Yucatán

La espontaneidad, una cualidad que nos acerca al éxito

Pilar Faller Menéndez

Lo espontáneo no debe percibirse como caos en estos tiempos de una marcada obsesión por el control que sugiere una uniformidad en todo. En un sentido filosófico que deriva del pensamiento oriental, nada existe sin su opuesto, y siempre deben de convivir las dualidades, por lo cual podríamos concluir que la espontaneidad es el duplo del orden, un elemento presente también en la naturaleza en cuyos ciclos perfectos se dan momentos no previstos como parte definitiva de la vida en su más amplio sentido.

Esto es, sin duda, lo que hace que nos maravillemos ante los elementos sorpresa, como aquellas situaciones impredecibles que nos asombran por no haber sido planeadas o imaginadas previamente.

Se puede concluir que la espontaneidad forma parte de la libertad del ser, es más que un rasgo de personalidad, aunque el orden, la disciplina y los planes son los que hacen brillar a la espontaneidad, a la cual no podemos en ningún momento basar la conducción total de la vida, aunque sin duda alguna, es su fermento.

Para el psicoanalista Erich Fromm, quien reflexionó sobre este rasgo en su libro Escape from Freedom, que se tradujo al español como El miedo a la libertad, expresó que la espontaneidad es parte de una libertad positiva que se contrapone a la libertad negativa, la cual consiste en huir de la libertad por encontrarla aterradora. Para Fromm ser espontáneo es tener una personalidad integral y constituye un rasgo de los creadores: “Sabemos de individuos que son o han sido espontáneos, cuyo pensamiento, sentimiento y actuación es la expresión de ellos mismos y no un autómata. Estos individuos son los que solemos conocer como artistas”.

Ser espontáneo en algún grado es necesario, desgraciadamente para muchos, ésta no puede ser planeada ni existe en los celulares una aplicación que pudiera dárnosla. Estimular la espontaneidad es un proceso, que aunque resulte redundante, es precisamente espontáneo, ya que, como dijo Oscar Wilde, es un arte.

Existe todo un debate sobre la espontaneidad por parte de la psicología, ya que por una parte es identificada con la honestidad, la autenticidad y la genuidad, relacionada con una personalidad positiva, fresca y chispeante, que muchas veces es de suma importancia a la hora de alcanzar el éxito. Sin embargo, los psicólogos advierten que la persona espontánea debe ser responsable de sus acciones, las cuales tienden a ser de carácter inmediato.

La espontaneidad reviste una cualidad muy importante, ya que quienes la tengan en la estructura de pensamiento, serán personas con tendencia a ser menos cohibidos, menos calculadores, y por lo tanto mucho más sinceros, expresivos y genuinos, según los profesionales del comportamiento.

La espontaneidad sirve como una base que da lugar a otros valores ligados a la sinceridad, lo cual se refleja en la tendencia que tiene a ayudar de manera desinteresada e inmediata a otros, por lo que también conlleva a una actitud decidida.

En el ámbito social, los psicólogos señalan que una comunidad o sociedad que cuente con personas espontáneas, será un colectivo humano que estará propenso al éxito, a la cooperación desinteresada, la solidaridad, y ciudadanos más generosos y relajados.

Otra de las bondades que brinda la espontaneidad y que debe transmitirse a los niños, es la de formar adultos que puedan estar más conectados con sus emociones con menos prejuicios y cálculos.