara hoy su tarea en la integración del PYCA, en las próximas elecciones veríamos los resultados.

La magnitud y el efecto de su persona quizá ni él mismo pueda medirla, porque en abstracto no se logran ver resultados, es la praxis donde él encontraría la verdadera cualidad de mis palabras.

Hay políticos maduros a la deriva en este momento. Después de diciembre veremos la verdadera realidad política del país. El presidente electo López Obrador no ha dado muestras del tamaño de persona política que puede ser (a pesar de las cancelaciones de pensiones a exmandatarios, aeropuerto, etc.), porque aún no tiene el mando en las manos. Después de esa fecha, pienso, muchos muros políticos caerán por sí mismos y en su lugar se levantarán construcciones de nuevo cuño, acordes a los tiempos del México sin corrupción que quiere López Obrador. Postura que lo único que tiene de extraordinario es ponernos acordes a cómo se maneja la política en los países del primer mundo, donde las ropas de las esposas de los presidentes las pagan los maridos y la familia utiliza los beneficios del trabajo del padre con la supervisión de otras instancias que le autorizan qué sí y qué no.

Los próximos tiempos políticos es probable que necesiten de una profunda activación artística y cultural. No debemos pasar por alto lo que nos muestra la historia con respecto a los gobiernos de izquierda y su alto nivel de desarrollo artístico, deportivo y cultural. La antigua URSS, aun en difíciles condiciones económicas nunca segregó toda tarea artística y cultural. La China de Mao, lo mismo; la heroica isla de Cuba nos da en la vida diaria el ejemplo de lo que un gobierno de izquierda hace con la cultura. Cuando Salvador Allende fue presidente chileno florecieron las posturas de arte y cultura, en el tiempo de la efervescencia sandinista lo primero que brilló fueron las artes apegadas al pueblo.

Salud, medicina, deporte, arte y cultura, no hay que olvidarlo, son la guía social de los gobiernos de izquierda.

Así, pues, ojalá Renán Guillermo nos sorprenda con una noticia de tal naturaleza y sería muy bueno que lo haga acompañado de políticas y políticos que hoy se encuentra agazapados por el peso de la política derechista que rigió a la patria por demasiados años.

(Víctor Salas)

 

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