Ocho peregrinos yucatecos que recorren México en bicicleta desde hace más de tres meses llegaron a Orizaba, Veracruz, tras enfrentar una serie de peligros que han marcado su travesía.
La historia revela que la fe guadalupana que los mueve ha tenido que abrirse paso entre accidentes, lesiones, carreteras riesgosas y hasta el cruce por zonas donde observaron a grupos armados.
Según narró José Saravia, uno de los integrantes, la ruta ha sido extenuante: pedalearon miles de kilómetros desde Yucatán hasta Monterrey, Sinaloa, Zapopan, Chalma y la Basílica de Guadalupe, cargando cada uno una intención personal. En su caso, agradece la salud de su hija y busca consuelo por la muerte de un ser querido.
Pero el camino ha sido duro. Durante su paso por Oaxaca, uno de los jóvenes sufrió una caída que los obligó a detenerse para atenderlo, mientras que otro presentó una lesión seria en la rodilla al cruzar por Acámbaro. Ambos incidentes pusieron en duda la continuidad del recorrido.
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Además, los peregrinos relataron al medio El Sol de Orizaba que en algunos tramos se toparon con personas armadas. Aunque no fueron agredidos, reconocen que el simple hecho de cruzar esos territorios aumentó el nivel de tensión.
“Tal parece que hay respeto al peregrino”, comentaron, conscientes de que no todos los grupos que encontraron representan un riesgo predecible.
El desgaste físico también pesa: la calidad irregular de las carreteras, las constantes subidas y el clima han deteriorado sus bicicletas y agotado sus herramientas y refacciones.
En Orizaba, donde pernoctaron el pasado miércoles, pidieron apoyo ciudadano para comprar alimentos, atender curaciones y reemplazar llantas y cámaras ya inservibles tras meses de uso constante.
Preparan retorno a casa
El grupo –integrado por José Saravia, Alberto Magaña, Víctor Alejandro, Mario Jesús, Martín, Ángel, Diego y Ricardo, todos jóvenes entre 20 y 30 años– planea continuar su ruta este sábado hacia Fortín (Veracruz) y posteriormente a Huatusco, donde cumplirán una promesa antes de emprender el regreso a Yucatán.
A pesar de los riesgos, han encontrado manos solidarias que les ofrecen comida, techo y palabras de aliento. Por ello, pidieron a la población veracruzana que los siga apoyando, ya sea con oraciones o pequeñas aportaciones, para que puedan concluir su peregrinación de manera segura.