Gabriel Zapata Bello*
150 años de la bicicleta en México e inicios del ciclismo
Para febrero de 1876 ya transitaban en Mérida cierto número de velocípedos, lo cual obligó al Gobierno del Estado de Yucatán a expedir el Reglamento de Policía del Municipio de Mérida, que contemplaba en el artículo 154 la prohibición de que los niños jueguen u ocupen las calles con velocípedos, permitiéndoles únicamente que lo realicen en las plazas.i No se sabe, a ciencia cierta, el año en que llegaron los primeros velocípedos a Yucatán, pero se afirma que en 1878, se efectuó en la Plaza de Independencia de Mérida, una carrera en la que participaron los jóvenes Julio Rendón, Delio Moreno Cantón, Luis Améndola y otrosii.
En 1885, en Inglaterra, apareció la bicicleta pionera, la Rover o bicicleta segura que incorporó la transmisión por cadena entre dos engranajes (el plato y el piñón) y poco después, en 1888 John Boyd Dunlop sustituyó las bandas de caucho macizo de las ruedas por el neumático hinchado que facilitaban un mejor rodaje; los hermanos franceses Michelín crearon el neumático desmontable mientras en Italia, Giovanni Pirelli hizo lo propio. Estas mejoras dieron pie a que se diera el boom de las bicicletas a nivel mundial, fenómeno que esta vez, “removió a ricos y pobres, hombres y mujeres en la última década del siglo XIX”.iii
Por vía marítima, llegaban cada mes a la aduana de Progreso los velocípedos importados procedentes de Nueva York principalmente y, para los ciclistas menos hábiles y desconfiados de las caídas por la altura de los velocípedos llegaron entonces los triciclosiv. El uso de los velocípedos, como medio de recreación quedó de manifiesto con la construcción de la pista o sección de velocípedos de los Recreos de Itzimná, ubicado al norte del pueblo del mismo nombre, donde actualmente se encuentra el Colegio Montejo.v La referida sección consistía en un conjunto de vías, con una circunferencia de quinientos treinta metros, donde se realizaban carreras con velocípedos.
Ante la falta de pavimentación de la ciudad y el furor por las bicicletas que se vivía hacia 1897, los jóvenes ciclistas meridanos realizaban sus actividades recreativas en las plazas principales de la ciudad, lo cual generó la reprobación de esta práctica peligrosa para los transeúntes, por el riesgo de ser atropellados; La Revista de Mérida, del 16 de febrero de 1897, refirió que varios niños convirtieron la Plaza de la Independencia en lugar para sus paseos en bicicleta “corriendo a todo vapor en los malhadados apartados”.vi
El fenómeno ciclista cobró tal fuerza que, enfrente de la Plaza de la Independencia, se estableció una cantina a la que jocosamente bautizaron con el nombre de “El Velódromo”, ubicada a un costado de la plaza principal de Mérida. Otro indicio de la llegada de la moda de la bicicleta a nivel local, lo encontramos en la cantidad de vendedores de bicicletas que se anunciaban en La Revista de Mérida en los primeros meses de 1898, como Eusebio Escalante e hijo que vendía las marcas Columbia y Gipsy King, Almacenes José M. Ponce y Ca. la Indio, Palma y Hermano que vendía la marca Cleveland, J. D. Díaz S. en C. las Sterling y Rambler, J. Martínez H. las Hibbard y las Ajax, así como C. Cámara e hijos las Monarch, Gales y League.
Los ciclistas yucatecos enfrentaron otro enemigo de la época: los conductores de carruajes, quienes vieron mermadas sus ganancias con la aparición de este medio de transporte. La mala relación que había entre velocipedistas y conductores de carruajes, se debía, supuestamente, a que los ciclistas molestaban a los caballos, no acostumbrados al nuevo artilugio, aunque en realidad, molestaban más a sus dueños. vii
Dichos líos propiciaron que el 16 de abril de 1898 se aprobara el primer Reglamento de Bicicletas propuesto por los regidores del Ayuntamiento de Mérida, Armando G. Cantón y Pablo Castellanos León, de escasos ocho artículos, el cual requería a quien quisiera transitar con dichas máquinas por las calles de Mérida, el realizar un registro y el pago de un derecho al regidor y seguir ciertas reglas, como tocar el timbre dos veces antes de pasar las bocacalles, respetar la velocidad máxima de diez kilómetros por hora, no transitar por las aceras y banquetas, llevar una lámpara encendida, no entrar en jardines públicos y llevar su permiso en un lugar visible, so pena de ser multado.
