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Yucatán

La obesidad, un problema de salud que debemos detener

Pilar Faller Menéndez

Durante el XXI Congreso Internacional de Avances en Medicina (CIAM) de 2019, que se llevó a cabo en la Ciudad de Guadalajara en febrero de este año, la coordinadora del Módulo de Medicina informó que cuatro de cada diez adolescentes entre los 12 y 16 años y siete de cada 10 adultos padecen obesidad.

En nuestro país, tres de cada 10 niños, entre los cinco y once años, sufren de sobrepeso u obesidad, cifra que va aumentando con la edad, según afirmó la especialista Lorena Valerio Contreras.

Al ser entrevistada esta última, durante el mencionado congreso, dijo que se dio prioridad al tema de sobrepeso y obesidad por ser el principal problema de salud pública que padecen los mexicanos en la actualidad, ya que los resultados que arrojan las campañas de prevención no han surtido efecto debido a aspectos económicos y de la atención por parte del sector salud.

Agregó que este problema tiene orígenes complejos, en el cual la genética juega un papel muy importante, al igual que los estilos de vida sedentarios que se viven actualmente y que provocan la falta de actividad física en el día a día de todas las personas. “Las estrategias en México y países como Estados Unidos no han funcionado y, probablemente, necesitamos replantear éstas y concientizar a la familia, que es donde se aprenden los hábitos de alimentación más importantes”, aseguró.

La Encuesta Nacional de Salud en México arrojó que entre el 50 y 60 % de los niños no realizan suficiente actividad física, y los que hacen caso omiso a las recomendaciones de no permanecer sentados más de dos horas frente a una pantalla, llega a un 80 %, comentó el coordinador del Módulo de Actividad Física y Salud del CIAM, Alejandro Gaytán González.

“Esto nos dice que, quizás, las políticas públicas no están funcionando, pero también las generaciones han cambiado y nuestra forma de lidiar con ellas no ha sido la mejor. Es mucho más fácil que tengan un aparato en la mano en vez de que puedan salir a jugar o hacer otra cosa, al menos en las zonas urbanas”, añadió.

Sostuvo que los responsables de atención y promoción de la salud, tienen la obligación de innovar las estrategias para abordar este tema, para poder cambiar los resultados tan pobres que se han tenido en las campañas de prevención, y cuyos índices de sobre peso y obesidad van en incremento.

“Es un trabajo conjunto de lo individual y lo público como siempre tuvo que haber sido, y ahora nos damos cuenta que así lo tuvimos que haber hecho, pero no lo estamos haciendo y nos está rebasando el problema”, reconoció Gaytán González.

El doctor Juan Ricardo López y Taylor, también Coordinador de Actividad Física y Salud, agregó que no existen estudios más profundos de este problema, en los que pueda evaluarse más a fondo cuánta actividad física y de qué tipo realizan los niños y jóvenes mexicanos.

Comentó que no existe algún tipo en especial de actividad física recomendada, ya que ésta depende de los efectos que tenga en cada persona el ejercicio, aunado a sus condiciones físicas, su ritmo de vida y sus gustos.

Lo más importante al respecto, es que tanto los adultos como los niños tengan actividad física, y pasen el menor tiempo posible sentados, tanto en la escuela como en sus espacios de trabajo, incluyendo en su jornada diaria cuando menos 30 minutos de actividad física moderada o vigorosa.

“El mensaje es que ya es tan sólo el hecho de hacer estos 30 minutos, sino tener que hacer actividad física en todo momento y dormir adecuadamente al menos seis horas, pues en caso contrario es un factor de riesgo para las enfermedades metabólicas”, indicó.

Durante el CIAM, el Módulo de Actividad Física y Salud abordó temas como el enfoque interdisciplinario en el rendimiento físico; así como la planeación del ejercicio y la deficiencia energética, además de la aplicación de la ciencia en aquellos temas relacionados con el ejercicio y el deporte.

Es necesario ser conscientes de que la obesidad es un problema de salud, que afecta cada vez a más personas, hasta el punto que puede ser considerada como una epidemia, principalmente en los países más desarrollados. La mala alimentación, así como el hábito de una vida sedentaria, son las principales causantes de esta problemática que hoy alcanza cifras preocupantes en la infancia. Sería justo analizar si los padres tienen alguna responsabilidad en lo anterior, o que la prohibición de los alimentos procesados y “comida basura” serán suficientes para atacar este mal.

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