“Don Nai”, como es conocido en la población, compartió el orgullo de mantener vivo dicho trabajo que aprendió a los 12 años de edad gracias a su señor padre
MANI, Yucatán, 16 de enero. El señor Cristino Ruiz Ucán, de 71 años de edad, es un artesano que ha retomado la elaboración de canastos con bejuco antiguamente conocidos como “Xuxak”, rescatando una tradición que forma parte de un valioso patrimonio cultural.
“Don Nai”, como es conocido en la población, compartió el orgullo de mantener vivo dicho trabajo que aprendió a los 12 años gracias a su señor padre; “Era en tiempo de cosecha cuando mi padre los realizaba para recolectar el maíz. Mira y aprende, me decía”, relató el septuagenario.
Si bien aprendió la elaboración de dichas piezas a temprana edad, no la ejerció como ofició hasta hace poco más de un año, cuando por cuestiones laborales se vio en la necesidad de retomar las valiosas enseñanzas de su progenitor, a quien ayudaba en su niñez de forma cotidiana.
“Una señora sabía que elaboraba canastos con bejuco, así que me encargó algunos para la fiesta de su hija, a partir de entonces varias personas lo vieron y comenzaron a pedirme de diferentes modelos y tamaños”, expuso.
Sentado bajo la sombra de un árbol, en el patio de su domicilio ubicado en la calle 23 entre 16 y 18 de la colonia Candelaria, el señor Cristino platicó acerca del laborioso trabajo que formó parte importante para el sector campesino años atrás y evoca a la raíz cultural.
“Se requiere paciencia y técnica; esto es como el hilo contado, hay que contar primero y empezar a tejer el bejuco poco a poco. Se ve fácil pero tiene su chiste, porque si fallas tienes que regresar; si lo haces fuerte, pierde forma o se quiebra”, precisó.
Con la experiencia que le brindaron los años fue tejiendo con destreza, arte ancestral y sello propio, un canasto de fibra vegetal mejor conocido como bejuco; con los dedos de una mano presionaba y con los otros iba enhilando el bejuco con agilidad, que terminó en un bello canasto.
Como cada trabajo, requiere de su tiempo y esfuerzo. Primeramente consigue la materia prima (bejuco) que obtiene del monte, buscando y jalando las raíces para luego limpiarlas; “una vez que tengas el bejuco lo tienes que trabajar, porque si no, se seca”.
Añadió que pese a que en sus inicios elaboraba meramente los tradicionales canastos mejor conocidos en lengua maya como “Xuxak”, ahora confecciona también otros diseños y tamaños, pero manteniendo la misma técnica.
“Ahora nos encargan canastos pequeños que la gente utiliza como tortilleros, servilleteros, floreros, entre otros de acuerdo a los gustos y preferencia”, puntualizó don Nai.
Actualmente es apoyado por su hija Martina Ruiz Ortiz y su nieto Kevin Alexander Ruiz, quienes han aprendido dicha labor y tienen la gran responsabilidad y encomienda de preservarla.
La técnica del tejido y el bejuco, sin duda hacen de cada pieza un verdadero trabajo artesanal de valor cultural, elaborada tradicionalmente por las manos mágicas que ponen en manifiesto la laboriosa labor que ha perdurado por décadas y generaciones.
“Ahora es un trabajo familiar. Nos hacen pedidos para fiestas. Hacemos desde los tradicionales canastos con bejuco, hasta otros que sirven como adornos colgantes, floreros, según lo que la gente nos solicite”, culminó.
(Carlos Ek Uc)