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Yucatán

Mascotas adoptadas en el confinamiento pueden terminar abandonadas

La Dra. Rosario Sosa Parra, fundadora en 1966 de la Asociación por los Derechos de los Animales en Yucatán (ADAY), advirtió ayer:

–Las mascotas necesitan cuidados no sólo físicos, sino también emocionales, y lo que puede pasar con las mascotas adoptadas en medio del confinamiento es que terminen en la calle, sin dueño y sin comida.

Lo que pasa es que hay personas que, como están solas, han estado adoptando a un animal para que las acompañe. El problema va a ser cuando ya pase el confinamiento, porque hay quienes son tan insensibles que pasado esto las van a dejar.

Y lo mismo pasa con las personas que tienen animales en su casa, de pronto sienten que son un gasto, una carga, porque están recortando los salarios, y porque hay despidos, hay otras personas que viven al día y no están teniendo ingresos, por lo que su situación es precaria, entonces se deshacen de sus mascotas en lugar de compartir un poquito con ellas. De hecho ya hay gente que está abandonando a sus animales para no darles de comer, entonces va a haber más perros callejeros.

Además hay muchos animales que están sufriendo hambre, porque en su convivencia con las personas, iban algunas que les daban de comer. Como en la Plaza Principal, donde había quienes alimentaban a las palomas. O como en el parque de Bepensa, de la Avenida 128, donde había personas que iban a correr, a hacer ejercicios y les llevan de comer a los animales, a los perros, que son entre 10 y 15 que viven allá.

Muchos animales recibían alimento de los humanos, y ya no lo están recibiendo porque no salen, pero los animalitos están esperando ese alimento; con la contingencia estas personas dejan de ir y los perros ahora están buscando qué comer. Antes estaban un poco molestos los de Bepensa, diciéndoles a los que iban a correr que no les den alimento a esos animales. Pero se metió un grupo que se llama “Dos Patas” y, como se hizo el escándalo, ahora se les está llevando agua y algo de comida.

Alma y espíritu

–Doctora, dice usted que los animales necesitan también cuidados emocionales, ¿será que los animales tienen alma?

–Claro, tienen alma, tienen espíritu, y negárselos es indebido e injusto, es ignorancia. Si animal viene de alma, negárselas es como cuando los europeos negaron el alma de los negros e indígenas y les hicieron las peores crueldades.

–¿Qué se puede hacer si no se tiene dinero para mantener a una mascota?

–Hay que pensar que aunque sea tortilla remojada en un caldito de pollo o de frijol, y una sopa de arroz, son alimentos para las mascotas, se los comen, y las podemos seguir manteniendo cerca de nosotros.

Como te digo, las personas que están adoptando ahora con la contingencia, qué bueno, pero cuando termine la contingencia, como son personas que salen mucho, van a querer deshacerse de ellas. Claro, habrá algunas que se van a encariñar con el animalito y se van a quedar con él, pero no serán muchas.

Cuidarlas del golpe de calor

–¿Cómo se debe cuidar a los animales?

–Ahorita se debe tratar de tenerlos en una buena sombra o dentro de nuestra casa para evitar el golpe de calor. Ahorita tenemos un calor tremendo, y hay que vigilar que tengan bastante agua, tal vez humedecerlos, tenerlos en una sombra húmeda, mojar el piso para que se enfríe. Si no tienen comida, darles tortilla en caldito, la tortilla es muy nutritiva, y el frijol también y con eso ayudamos a nuestros animalitos a permanecer con nosotros.

–¿Y si tienen parásitos?

–En las tlapalerías se vende creolina. Un poco de creolina en 4 litros de agua, para enjuagarlos, evita que se les suban las pulgas y las garrapatas. Es una forma económica y saludable de mantener a nuestros animales. Una tapita de la misma botella de litro de la creolina, en 4 litros de agua. Yo siempre compro un litro y me dura mucho tiempo. Cada semana o cada 10 días, los enjuago después de bañarlos y todo lo demás lo echo en la losa, en el patio, y no tengo ninguna garrapata ni pulga, nada.

100 mil perros callejeros

–¿Cuántos perros callejeros hay aquí?

–En Yucatán no se ha hecho un censo, es especulación. Yo creo que en una ciudad tan grande, si antes hablábamos de unos 100 mil animales callejeros, tal vez sigamos en lo mismo porque ya hay más conciencia y más grupos que protegen a los animales.

Hemos impulsado las campañas de esterilización, fui pionera en eso, y hay más grupos, eso ha evitado que proliferen tantos. El problema sería el abandono de los animales por falta, primero que nada, de compasión, de sensibilidad y de dinero. Y ya sabe que al primer problema el humano lo que hace es deshacerse de lo que cree que es un problema de responsabilidades.

Animales silvestres

–Me dicen que ahora se están acercando a las ciudades y pueblos los animales silvestres, pero hay gente que los caza o que los atrapa y se los lleva a su casa para después venderlos.

