—Yo creo que el problema está precisamente en eso: cuando dos personas se casan, se están casando dos orgullosos y dos egoístas, y cada cual va a querer imponer su criterio y su punto de vista en el matrimonio, dijo Sugel Michelen, uno de los pastores de Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo de Santo Domingo, República Dominicana, al hablar del problema de los matrimonios jóvenes que se separan.
Y añadió:
—Es un choque de trenes. A menos que una persona de verdad sea gobernada por la gracia de Dios y por la palabra de Dios, es imposible que una persona pueda refrendar el orgullo y pueda refrendar el egoísmo del corazón; solamente Dios puede hacer eso, y eso es lo que hace la gracia del corazón.
—Pastor, también hay una problemática socioeconómica detrás del divorcio. Yo le puedo comentar el hecho de que aquí en Yucatán los salarios son muy bajos, muchas empresas pagan salarios miserables, salarios para solteros. Son muchachos que se casan y a los dos años están tronando, independientemente la creencia que tengan, la realidad económica los separa, porque no pueden sostener un tren de vida familiar. Y qué es lo que pasa, que la gran cantidad de los divorcios tienen motivaciones económicas.
-Sí, hay un libro sobre el matrimonio que tiene un capítulo que se titula “Cuando las deudas nos separan”. No la muerte. Una persona que no está económicamente preparada para casarse, no se debería casar, porque el matrimonio es como cualquier otra empresa, si usted quiere abrir una empresa, vamos a olvidarnos del matrimonio ahora mismo. Si usted quiere abrir una empresa y yo le pregunto cuál es el capital que tú tienes para poder hacer que esta empresa funcione. Y resulta que lo que tienes no te da ni para alquilar un local. Y tú necesitas pagar un local, necesitas pagar empleados, necesitas pagar la luz, entonces cómo vas a abrir la empresa. Dice el Señor Jesucristo: El que va construir una torre, primero calcula si tiene con qué terminarla, para que no la deje por la mitad. Y yo creo que es un principio muy sabio. Una persona que se va a embarcar en el matrimonio, necesita ser guiada. Por ejemplo, en nuestra iglesia nosotros damos consejería prematrimonial a los jóvenes que se quieren casar. Y una de las cosas de las que hablamos es del presupuesto. Cuando un joven se quiere casar, el dinero siempre da, porque él quiere casarse, los números dan. Nosotros les decimos: Hagan un presupuesto anual, no mensual, porque cuando haces un presupuesto mensual, tú no estás calculando una serie de cosas que no se pagan todos los meses, pero que van a llegar tarde o temprano. Entonces cuando tú haces un presupuesto anual y nosotros vemos que los números están en rojo, les decimos, ustedes tienen tres opciones: una, no casarse ahora. Dos, aumentar los ingresos de alguna manera, y tres, bajar vuestro estilo de vida. O sea, ustedes se pueden casar, pero viviendo un estilo de vida diferente al que ustedes están acostumbrados. Si están dispuestos a hacer eso, bien, pero si no, no se casen, porque va a ser un fracaso el matrimonio. En eso usted tiene razón.
Mire algo interesante, cuando una persona se convierte al Señor, otro de los beneficios colaterales del Evangelio es que ayuda al joven a organizar su vida. También a veces el dinero no da, porque muchos jóvenes viven de vicio en vicio y de fiesta en fiesta. Pero cuando un joven se convierte al Señor y su mente se organiza, muchas veces en vez de desperdiciar el dinero lo usa de una manera sabia. Y el usar el dinero sabiamente lo ayuda. O sea, ese joven que antes gastaba lo poco que ganaba en ron o lo gastaba en juegos, ahora de repente ese joven está pensando en el plan de vida, y en el proyecto de vida que tiene de formar una familia. El Evangelio hace eso. Y nosotros hemos jóvenes que llegan a nuestra iglesia en una bicicletita, y no es que predicamos que el evangelio te va a hacer rico, porque no es verdad, eso es un falso evangelio, pero el evangelio te organiza. Y llegan en una bicicletita, pero como ya no están derrochando su dinero, de repente llegan en un motorcito, a veces hasta en un carrito, y va poco a poco mejorando su estilo de vida y viviendo una vida mejor que la que vivía antes. En la República Dominicana por lo menos, los hombres, y hablo de la sociedad en general, no de los cristianos obviamente, gastan más dinero en ron que en leche. Entonces claro que no pueden darle a sus hijos una vida estable, porque ellos mismos están derrochando todo lo que tienen.
Tiene página: IBSJ.org., ahí están todos los mensajes. Yo tengo 35 años en el ministerio pastoral de nuestra iglesia, y hay un montón de series, incluyendo series sobre la familia, series sobre cómo criar a los hijos, hay una serie que se llama cómo moldear el carácter de los hijos, son 33 sermones sobre esos temas. O sea, que hay muchos recursos que pueden encontrar ahí.