No obstante, el lunes 27 de abril de 1898 ocurrió el primer caso de atropellamiento de un ciclista del que se tiene noticia en Mérida; no fue víctima de una carruaje o tranvía, sino que el joven ciclista lo fue de un caballo, el cual se asustó por la proximidad de la máquina y por lo cual embistió al ciclista, el cual no pudo librar las patadas del equino a su bicicleta, que quedó desbaratada.viii Para mayo de 1898, en Mérida ya había 125 bicicletas cuyo manejo libre y alegre, a cargo de muchos jóvenes, planteó una nueva e inusitada actividad en las calles de la ciudad que se limitaban, en ese entonces, apenas al primer cuadro de la ciudad.ix
A finales de 1898 surgieron los primeros clubes de pedalistas yucatecos, en este sentido, el 13 de septiembre de ese año, se dio a conocer la formación de un grupo de ciclistas, denominado “Ciclist Club” y en enero de 1899 el “Eagles Cicles” (Club Ciclista Águila) dedicados al excursionismo y a los paseosx. Para 1906, los ciclistas se asociaron también en clubes como el “Número 13” del suburbio de Santa Ana y “Meteoro” de Progreso, que realizaban excursiones o “raids” a pueblos o comisarías, y que culminaban con bailes y refrigerios.
En marzo de 1898, por iniciativa de Felipe Ibarra de Regil, inició la construcción de un velódromo en Chuminópolisxi, un poblado de reciente creación; la tarde del 22 de marzo de 1899, la Compañía de Recreos de Santo Domingo Chuminópolis organizó la primera carrera de velocípedos, con aparatos de dos y de tres ruedas, así como con triciclo. Con el aumento de las bicicletas, fue necesario que el 11 de septiembre de 1905 fuese promulgado, un nuevo Reglamento para el uso de la Bicicletas en Mérida, el cual requería a cualquier persona que quisiera transitar por las calles de la ciudad en bicicleta, un permiso por escrito autorizado por el comisionado de Carruajes Municipal. xii
*Dr. en Derecho, UNAM; profesor-investigador de Derecho y Política Comparada, Universidad Modelo.
i La Razón del Pueblo. Periódico Oficial del Estado Libre y Soberano de Yucatán, 7 de febrero de 1879, p. 1. www.hndm.unam.mx
ii Enciclopedia Yucatanense, Tomo VI, Mérida Yucatán, 1946, p. 568.
iii Pedro Bravo, Biciosos, Debate, Barcelona, 2015, p. 18.
iv Biblioteca Yucatanense, Boletín Estadístico del Estado de Yucatán, años 1894-1910.
v Ramírez Aznar, Luis, La Historia del Béisbol, Tomo I, Mérida, Yucatán, Edición de Novedades de Yucatán, p.17.
vi La Revista de Mérida, 16 de febrero de 1897, p.2.
vii Charles Terront, Louis Baudry de Saunier, Bernatrev López López, Inventando el ciclismo, Cultura Ciclista, Barcelona, España, 2012, p. 17.
viii La Revista de Mèrida,29 de abril de 1898, p.3.
ix La Revista de Mérida ,El ciclismo en Mérida, 6 de mayo de 1898, p. 3.
x Castillo Barrio, Carlos, Historia del Béisbol en Yucatán y Campeche entre los años 1892-1905, Mérida, México, 2006, Ediciones UADY, p.119.
xi La Revista de Mérida. Mérida, 27 de marzo 1899.
xii Yucatán Ancestral: http://yucatanancestral.com/reglamento-uso-bicicletas-la-ciudad-merida-1905/