La temporada 2018-2019 de captura del mero en Yucatán fue la más baja de la historia, pues apenas se capturaron 4,995 toneladas cuando en la década de los años 70 se promediaban capturas de 13,800 toneladas, de acuerdo con datos de Conapesca y la Carta Nacional Pesquera.
POR ESTO! ha publicado con datos de Conapesca que las capturas de los últimos años van a la baja, pero no se había registrado un declive tan pronunciado como en esta ocasión.
En la temporada 2007-2008 se capturaron 8,010 toneladas; en la 2009-2010 fueron 7,048; en la 2011-2012 sumaron 5,798 y la del 2017-2018 cerró con 5,713.
La Carta Nacional Pesquera vigente contempla que el 80.4 por ciento de esta pesquería se captura en Yucatán, aunque está presente en las aguas de todo el Golfo y el Mar Caribe.
“En Yucatán, la pesquería opera de forma secuencial con dos flotas (artesanal y de mediana altura) que, en conjunto, aportan 80 por ciento de la captura regional. En el período 1970-1986, la captura promedio anual fue de 13,800 toneladas. Al final de este periodo incrementó el esfuerzo por la entrada de nuevos barcos y el cambio del método de pesca, de alijo con línea o palangre de mano a carrete de línea larga.
Desordenado
“De 1987 al 2004, la captura promedio anual fue de 10,000 toneladas, 27 por ciento menor respecto al promedio registrado en el período anterior. En el período 2005-2014, la captura promedio anual registrada fue de 7,800 toneladas. En este periodo, la biomasa del recurso se encuentra en el punto de referencia límite y el decremento en la abundancia se refleja en la disminución de la captura por flota y del rendimiento de pesca, que es 50 por ciento menor comparado con el registrado en 1984”, se lee en la Carta Nacional Pesquera.
POR ESTO! ha informado que el esfuerzo pesquero está desordenado, hay capturas sin permisos y los volúmenes han ido bajando, hasta llegar a las 4,995 toneladas de esta última temporada.
La Carta Nacional de Pesquera recomienda restringir la captura por zonas.
“Estrategias: Cuota de captura anual variable por especie y zona de pesca. Tácticas: Control de esfuerzo, talla mínima de captura, veda reproductiva, regulación en el arte y métodos de pesca. Estatus: En deterioro, biomasa actual por debajo de la biomasa que maximiza la producción excedente (según informe técnico del Inapesca). Recomendaciones de manejo: No incrementar el esfuerzo. Instrumentar las estrategias y acciones establecidas en el Plan de Manejo Pesquero. Optimizar el programa de monitoreo y seguimiento de la pesquería a través de bitácoras de pesca y modificar la NOM-065-SAG/PESC-2014 para actualizar la talla mínima de captura”, se lee en la Carta Nacional vigente y actualizada el 11 de junio del 2018 en el Diario Oficial de la Federación.
Caro y de exportación
La baja captura de mero hizo que el precio de cierre de la temporada fuera de los más altos y que el producto fuera 90 por ciento de exportación. Cerró con precio récord de hasta 235 pesos el kilo, en el caso del negrillo, y de 200 pesos del rojo, de acuerdo con datos de Conapesca, industriales y cooperativas pesqueras.
Según las cooperativas pesqueras, el mero ya no es una actividad rentable en la pesca ribereña, ya que se deben alejar cada vez más para capturar la especie.
Y los barcos pesqueros registraron viajes de apenas 300 kilos en 10 días en altamar.
La industria ha informado que el 95 por ciento de la captura de mero se exporta y se desconocen los inventarios actuales.
La temporada de mero comienza el 1 de abril y finaliza el 31 de enero del siguiente año, con 2 meses de veda, desde el 2017.
(Verónica Martínez)