El trabajo en equipo
-¿Qué tema abordó en su conferencia aquí en el Centro de Convenciones Siglo XXI dentro del Congreso Crece, La Iglesia que se equipa, que organizó la empresa editorial LifeWay?
-Me tocó hablar de lo que significa ser miembro de una iglesia, qué es lo que la Iglesia realmente es, y también hablamos de los pastores, y de cómo deben trabajar en equipo. Nuestra iglesia tiene 10 pastores, y los pastores deben trabajar no como cada quien haciendo su juego, sino como si fuéramos un equipo de básquetbol o de baloncesto, donde todos trabajan para el bien del equipo, no de su juego personal.
El primer tema es acerca de la membresía de la iglesia, y lo que implica el ser parte de la comunidad en una iglesia. O sea, al yo hacerme miembro de una iglesia, yo estoy comprometiéndome a cuidar a los demás y a ser cuidado por los demás.
Nosotros vivimos en una época muy individualista, muy consumista, y que es alérgica al compromiso en el sentido de que los jóvenes hoy no se quieren casar. Es como yo te amo, pero no te amo lo suficiente para comprometerme contigo para el resto de mi vida. Quiero estar abierto a otras opciones. Y hay personas que tratan al cristianismo de la misma manera: Yo soy cristiano, pero a mí no me importa la iglesia, yo no quiero nada que ver con una iglesia. Pero en la Biblia el ser cristiano es ser parte de una comunidad. El cristianismo no se hizo para el llanero solitario. Se hizo para personas que están dispuetas a amar y a ser amadas. Y es de eso que se trata al ser miembro de una iglesia.
-¿Y por qué la gente se inclina por el cristianismo?
-Bueno, yo no fui cristiano toda mi vida, yo conocí al Señor a los 17 años de edad, vengo de una familia donde mis padres eran agnósticos. El punto es que cuando nosotros comenzamos a leer la Biblia vimos claramente que la palabra de Dios, y que Jesucristo era Dios encarnado, y que él murió en la cruz por nuestros pecados. Cristo es Dios que se hizo hombre para pagar mi deuda en la cruz muriendo en mi lugar. En ningún otro hay salvación, dice la Biblia, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en el cual podamos ser salvos.
La pregunta que usted acaba de hacer es importante porque las personas dicen: Ah, tú debes ser cristiano para que encuentres paz, hay tantos problemas en el mundo y el cristianismo es la solución.
No, la primera razón por la que yo le diría a una persona: tienes que ser cristiano, es porque tú tienes un problema con Dios porque causa de tu pecado, pero hoy día la gente no quiere hablar del pecado, el pecado se ha convertido en una mala palabra. Yo creo que el único pecado que todavía sigue siendo palabra es creer que el pecado existe. Cada quien quiere vivir como quiere, y no darle cuenta a nadie. Pero nosotros fuimos creados por Dios y vamos a darle cuenta a Dios. Y Jesucristo vino a reconciliarnos con Dios. Ahora es verdad que el cristianismo nos ayuda a lidiar con los problemas de la ansiedad, a darnos paz en el corazón, pero esa no es la razón por la que una persona debe ser cristiana.
-¿La razón es salvar el alma?
-Y salvar la vida, porque no es solamente el alma, es salvarlo todo. O sea, mi vida tiene significado, mi vida tiene propósito. Yo sé para qué estoy aquí. Yo no estoy viviendo para mí mismo, sino para algo que me trasciende. Yo vivo para a gloria de Dios, no para mí mismo. Entonces yo estoy salvando mi vida, no solamente mi alma. Yo pienso por ejemplo en el matrimonio. La gracia de Dios me ha ayudado a cuidar a un matrimonio durante 37 años, y yo amo a mi esposa hoy más que cuando me casé hace 37 años. Ha sido de verdad una tremenda bendición. Y yo soy lo suficientemente egoísta y lo suficientemente orgulloso como para destruir mi matrimonio. Pero tanto mi esposa como yo tenemos un tribunal superior, Dios es el rey de nuestras vidas, y cuando nosotros tenemos una diferencia, nosotros tenemos donde dirimirla. Nosotros tenemos la palabra de Dios que nos gobierna, y para ella y para mí, la palabra de Dios es una autoridad superior a nosotros mismos. Y eso nos ha permitido tener el matrimonio que tenemos.
Finalmente, Sugel Michelen comentó:
-La razón para ser cristiano, y no ser ninguna otra cosa, es porque hay un solo salvador que es Cristo, y fuera de él no hay salvación.
(Roberto López Méndez)