Manuel Tejada Loría
Notas al margen
Uno lo piensa dos veces antes de tomar el periférico. “Es mejor salir más temprano”, recomiendan los conocidos. Pero lo cierto es que, te anticipes o retrases una hora, el tránsito caótico del periférico de Mérida es una realidad amenazante en todo momento para los miles de yucatecos que circulan a diario por esa peligrosa vía. Pero ¿qué la hace tan temeraria?
En primer lugar creo que hay una falta de vialidad en la mayoría de los conductores: no respetan la distancia obligatoria que tiene que existir entre vehículos; tampoco se respetan los límites máximos de velocidad. El límite es de 90 km por hora en el carril de alta, pero se conduce como si fuera la mínima, porque actualmente en el periférico se transita a una velocidad que rebasa los 100 km por hora en la mayoría de los tramos del circuito; también la inexperiencia de muchos conductores, ya sea porque no saben maniobrar para tomar una salida, o bien algo muy básico como marcar con los direccionales un cambio de carril. Esta inexperiencia de muchos automovilistas lo atribuyo al boom de escuelas de manejo que aconteció años atrás, que más que enseñar a manejar y conducir un vehículo, te aseguraban al finalizar el curso, la emisión de la licencia para conducir. Y bueno, ya se imaginará usted, miles de automovilistas por la ciudad que no saben conducir pero que portan su flamante licencia.
Otro aspecto que hace del periférico de Mérida un verdadero peligro a la vida y patrimonio de miles de yucatecos, es la ingeniería vial. Ciertamente el periférico se ha ido transformando a lo largo de los años, ha ido creciendo en carriles y haciendo más dinámico su tránsito, sin embargo no es más seguro. Para el automovilista, pero sobre todo para el peatón, la actual versión del periférico es una amenaza constante a la vida y al patrimonio de muchos. Pueden perder tanto la vida como las posesiones materiales por un desafortunado accidente. Es muy común que quienes ocasionan un accidente, y no se encuentran asegurados, tengan que empeñar casa y otras posesiones para reponer el daño material.
En contraparte, el actual periférico sigue representando una ventaja de tiempo para muchos usuarios, acorta en casi un 50% el tiempo que llevaría transitar por la ciudad. Se evitan el embrollo vial que sucede periférico adentro, aunque de seguir con esta tendencia de accidentes cotidianos y carambolas, dicha ventaja de tiempo tendrá un alto costo cada vez.
A todas las actualizaciones en ingeniería creo que ha llegado el momento de sumar tecnología digital que permita que el periférico pueda comunicarse con los conductores. No hablo de ciencia ficción. Es un adelanto notable el hecho de que ya existan arcos de seguridad con videocámaras que tienen más un fin de vigilancia. Estas mismas cámaras pueden ser utilizadas para que haya un monitoreo en tiempo real tanto del tráfico como de los accidentes de tránsito sobre el periférico, y a partir de esta visión integral y orgánica del movimiento en todos los carriles de este circuito que rodea la capital yucateca, a través de pantallas colocadas estratégicamente, ir emitiendo mensajes que permitan una comunicación directa con los conductores y, por ejemplo, poder desviar el tránsito en la salida más próxima ante una carambola que aconteció 20 kilómetros más adelante; o incluso recordarle a los conductores que deben respetar la distancia, la velocidad máxima.
Porque de lo contrario, seguirá ocurriendo lo que actualmente es una realidad: más de 20 vehículos agrupados transitando a más de 100 kilómetros por hora, al mínimo error, ya sea técnico, mecánico o de conducción, tal aglomeración irresponsable de vehículos se convertirá irremediablemente en una carambola que pueda cobrar vidas.