–Lo que debe saber la gente que hace eso es que los animales silvestres tienen muchas enfermedades que son de ellos, que no brincan a los humanos normalmente. Tienen parásitos, y bacterias, pero como los estamos agarrando para comerlos sin las medidas adecuadas de higiene, estamos en contacto directo con todos estos parásitos. Porque a la hora en que la gente mata al animal, para comérselo, la sangre y la orina son vectores. La orina puede estar infectada de la leptospira, que afecta el hígado del animal y también del humano. La transmiten los ratones y las ratas que viven en zonas profundas.

Croquetas contaminadas

–Es un parásito que vive en zonas húmedas y los roedores las transportan. Muchos de los animales que comen a los roedores son portadores de la leptospira. Y muchas personas dejan las croquetas del perro afuera en la noche. Entonces sale el ratón, come, y orina y defeca. Humedece las croquetas con la orina. Luego se ve al perro con los ojos inflamados, con el abdomen inflamado. Se da un tratamiento, pero tiene que ser a buen tiempo, si no, puede ser mortal.

Mitigar el dolor de la Tierra

–Yo puse un bote con agua para los gatitos y perritos. Estamos a más de 40 grados, no les des comida si no quieres, pero dales agua. Yo creo que eso mitiga un poco el dolor de la Tierra. Esto que está pasando es por la insensibilidad y la crueldad del humano con los animales no humanos.

Parece que nos hemos esforzado en pensar cómo torturarlos y lastimarlos en estos últimos tiempos. Es lo que sucede con la explotación de crianza y la explotación de animales de trabajo. Con frecuencia tienen lesiones de lo que están empujando, les está escurriendo hasta la sangre y así los siguen maltratando. Ve cómo matan a los cerdos. Hay gente que se divierte dándoles golpes. Somos la plaga humana cruel e insensible con los animales, y con la vida en la Tierra. Somos el virus asesino de la vida en la Tierra. Actuamos como virus, llegamos, actuamos y nos vamos.

Nosotros somos la generación de la transición, crecimos con casi nada de tecnología, con la máquina de escribir, el telégrafo. Y vino el cambio, cuando ya teníamos de 30 a 40 años vino el cambio tecnológico y tuvimos que adaptarnos o salíamos de la jugada. Entonces en ese cambio tecnológico ha cambiado el mundo, se volvió materialista, insensible, destructor; vea cómo han caído las bolsas, que son un fraude, nada más especulan.

Es el tiempo en que hemos vivido este cambio, y ahora aparece un virus que parece creado especialmente para acabar con los viejos, con los jubilados y pensionados porque son un estorbo, con los enfermos diabéticos e hipertensos que le hacen gastar mucho dinero a los países, parece que fue creado especialmente para eso. Porque la mayoría de la gente que se ha muerto y que sigue muriendo está en esos parámetros de edad.

Llamado de atención

a la soberbia

–¿Qué piensa, doctora, cómo interpreta todo esto que está pasando?

–Creo que esto que nos está pasando es un llamado de atención a nuestra soberbia, a nuestro abuso a la naturaleza, porque algo tan pequeño que no podemos ni ver, nos está poniendo de rodillas, nos está metiendo en nuestras casas, nos está haciendo tener miedo, cuando el humano se cree el rey de la creación. Es una lección de humildad que la naturaleza y la energía universal nos están dando para ver si así aprendemos un poco de solidaridad y respeto a la vida que alberga este planeta.

El pedazo de carne

–Usted fundó una asociación para defender los derechos de los animales, la ADAY, pero en los rastros los animales no tienen ningún derecho.

–Aquí en Mérida, en la Central de Abastos, está donde matan a los cerdos, donde matan a los animales. Pueden dar su vuelta las personas. Yo creo que si tuviéramos que matar a los animales que comemos lo pensaríamos dos veces antes de comerlos; por eso antes comíamos dos o tres veces por semana.

Pero como ahorita la compramos limpia de sangre, no nos damos cuenta, pocas veces pensamos que ese pedazo de carne pertenecía a un ser vivo, que sufría que tenía familia, que tenía miedo. Pocas veces concienciamos eso. Vivimos en un mundo tan a la carrera, tan inconsciente, tan insensible, que creo que por eso nos hemos encerrado en la casa con los miedos y con los traumas que hoy tiene la gente.

Somos diablos

de los animales

Continúa la Dra. Rosario Sosa Parra:

–Si existe el diablo, eso somos nosotros, somos el diablo de los animales.

Porque somos una plaga. En el año 2006 escribí un artículo que se publicó en POR ESTO! y se reprodujo en un diario nacional. Ese artículo aparece en Internet y se llama: ¿Por qué somos una plaga? Es una hipótesis que presento de lo que le hemos hecho a la Tierra y le seguimos haciendo, y precisamente en ese artículo hablo de que hemos vencido todo, tenemos bombas capaces de vencer a los más grandes animales, ¿pero qué tal las bacterias, los hongos y los virus? Cada vez los científicos encuentran cepas más resistentes a las que no podemos vencer, al menos no fácilmente, como sucede ahora.

(Roberto López Méndez)

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