Si queremos alcanzar el reino de los cielos, tenemos que llevar una vida equilibrada, contemplando y escuchando a Jesús y pedirle que ilumine nuestra vida, dijo ayer el Obispo Auxiliar Pedro Sergio Mena Díaz en la misa de confirmaciones que ofició en la iglesia catedral.
—En el evangelio de hoy, la palabra del Señor nos va recordando que nuestro destino final debe ser el reino de los cielos y por eso es importante no perder de vista y procurar que nuestros nombres estén escritos en el reino de los cielos, que es la vida eterna.
El evangelista San Lucas nos presenta otro pasaje de la vida de Jesucristo rumbo a Jerusalén, donde entregará la vida en la cruz para borrar el pecado del mundo y con su resurrección abrirnos el reino de los cielos.
Pero antes, vista a sus amigos entrañables Martha, María y Lázaro y nos da otra grata lección: en una convivencia familiar, como hemos escuchado en el evangelio, a Martha por ser la hermana mayor le correspondía abrir las puertas de la casa, recibir al visitante y preparar las cosas para atenderlo, mientras que su hermana María se queda a los pies de Jesús.
Martha, agitada y desesperada, no se da cuenta que si uno quiere servir, hay que hacerlo tranquilamente para que no nos gane la agitación o la desesperación, que son malas consejeras, y le dice a Jesús que mientras ella trabaja su hermana permanece a los pies de Jesús, quien con cariño le contesta diciendo: “Martha, Martha, muchas cosas te preocupan y te inquietan, pero María ha escogido la mejor parte”.
La gran lección es que la mejor parte es escuchar a Jesús; por eso María se encontraba en una actitud de contemplación, demostrando que lo importante no era discutir con su hermana, sino escuchar a la fuente de la sabiduría, al que tiene la palabra de la vida eterna y tiene respuesta para todos nuestros problemas; eso es lo importante.
Esa es una gran lección para todos nosotros que al igual que a los discípulos queremos que nuestros nombres estén escritos en el cielo y alcanzar la vida eterna.
El prelado dijo que antes de agitarnos o caer en la desesperación, sobre todo en este mundo que estamos viviendo, donde todos nos quieren mantener agitados todo el tiempo, a no tener más tiempo que ir y venir de un lado a otro, hacer las cosas sin pensar, sin reflexionar, sin acudir a la fuente de la sabiduría, así nos quieren traer de un lado para otro, primero debemos escuchar a Jesús.
Porque a todos nos puede pasar y nos pasa, inclusive hay pastores, sacerdotes, etc., que estamos muy agitados, con muchas preocupaciones y los grupos apostólicos quieren hacer muchas cosas y se preocupan más por las formas y contenidos, en las idas y venidas y no hay tiempo para escuchar a Jesús para pedirle que nos ilumine.
Si queremos hacer el bien sin escuchar a Jesús, nos estresamos, confundimos, cansamos y perdemos el sentido de lo que hacemos; ese es el efecto de no escuchar a Jesús, estar haciendo y deshaciendo; por eso debemos dedicar tiempo para escuchar la palabra de Jesús, para hacer oración, si es necesario toda la noche, especialmente si la decisión es muy importante.
Finalmente Mons. Mena Díaz agradeció la presencia de los Caballeros de Colón.
(Víctor Lara Martínez)